La inesperada publicaci¨®n de un libro de Fran?ois Mitterrand inquieta a la oposici¨®n
La inesperada publicaci¨®n de un libro del presidente de la Rep¨²blica, Fran?ois Mitterrand, ha causado sorpresa e inquietud en medios de la oposici¨®n conservadora, que estiman que atiza la pol¨¦mica sobre la coexistencia pac¨ªfica entre Mitterrand y el futuro Gobierno que salga de las urnas el pr¨®ximo 16 de marzo. Tambi¨¦n estiman que el presidente est¨¢ interviniendo directamente en la campa?a electoral para reforzar al d¨¦bil partido socialista.
La oposici¨®n, que hace s¨®lo tres semanas estaba completamente segura de obtener una amplia mayor¨ªa absoluta, comienza a preocuparse y a pedir a sus seguidores que no se duerman en los laureles. Los sondeos ofrecen todav¨ªa una diferencia de ocho puntos a su favor, pero la distancia se ha reducido en las ¨²ltimas semanas y el presidente de la Rep¨²blica ha recuperado parte de su perdida popularidad. La Uni¨®n para la Democracia Francesa (UDF) y la Asamblea para la Rep¨²blica (RPR) creen que una confianza excesiva puede restarles fuerza a la hora de la verdad.Los problemas del centro-derecha no residen s¨®lo en la vigorosa contraofensiva socialista -que, seg¨²n todas las previsiones, est¨¢ acorralada contra la pared, pero que se defiende con u?as y dientes, utilizando al propio Mitterrand-, sino tambi¨¦n en sus propias divisiones internas.
UDF y RPR han firmado -un acuerdo preelectoral y presentan listas ¨²nicas en la mayor parte de los distritos, pero todav¨ªa no han conseguido ponerse de acuerdo para ofrecer ante la opini¨®n p¨²blica francesa la imagen de un aut¨¦ntico frente unido. Los votantes que acudir¨¢n a las urnas el pr¨®ximo 16 de marzo no saben, por ejemplo, cu¨¢l ser¨ªa el candidato ideal de los dos partidos como, primer ministro.
Para aumentar las dificultades, RPR y UDF tropiezan con la testaruda actitud de Raymond Barre, ex primer ministro y personalidad independiente asociada a la UDF, quien ha vuelto a asegurar que no dar¨¢, su voto de confianza en la pr¨®xima Asamblea Nacional a ning¨²n Gobierno, por muy de centro-derecha que sea, si est¨¢ dispuesto a coexistir con Frangois Mitterrand, cuyo mandato no finaliza hasta 1988.
El partido socialista y el propio Mitterrand atizan con gusto la pol¨¦mica sobre la coexistencia pac¨ªfica entre la presidencia de la Rep¨²blica y el futuro Gobierno, porque saben que divide a la oposici¨®n y desconcierta a los electores. Fran?ois Mitterrand esgrime la Constituci¨®n para recordar que su cargo no es puramente simb¨®lico. Su libro, Reflexiones sobre la pol¨ªtica exterior de Francia, deja claro que es el presidente de la Rep¨²blica quien dirige la pol¨ªtica exterior y de defensa, dos puntos clave en la vida pol¨ªtica de cualquier pa¨ªs, y especialmente importantes en la de Francia, potencia nuclear.
La falta de acuerdo y las querellas personales entre los principales l¨ªderes de la oposici¨®n se est¨¢n convirtiendo en la mejor arma de los socialistas, que, si bien no tienen ninguna esperanza de obtener la mayor¨ªa en las pr¨®ximas elecciones, intentan al menos que el centro-derecha se fragmente tanto como sea posible. Chirac y el ex presidente Val¨¦ry Giscard, que entraron al principio en la pol¨¦mica de la coexistencia, quieren salir ahora del embrollo y devolver el debate a t¨¦rminos m¨¢s pol¨ªticos. "Hay que respetar la Constituci¨®n", explic¨® Giscard d'Estaing, "los electores tienen que plantearse exclusivamente qu¨¦ tipo de pol¨ªtica quieren que se lleve a cabo, la de los socialistas o la nuestra".
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