EE UU exagera el coste econ¨®mico de su reducci¨®n militar en Espa?a
Los perjuicios econ¨®micos que para Espa?a pueden derivarse al reducir la presencia militar estadounidense en la pen¨ªnsula es el principal argumento utilizado hasta ahora por Washington para oponerse al proyecto del Ejecutivo espa?ol. Seg¨²n c¨¢lculos estadounidenses, una retirada total de sus tropas en Espa?a supondr¨ªa para Madrid un coste anual de unos 20.000 millones de pesetas. Seg¨²n estudios elaborados en el Ministerio de Defensa, ese coste rozar¨ªa los 8.000 millones de pesetas. Para Washington, su presencia militar en la pen¨ªnsula es "la principal contribuci¨®n de Espa?a a la defensa de la democracia occidental". Para Madrid, se trata de una exagerada presencia que, una vez que Espa?a est¨¢ en la OTAN, debe ser reducida.
Adem¨¢s de estar integrada en la OTAN, Espa?a mantiene hoy acuerdos de colaboraci¨®n militar con 11 pa¨ªses. Las relaciones militares bilaterales m¨¢s importantes han sido desde 1953, y lo siguen siendo, las mantenidas con EE UU. Tres bases a¨¦reas y una naval de utilizaci¨®n conjunta, seis centros de comunicaciones y dos de observaci¨®n, un dep¨®sito de municiones, 12.545 militares y 1.669 civiles, 196 aviones y un oleoducto de 800 kil¨®metros de longitud. ?stas son las cifras que resumen la presencia militar estadounidense en Espa?a en las denominadas instalaciones de apoyo (IDA).El mantenimiento de las bases espa?olas utilizadas por EE UU -desde los sistemas de control del tr¨¢fico a¨¦reo hasta la se?alizaci¨®n de las pistas- es costeado fundamentalmente por Washington. Seg¨²n datos de los estadounidenses, en 1984 EE UU realiz¨® inversiones militares en Espa?a por valor de 159 millones, de d¨®lares (28.620 millones de pesetas), de los que 69 (12.420 millones de pesetas) correspondieron a mantenimiento de las bases. S¨®lo en Torrej¨®n se invertieron 36 millones de d¨®lares.
La retirada norteamericana de algunas de las bases espa?olas que ahora utilizan supondr¨¢ que parte de esas inversiones recaigan Sobre los presupuestos del Ej¨¦rcito del Aire espa?ol, cuyos mandos ya han hecho llegar al ministro de Defensa, Narc¨ªs Serra, su deseo de que dicha reducci¨®n se efect¨²e paulatinamente para evitar graves perjuicios econ¨®micos a ese ej¨¦rcito, habitualmente perjudicado ya en el reparto de los presupuestos en comparaci¨®n con la Armada y, sobre todo, con el Ej¨¦rcito de Tierra.
Intereses occidentales
Uno de los argumentos fuertemente empleado por el Ministerio de Defensa para pedir la reducci¨®n estadounidense en Espa?a consiste en afirmar que buena parte del potencial norteamericano situado en la pen¨ªnsula es utilizado para fines que no guardan una relaci¨®n directa con la defensa de Occidente, como son la ayuda a Israel o las maniobras frente a Libia. El problema ha sido planteado incluso en el seno de la OTAN, donde EE UU mantiene que la defensa de intereses occidentales en el norte de ?frica afecta directamente al futuro de Europa.
Espa?a mantiene que ninguna fuerza militar extranjera debe permanecer en aquellos territorios o aguas, espa?olas que puedan ser defendidos suficientemente por fuerzas espa?olas. El Gobierno socialista mantuvo el pasado a?o en las dos reuniones preliminares sobre la reducci¨®n estadounidense que Espa?a aspira a ejercer un control relativo propio sobre su espacio geoestrat¨¦gico de inter¨¦s.
La base de Rota, desde donde EE UU controla el paso de cualquier barco o submarino en 3.000 kil¨®metros a la redonda y desde la que Washington enlaza sus comunicaciones por via sat¨¦tite entre Oriente y Occidente, se considera "intocable" por ambas partes. Por parte espa?ola, porque el propio Gobierno entiende que las Fuerzas Armadas espa?olas no son capaces hoy de controlar un paso estrat¨¦gico tan importante como el de Gibraltar. Por parte estadounidense, porque es un puente b¨¢sico entre Europa y Norteam¨¦rica y un important¨ªsimo apoyo ala VI Flota del Mediterr¨¢neo.
