Banderas de guerra de nav¨ªos hist¨®ricos

El peque?o Sal¨®n de Columnas del Museo Naval estaba ayer abarrotado y en la pared frontal hab¨ªa sido colocado un altar presidido por la imagen de la Virgen del Carmen, patrona de los marineros. Tras el altar, dos grandes banderas espa?olas -las banderas de guerra de los antiguos acorazados Alfonso XIII y Victoria Eugenia- y, entre ellas, un gran tapiz que reproduce una escena de la crucifixi¨®n de Cristo, bordado sobre una vela de un barco que particip¨® en la batalla de Lepanto.El lugar elegido para el funeral por el vicealmirante y el conductor asesinados anteayer por ETA est¨¢ considerado como uno de los mejores museos navales de Occidente. En ¨¦l se conservan restos de barcos espa?oles que intervinieron en los descubrimientos de nuevas tierras, en las m¨¢s importantes batallas y en las gestas m¨¢s renombradas. Como subdirector del Instituto de Historia Naval, el vicealmirante Crist¨®bal Col¨®n contribuy¨® al desarrollo y auge de este museo.

Ante el altar, fueron depositados los f¨¦retros con los cad¨¢veres del almirante y del conductor, ambos cubiertos con banderas espa?olas y, sobre el de Crist¨®bal Col¨®n, su gorra de marino y el sable de almirante.

Junto a los f¨¦retros, se situaron, a modo de guardia de honor, cuatro vicealmirantes y tres conductores de la Armada. Treinta coronas de flores y dos de laurel fueron colocadas en la zona.

A la derecha del altar, y en lugar destacado, se situ¨® el padre del Rey, don Juan de Borb¨®n, quien vest¨ªa uniforme de almirante. A su lado, en sillas reservadas para familiares del almirante, figuraban el teniente de nav¨ªo Crist¨®bal Col¨®n, la esposa del marino asesinado, y los otros cinco hijos del matrimonio. Entre los presentes, tambi¨¦n estaba Manuel Prado y Col¨®n de Carvajal, primo del fallecido.

A la izquierda del altar, se situaron la esposa y los dos hijos del conductor fallecido en el atentado.

Concluido el acto, el cad¨¢ver del almirante fue conducido al cementerio Sacramental de San Isidro y el de Manuel Trillo al cementerio de Carabanchel, donde recibieron sepultura en presencia, respectivamente, del jefe del Estado Mayor de la Armada y del jefe de la Jurisdicci¨®n Central de la Marina.