Una modesta existencia mediterr¨¢nea lejos de Dios
JUAN FERN?NDEZ ELORRIAGA Albania vive su modesta existencia lejos de Dios. Decretos del a?o 1967 erradicaron el ejercicio de las tres religiones que se practicaban: el islam mayoritario; la ortodoxa, radicada al sur del pa¨ªs, y el catolicismo, minoritario, pero muy activo. Hoy, la catedral de Skodra (Scutari) es el Palacio de Deportes. Popes, imanes y p¨¢rrocos desempe?an otros trabajos y hace a?os que no se administran sacramentos. Los sacerdotes que lo intenten son perseguidos como vulgares brujos. "Mi hija tiene 20 a?os y nadie le ha hablado de Dios, no sabe qu¨¦ es eso de creer", me explicaba Miko Zeqo, director del Museo de Arqueolog¨ªa de Durres.
Miko es refinado y casi acaricia las esculturas de Fidias que muestra en el patio de su museo, a unos metros del anfiteatro romano donde hace siglos corr¨ªan los cristianos delante de los leones. Se siente orgulloso, dice, de haber participado en aquella campa?a juvenil contra la religi¨®n.Pero a veces se encuentran los albaneses con problemas t¨¦cnicos con los iran¨ªes, sus excelentes aliados antiimperialistas, aunque te¨®cratas. Las delegaciones de Teher¨¢n piden cocinero musulm¨¢n y animales sacrificados seg¨²n las normas isl¨¢micas. No se sabe c¨®mo, pero sus anfitriones estalinistas encuentran para esas ocasiones fieles diestros en esas ceremonias.En una ocasi¨®n, hace cuatro a?os, el miembro de una delegaci¨®n iran¨ª trep¨® por entre las telara?as del minarete de una mezquita cerrada y logr¨® proclamar al cielo alban¨¦s que Al¨¢ es grande. Cuando sus gu¨ªas le explicaron que eso estaba prohibido, el mullah replic¨® simplemente que algo as¨ª no puede estar prohibido y que, adem¨¢s, ¨¦l no lo sab¨ªa.
Oficialmente, la religi¨®n es cuesti¨®n privada de cada cual. "No ignoramos que todav¨ªa quedan viejecitas que no se explican de d¨®nde sale el rayo y siguen creyendo en Dios", comentaban en Tirana fuentes oficiosas.El dilema del futuro
El dilema del futuro pol¨ªtico de Albania es menos apasionante que el del porvenir mental del alban¨¦s, ese europeo que ni viaja ni tiene un pa¨ªs grande para contrastar.
Un sovi¨¦tico que nunca haya salido de su vasto pa¨ªs ha podido contrastar en su interior civilizaciones y costumbres tan distintas como las lituanas y las persas. En cambio, Albania es, por su extensi¨®n, una Galicia de donde casi nadie sale y adonde muy pocos llegan. "?Vamos a abrir nuestro precioso pa¨ªs a esos grupos de cerdos para obtener divisas tur¨ªsticas?", les preguntaba el entonces l¨ªder alban¨¦s Enver Hoxha a los padres del pa¨ªs durante el decenio hippy. A mediados de los a?os sesenta Ramiz Alia, hoy sucesor de Hoxha, criticaba a "esos escritores que andan leyendo decadencia existencialista".
Cuando el periodista occidental le pregunt¨® a la bella actriz albanesa por qu¨¦ no se hab¨ªa besado ni una vez con el gal¨¢n de su ¨²ltima pel¨ªcula de amor, ¨¦sta respondi¨®: "No puedo besar a alguien que no sea mi marido o mi novio. ?Qu¨¦ dir¨ªan mi familia, mis vecinos?".
La trama de una de las ¨²ltimas pel¨ªculas albanesas descubre algo de esa sociedad. En Apasionata, la hija de un campesino estudia a Beethoven en el conservatorio. Se enamora de un estudiante de pintura, hijo de un poderoso bur¨®crata que tiene ch¨®fer y cuya mujer va siempre peinada de peluquer¨ªa. El padre puso a su v¨¢stago a estudiar pintura porque sabe que los artistas tienen privilegios. "Pero que tu arte irradie siempre optimismo, que sea positivo", le dicen sus profesores recomend¨¢ndole el realismo socialista. El chico se harta y descubre que no tiene vocaci¨®n.