La situaci¨®n opuesta se produce en Torrej¨®n (Madrid), donde EE UU dispone de la pista a¨¦rea m¨¢s larga de Europa, construida en los a?os cincuenta, con vistas a su utilizaci¨®n por parte de los grandes bombarderos norteamericanos, pero de escaso inter¨¦s cuando los misiles intercontinentales o de medio alcance han sustituido en parte la acci¨®n de los grandes bombarderos.
El Gobierno socialista pretende espa?olizar en su totalidad Torrej¨®n, donde ahora hay 4.507 militares y 685 civiles. En esta base, situada a 20 kil¨®metros de Madrid, EE UU tiene 79 cazas, en su mayor¨ªa F-16 de interceptaci¨®n, mientras Espa?a tiene un ala de combate integrada por Phantom y el Centro de Operaciones de Combate (COC).
Las bases a¨¦reas de utilizaci¨®n conjunta de Mor¨®n (Sevilla) -con 386 militares y 43 civiles estadounidenses-, y Zaragoza -2.034 militares y 189 civiles-, y las peque?as estaciones de comunicaciones situadas a lo largo de la costa mediterr¨¢nea constituir¨¢n el centro de la futura negociaci¨®n hispano-norteamericana.
Acuerdos de colaboraci¨®n
El Gobierno espa?ol ha suscrito acuerdos de colaboraci¨®n militar con diez pa¨ªses -nueve de ellos de la OTAN-, aparte del Convenio de Amistad con EE UU. El Ejecutivo no descarta, aunque actualmente ha paralizado las gestiones, que ese tipo de acuerdos se firmen tambi¨¦n con pa¨ªses del norte de ?frica, como Marruecos. La mayor¨ªa de tales acuerdos esconden proyectos de cooperaci¨®n industrial en la fabricaci¨®n de armas avanzadas, extremo que Defensa potencia para, seg¨²n tesis oficiales, disminuir la excesiva dependencia exterior.
Adem¨¢s de estar integrada desde 1982 en la OTAN, Espa?a mantiene acuerdos militares de Amistad y Cooperaci¨®n con Portugal, suscrito el 23 de noviembre de 1977, y con EE UU. Este ¨²ltimo se firm¨® por primera vez en 1953, y fue renovado en 1970, 1977 y 1982.
Desde que el el PSOE accedi¨® al poder en octubre de 1982, Espa?a ha suscrito acuerdos de colaboraci¨®n militar con Francia (1983), Rep¨²blica Federal de Alemania (1983), Italia (1983), Grecia (1985), Reino Unido (1985), Holanda (1985), Noruega (1985), B¨¦lgica (1985) y Suecia (1985). Este ¨²ltimo pa¨ªs es el ¨²nico no integrado en la OTAN con el que Espa?a ha suscrito ese tipo de acuerdos.
Espa?a es signataria de la mayor¨ªa de acuerdos internacionales sobre desarme, entre los que figuran: protocolo sobre prohibici¨®n de empleo de bombas con gases asfixiantes, t¨®xicos o bacteriol¨®gicos (1925); tratado de prohibici¨®n de ensayos con bombas nucleares en la atm¨®sfera y debajo del agua (1963); convenci¨®n sobre la prohibici¨®n de desarrollo y almacenamiento de bacteriol¨®gicas y tox¨ªnicas y sobre su destrucci¨®n (1972) y convenci¨®n sobre prohibici¨®n de modificar el medio ambiente con fines militares (1977).
Espa?a, en cambio, no es signataria del Tratado de No Proliferaci¨®n de Armas Nucleares. La tecnolog¨ªa espa?ola actual, seg¨²n reconocen fuentes de la Junta de Energ¨ªa Nuclear, se encuentra en un nivel suficiente para fabricar bombas nucleares o buques de propulsi¨®n nuclear.
Con base en este tipo de acuerdos, la red de alerta y control espa?ola, por ejemplo, est¨¢ enlazada con la francesa y con la portuguesa. Ahora, en el Ministerio de Defensa, se comenta ya la posiblidad de enlazarla con Marruecos y en pocos meses estar¨¢ enganchada con la red Nadge de la OTAN.
