Misi¨®n imposible norteamericana
Reagan pidi¨® lo imposible y se en cuentra ahora con un l¨ªo tambi¨¦n imposible. El presidente dijo a Ferdinand Marcos que llevara a cabo unas elecciones "libres y limpias". Marcos ejecut¨® los movimientos debidamente, pero como su maquinaria est¨¢ oxidada y vieja la farsa qued¨® rid¨ªculamente patente. Ahora Reagan no puede deshacerse del problema diplom¨¢tico creado en Estados Unidos. ?C¨®mo puede un pa¨ªs ligado con un fervor casi espiritual a la democracia sostener a dictadores achacosos que no entienden el significado de esta palabra? ( ...)Pudo haber tenido en cuenta, cuando Marcos fue empujado a las elecciones, que pod¨ªa triunfar, que pod¨ªa conseguir -para su desgastado r¨¦gimen la suficiente legitimidad aparente como para que Estados Unidos continuara aportando fondos. No ha sido as¨ª. Esta vez el fraude ha sido un enredo: incluso los impasibles asesores republican¨®s regresaron a casa avergonzados. En uno o dos momentos, un meditabundo Reagan trat¨® de afrontar con descaro el desastre. Afirm¨® que hab¨ªan existido pr¨¢cticas dudosas "por ambas partes". ( ... )
Mientras tanto, las bases de la pol¨ªtica exterior de EE UU, con todos sus himnos a la libertad, es t¨¢n terriblemente expuestas desde Detroit a Dhaka. ( ... )
Se da una iron¨ªa que puede proporcionar a Reagan un poco de consuelo. Sus enemigos en Washington libran una batalla en los mismos t¨¦rminos. Los dem¨®cratas y los republicanos no dicen que Washington deba retirarse del papel que se ha autoimpuesto como hermano mayor de Filipinas. Hacen campa?a para que Aquino se convierta en presidenta y Marcos sea r¨¢pidamente derribado. Son, a su manera, tan intervencionistas como Reagan y Shultz. Proclaman conocerqu¨¦ es lo mejor para millones de filipinos independientes.
18 de febrero.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.