Propuesta ante un drama

Soy un sacerdote benedictino que, hace ya 10 a?os, abandon¨¦ la vida religiosa y tuve que recurrir a mis padres para seguir viviendo. Curiosamente, en todo este tiempo no he dejado de rezar el oficio divino ni de asistir al sacrificio eucar¨ªstico, ya sea en iglesias cat¨®licas o protestantes. Desde aqu¨ª quiero hacer un llamamiento a mis hermanos y hermanas en el sacerdocio y en la vida religiosa, sobre todo a aquellos que desempe?an funciones que podr¨ªan ser asumidas por laicos, como maestros, enfermeras, etc¨¦tera.El peligro de una guerra nuclear no impide que sigamos viviendo en paz. Sin embargo, el drama de los tres millones de parados est¨¢ ah¨ª como una realidad lacerante y multiplicable.

Acabad con la hipocres¨ªa que invalida de ra¨ªz el apostolado de la Iglesia. Poned vuestros puestos de trabajo a disposici¨®n de los parados. Si de verdad am¨¢is a Jesucristo, abrid por fin los ojos a la luz del Evangelio. Ganaos la vida dando clases particulares y aceptando el precio que la gente ponga a vuestro trabajo.

En cambio conocer¨¦is lo que es la verdadera libertad. Practicar¨¦is la pobreza, que supone el no tener seguridad econ¨®mica, ni casa propia, ni una instituci¨®n poderosa que os respalde. Practicar¨¦is la obediencia que supone obedecer a Dios antes que a los hombres. Y comprender¨¦is que la castidad consiste en amar sobre todo a los m¨¢s necesitados.- .