Diferentes rostros de la violencia asoman en el certamen berlin¨¦s
La muestra berlinesa subi¨® en la jornada de ayer el inter¨¦s de los filmes a concurso, sin alcanzar lo excepcional. La expectaci¨®n despertada la noche del martes por la pel¨ªcula alemana occidental Stammheim, sobre el famoso proceso Baader-Meinhof, continu¨® en las proyecciones efectuadas ayer, mi¨¦rcoles. El filme sovi¨¦tico Viaje de un joven compositor ofreci¨® otro rostro, ¨¦ste retrospectivo, de la violencia pol¨ªtica, pero estil¨ªsticamente en las ant¨ªpodas del anterior. Por ¨²ltimo, la pel¨ªcula norteamericana At close range contiene un drama en tonos rosas sobre la negra violencia de una cuadrilla de pistoleros rural que existi¨® realmente y que perpetr¨® atroces cr¨ªmenes en 1978 en el Estado de Pensilvania (EE UU). Mientras tanto, las pel¨ªculas espa?olas que acuden a las diversas secciones comenzaron tambi¨¦n ayer su prueba de fuego.
Stammheim es un filme dif¨ªcil de ver, muy abrupto, pero importante. Est¨¢ lastrado por el tremendo peso de la veracidad de lo que en ¨¦l se representa. El recuerdo todav¨ªa caliente del tr¨¢gico proceso al grupo terrorista Baader-Meinhof es una losa que aplasta las im¨¢genes, calculadamente fr¨ªas, del filme de Reinhard Hauff.?ste reproduce, con unas pocas escenas documentales intercaladas y algunos r¨¢pidos apuntes visuales de los procesados en sus celdas, los momentos m¨¢s significativos del debate procesal. No hay otra cosa: los di¨¢logos est¨¢n tomados literalmente de las actas del proceso, y es ¨¦ste, el ritual jur¨ªdico en sentido estricto, el ¨²nico objeto del filme. No se debate si Andreas Baader, Ulrike Meinhof, Jan-Paul Jaspe y Gudrun Ensslin eran o no culpables de delitos de terrorismo, no si eran o no eran verdaderos idealistas revolucionarios mientras estuvieron sueltos o simples individuos sanguinarios que disfrazaron su pasi¨®n de pol¨ªtica. Se debate otra cosa.
El filme representa, con la extrema sequedad de un puro documento, con casi insoportable ascetismo, de qu¨¦ manera el proceso convirti¨® a estos j¨®venes, con independencia de la consideraci¨®n que merezcan los actos por los que se les juzg¨®, en cuatro bombas humanas de efecto retardado, en cuatro vendavales pol¨ªticos que hicieron conmoverse las ra¨ªces de la democracia en la Rep¨²blica Federal de Alemania.
Fachada civilizada
La ¨²nica materia f¨ªlmica es el proceso en cuanto tal, una ceremonia procesal que poco a poco va convirti¨¦ndose ante nuestros ojos en el lado formal, visible, de un insondable mecanismo pol¨ªtico: la fr¨ªa pero mortal respuesta del Estado al furor mortal de los encausados. Stammheim es la representaci¨®n de la fachada civilizada de un b¨¢rbaro ajusticiamiento.Por esta raz¨®n, el filme es muy radical. Las escenas que preceden y siguen a la muerte en su celda de Ulrike Meinhof abren, como un corte de navaja barbera, la grieta de una trastienda innombrable. Desde la ¨®ptica de Hauff, la inc¨®gnita de si los cuatro encausados se suicidaron o fueron eliminados por ¨®rdenes policiales o pol¨ªticas es un trivial dilema detectivesco que nada revela del fondo del problema planteado en su filme. Este fondo es que, ya se tratara de suicidios, ya de ejecuciones -y con mayor gravedad en la primera hip¨®tesis-, las muertes de Stammheim se configuraron formalmente como cr¨ªmenes de Estado.
Georgi Shengelaia, director de Viaje de un joven compositor, es un cineasta georgiano de mediana edad, hasta ahora autor de obras caracterizadas sobre todo por su buen ritmo y ligereza. ?ste su ¨²ltimo filme cambia de rumbo, y cuenta, con buen pulso de narraci¨®n itinerante, el recorrido en las comarcas de la regi¨®n norte de Tiflis de un joven m¨²sico estudioso del folclor georgiano durante el a?o 1908. El filme tiene forma de pel¨ªcula de aventuras, pero, paralelamente, el recorrido f¨ªsico del protagonista coincide con un recorrido de tipo moral: el proceso interior de un artista que transita desde la pasi¨®n est¨¦tica pura a la impureza de otra pasi¨®n primordial, como es la gestaci¨®n de una conciencia, revolucionaria.
At close range, tercer filme del d¨ªa y segundo del norteamericano James Foley, es igualmente muy violento. Tiene m¨¢s fuerza en el lado violento que en su contrapartida l¨ªrica, que en este caso da a un filme de gran negrura argumental unas tonalidades ros¨¢ceas que desorganizan interiormente la unidad estil¨ªstica de la obra. Pese de su buena factura, este filme no tiene grandes vuelos como ficci¨®n ni convence del todo como documento sociol¨®gico y humano.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.