La novia enferma de amor, y supadre, el modesto campesino, baja a Tirana a o¨ªr sus cuitas. Cuando le dice de qui¨¦n se ha enamorado, el padre comprende que el novio es hijo de su antiguo camarada de lucha partisana. Se encuentran el aldeano y el bur¨®crata, renace la igualdad, vienen los abrazos. No deja de ser interesante que en este color¨ªn colorado alban¨¦s los hijos encuentren la felicidad gracias a la familia patriarcal y no al Estado, desenlace probablemente normal en una pel¨ªcula mao¨ªsta de hace 15 a?os.Poco se sabe del origen de los albaneses. Stalin afirm¨® en una ocasi¨®n que Tito le hab¨ªa contado que eran parientes de los vascos,t¨ªpica tesis de sobremesa pol¨ªtica. S¨®lo los serbios, pueblo mayoritario de Yugoslavia que se disputa la supremac¨ªa en Kosovo contra la mayor¨ªa local albanesa, mantienen la tesis de que el fondo ¨¦tnico alban¨¦s es lirio.Griegos e ilirios
Los griegos y los ilirios son antiguos pobladores de los Balcanes, junto con los valaco-latinos. Los eslavos llegaron despu¨¦s, en torno al siglo XI. El idioma alban¨¦s forma, como el f¨¢rsi de los iran¨ªes, un grupo aparte dentro de la familia indoeuropea.
Hay en Albania 50.000 griegos.Se les llama la minor¨ªa, a secas. Fuentes nacionalistas de la Iglesia ortodoxa griega aseguran que son m¨¢s de 200.000, identificando probablemente religi¨®n ortodoxa con helenismo.Pero un vistazo a una lista de apellidos del comit¨¦ central y a la toponimia del sur del pa¨ªs demuestra que el elemento griego es fuerte en Albania. Pero tambi¨¦n es cierto que en Grecia hay mucho arbaniti totalmente asimilado.La derecha griega presiona sobre Andreas Papandreu para que no firme la paz con Albania antes de que los sucesores de Enver Hoxha le concedan a la minor¨ªa griega derechos culturales especiales y de reagrupaci¨®n familiar y viajes.Los socialistas griegos saben que har¨¢n falta muchos a?os para que los albaneses puedan viajar libremente. Hasta entonces, los de origen heleno no podr¨¢n ser excepci¨®n.El nacionalismo y la independencia sigue siendo en Albania el suced¨¢neo de las libertades. A la gente se la machaca que, por primera vez, Shqiperia (Albania), que significa el pa¨ªs de las ¨¢guilas, es independiente.
Antes de la II Guerra Mundial Albania fue sat¨¦lite de Yugoslavia e Italia. Yugoslavia naci¨® el a?o 1918 con el miedo de que Albania se vendiera a Italia, poniendo en peligro la seguridad de las fronteras sureslavas.
As¨ª ocurri¨® con Benito Mussolini, que se gan¨® a buena parte de los albaneses otorg¨¢ndoles la gran Albania, que inclu¨ªa el Kosovo yugoslavo y buena parte del Epiro griego.
Una endeble tortuga
Si el Pacto de Varsovia sirvi¨® a un pa¨ªs de apoyo contra las posibles ambiciones de sus vecinos occidentales fue a Albania. Este pa¨ªs era a principios de los a?os cincuenta una carne blanda desprendida de los dem¨¢s pa¨ªses del Este en el torbellino de la guerra fr¨ªa. La creaci¨®n del Pacto de Varsovia y la implantaci¨®n de bases sovi¨¦ticas en Albania supusieron una concha dura para la endeble tortuga albanesa.
Pero el visceral Hoxha se sali¨® del pacto del Este el a?o 1968 y su sucesor, Ramiz Alia, conden¨® su renovaci¨®n en 1985.
A Albania le queda ahora explotar las contradicciones de sus vecinos griegos, italianos y yugoslavos, dado que se niega rotundamente a acercarse a los no alineados.
La diplomacia albanesa es muy sensible a cualquier acercamiento entre Grecia, Italia y Yugoslavia, por creer que "reuni¨®n de pastores, oveja albanesa muerta".
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