Jo, macho
Si un d¨ªa, ante cualquier cat¨¢strofe, hecho ins¨®lito o noticia nefasta, usted se descubre a s¨ª mismo diciendo qu¨¦ barbaridad, acuda a una cl¨ªnica de urgencia, som¨¦tase a una prueba de orina, tome vitaminas, haga algo por su cerebro o vaya pensando en testar, porque esa exclamaci¨®n es el primer s¨ªntoma de muerte. Mientras el ox¨ªgeno llega con toda regularidad hasta las c¨¦lulas m¨¢s secretas del organismo sin duda la desgracia puede excitar o conmover a un hombre, pero nunca hasta el extremo de obligarle a decir qu¨¦ barbaridad. Esta expresi¨®n s¨®lo la suelta gente muy mayor o los tipos instalados o los viejos prematuros o las criaturas que han abandonado el combate, todos aquellos que han sido sobrepasados por la vida moderna. Frente al envenenamiento masivo en una boda, el infame bombardeo de un campo de refugiados, las declaraciones totalmente burras de un pol¨ªtico, el espect¨¢culo de una anciana arrastrada por el collar a lo largo de la calzada, las almas todav¨ªa j¨®venes quedan sonrientes o pasmadas, aterradas o displicentes, acorazadas por el cinismo o sumidas en la compasi¨®n, pero a la hora de manifestar su sentimiento no dicen nunca qu¨¦ barbaridad, sino a lo sumo jo, macho. Si ante el atraco a un banco no se siente con fuerzas de exclamarjo, macho, es que ya ha entrado usted en la tercera edad.El ser humano nace, crece, copula, se zampa unos bollos, hace unas gansadas, suelta algunas sandeces y finalmente muere. La existencia describe una par¨¢bola en apariencia uniforme. La curva inicia la ca¨ªda en el momento en que el sujeto comienza a decir qu¨¦ barbaridad. Lentamente la cadencia de esta expresi¨®n va cogiendo una rapidez proporcional a la velocidad de la bajada hacia la tumba. Primero se usa s¨®lo para los terremotos, inundaciones y otras masacres colectivas, qu¨¦ barbaridad; luego para el accidente de autom¨®vil, el infarto fulminante o el c¨¢ncer de un amigo, qu¨¦ barbaridad; despu¨¦s para un simple catarro, un cahaparr¨®n o el adulterio de un pol¨ªtico, qu¨¦ barbaridad. Cuando se sorprenda a s¨ª mismo diciendo qu¨¦ barbaridad m¨¢s de tres veces al d¨ªa, tiemble. Pr¨¢cticamente est¨¢ usted muerto.
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