Una matanza de pol¨ªticos desat¨® la guerra civil en Yemen del Sur
El presidente Mohamed quiso eliminar expeditivamente a sus m¨¢s directos rivales
Los feroces combates registrados hace dos semanas en Aden, capital de Yemen del Sur, entre grupos marxistas rivales, se desataron cuando el presidente, Ali Nasser Mohamed, alent¨® una matanza estilo mafioso de sus m¨¢s directos rivales en el Politbur¨®, seg¨²n informaciones recogidas en Aden. Tras unos 10 d¨ªas de violentos enfrentamientos en la capital, que provocaron unas 13.000 muertes las fuerzas leales a Mohamed fueron derrotadas, y se hizo due?a de la situaci¨®n la facci¨®n m¨¢s dura, capitaneada por Raider Abu Bakr Al-Attas.
Seg¨²n estas fuentes suryemen¨ªes, Mohamed fij¨® una reuni¨®n de los 15 miembros del Politbur¨® para las diez de la ma?ana del d¨ªa 13 de enero, pero no asisti¨® personalmente. Mientras los otros miembros entraban en el edificio, cerca del puerto, la guardia personal del presidente abri¨® fuego con metralletas Kalashnikov, de fabricaci¨®n sovi¨¦tica, y mat¨® en el acto a varios de sus m¨¢s directos rivales. Pero los guardaespaldas de ¨¦stos desenfundaron sus armas, y se libr¨® una batalla salvaje, durante la cual otros enemigos del presidente pudieron escapar.Seg¨²n las mismas fuentes, Mohamed tambi¨¦n orden¨® reuniones de jefes militares, organizaciones juveniles y otros grupos del partido, en las que mat¨® o encarcel¨® a otros de sus enemigos. Al parecer, su objetivo era destruir a su oposici¨®n de un solo golpe.
Durante d¨ªas, soldados pertenecientes a los dos bandos desarrollaron enconados enfrentamientos por toda la capital de Yemen del Sur, el ¨²nico pa¨ªs ¨¢rabe con Gobierno marxista y un fiel aliado de la URSS. Se emplearon tanques, cohetes, artiller¨ªa y buques de la Armada, y hasta hubo combates cuerpo a cuerpo en el vest¨ªbulo del Rock Hotel. Miles de extranjeros fueron evacuados en barcos sovi¨¦ticos, franceses y brit¨¢nicos, entre ellos el yate real Britannia. Murieron unas 13.000 personas, muchas de ellas ejecutadas en redadas organizadas por Mohamed.
"Era el infierno. La lucha iba de calle en calle, de casa en casa", afirm¨® un residente de Aden que, al final, decidi¨® pasar los combates agachado en el suelo de su casa con su mujer y sus tres hijos. Otro testigo, residente de la zona del puerto, declar¨®: "Los tres primeros d¨ªas eran los peores porque se luchaba por todos lados. Despu¨¦s, hacia el d¨ªa 15 o 16, cuando se hab¨ªa neutralizado la fuerza a¨¦rea, baj¨® algo el nivel de los combates. La mayor parte de la gente muri¨® en los dos primeros d¨ªas".
Luchar o morir
Miembros de tribus y unidades militares llegaron desde el norte y bombardearon la ciudad, seg¨²n manifestaron obreros brit¨¢nicos. "Ejecutaron a muchas personas, y no s¨®lo a los pol¨ªticos, de forma tal que todo el mundo pens¨®: tengo que luchar o me matan", declar¨® otro suryemen¨ª.El nuevo Gobierno, presidido por el ex primer ministro Al-Attas, controla el pa¨ªs y hace hincapi¨¦ en que su mandato es "colectivo". La mayor parte de los principales rivales en el Politbur¨® ha muerto, y Mohamed ha huido. El Gobierno niega que el ex presidente est¨¦ montando una contraofensiva.
Los pocos periodistas que han podido llegar a la pintoresca ciudad han encontrado las calles llenas de restos de tanques y camiones. Muchos edificios han sido destruidos o da?ados, entre ellos la embajada sovi¨¦tica, donde se desarrollaron negociaciones -al final, infructuosas- encaminadas a traer la concordia entre los dos grupos. Seg¨²n distintas fuentes de Aden, en su huida las tropas de Mohamed pusieron especial empe?o en destruir el edificio con sus tanques. La URSS ha reconocido al nuevo Gobierno.
A¨²n hay numerosas barreras de control en la ciudad, y la poblaci¨®n se agrupa en varios puntos para recibir alimentos, todav¨ªa racionados. Pero poco a poco se recobra la normalidad.
Yemen del Sur, situada estrat¨¦gicamente cerca del mar Rojo y el oc¨¦ano Indico, ha sido uno de los m¨¢s fieles aliados de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, que tiene aqu¨ª unos 1.000 consejeros y mantiene una base naval en la isla de Socotra. Cuba y la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana tienen consejeros en la polic¨ªa y en varios ministerios.
Mohamed hab¨ªa intentado acercar su empobrecido pa¨ªs a Occidente y establecer relaciones m¨¢s estrechas con sus conservadores pa¨ªses vecinos: Om¨¢n, Arabia Saud¨ª y Yemen del Norte. Pero parece ahora que la lucha por el poder, que se ha desarrollado desde hace m¨¢s de un a?o, se debe m¨¢s a rivalidades personales y centenarias hostilidades tribales que a problemas de ¨ªndole ideol¨®gica.
Todos los implicados hab¨ªan luchado en su momento contra la dominaci¨®n brit¨¢nica y, tras la independencia en 1967, intervinieron en una serie de golpes pol¨ªticos mientras el pa¨ªs se hizo cada vez m¨¢s de izquierdas. Entre los hombres claves estaba Ali Antar, el ex ministro de Defensa y ex primer ministro, que ten¨ªa el respaldo de las tribus Yafi y Dahli y que muri¨® en el tiroteo inicial junto con su aliado, el ministro de Defensa, Saleh Muslih Gassem, seg¨²n fuentes suryernen¨ªes.
Otro de los principales pol¨ªticos era Abdek Fattali Ismail, un marxista duro a quien Mohamed hab¨ªa echado de la presidencia y que volvi¨® al pa¨ªs tras cinco a?os de autoexilio en Mosc¨². Ismail fue herido y se desconoce su paradero.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.