Ejercicios con otros pa¨ªses
Los ej¨¦rcitos espa?oles, de otro lado, mantienen continuas relaciones con las Fuerzas Armadas de pa¨ªses europeos. S¨®lo la Armada particip¨® en 1984 en ejercicios con EE UU, Portugal, Italia, Alemania, Reino Unido, Holanda y Grecia. En el mismo a?o, el Ej¨¦rcito del Aire efectu¨® ejercicios con fuerzas a¨¦reas de B¨¦lgica, Rep¨²blica Federal de Alemania, Grecia, Italia, Pa¨ªses Bajos, Portugal y Reino Unido. En 1984 y 1985 los ej¨¦rcitos del Aire de Marruecos y de Espa?a realizaron los ejercicio Atlas 84 y Atlas 85.
"Las visitas a instalaciones de Mando, Control y Comunicaciones, de Inteligencia, Guerra Electr¨®nica, Defensa A¨¦rea, Reconoc¨ª miento A¨¦reo, etc., han f¨¢cilitado a nuestro personal un enriquecimiento profesional y un conocimiento de la realidad sobre las Fuerzas A¨¦reas de los pa¨ªses OTAN", dec¨ªa la Revista Aeron¨¢utica y Astron¨¢utica del Ej¨¦rcito del Aire en agosto de 1985.
Uno de los motivos para participar en estos ejercicios es que, con ello, Espa?a se integra cada vez m¨¢s en planes militares en los que, en caso de conflicto generalizado, muy probablemente se ver¨ªa inmersa como pa¨ªs occidental.
Cabe se?alar que, si se desatar un conflicto entre ambos bloques Europa occidental necesitar¨¢ recibir 17 millones de toneladas de fuel y 11 millones de toneladas de aprovisionamientos generales en los cuatro primeros d¨ªas del conflicto, lo que requerir¨¢ el empleo de unos 2.000 barcos, de los que el 65% deber¨¢ cruzar el Atl¨¢ntico Norte, procedentes de EE UU.
Puente intercontinental
C¨¢lculos optimistas se?alan que en los primeros d¨ªas del conflicto se perder¨¢ el 30% de los barcos. Si el bloque occidental logra parar el primer empuje de las 90 divisiones sovi¨¦ticas que supuestamente atacar¨ªan Europa, se prev¨¦ que en tres meses tendr¨ªan que llegar al viejo continente un mill¨®n de hombres de EE UU y Canad¨¢.
Dentro de esta gran operaci¨®n de puente intercontinental, Espa?a jugar¨ªa un papel estrat¨¦gico clave, y gran parte de sus unidades militares navales, junto a otras de la OTAN, estar¨ªa dedicada a la ,protecci¨®n de los convoyes, muchos de los cuales tendr¨¢n precisamente como punto de llegada la pen¨ªnsula ib¨¦rica.
Uno de los problemas continuamente planteados a ra¨ªz de la presencia militar estadounidense en Espa?a se refiere a la posibilidad de que EE UU almacene armas nucleares en Espa?a.
Hasta 1979, la base de Rota era utililizada como base para submarinos nucleares Polaris. En el tratado de 1977 con EE UU se especificaba la prohibici¨®n de tener armas nucleares en Espa?a, pero en el renovado en 1982 se introdujo la novedad de que el almacenamiento de armas nucleares quedaba "supeditado al acuerdo del Gobierno espa?ol".
El coronel estadounidense William L. Heilberg en su trabajo El papel de Espa?a en la OTAN, dice: "La extensi¨®n de la pen¨ªnsula ib¨¦rica presenta la posibilidad de estacionar un sistema de armas nucleares, aunque hoy no puede considerarse como una opci¨®n concreta. Espa?a tambi¨¦n presenta posibilidades adecuadas para almacenar armas nucleares basadas en tierra o adecuadas para su empleo en el mar o en el aire".
Finalmente, cabe destacar que, en el protocolo adicional al convenio de amistad, suscrito ya en 1983 por el actual Gobierno socialista, se indica que la hipot¨¦tica salida de Espa?a de la OTAN supondr¨¢ la renegociaci¨®n autom¨¢tica del tratado.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
Archivado En
- Tratado TNP
- II Legislatura Espa?a
- Base de Torrej¨®n
- Refer¨¦ndum OTAN
- Ministerio de Defensa
- Base de Rota
- Explosivos
- Presupuestos defensa
- Gobierno de Espa?a
- Campa?as electorales
- Tratado nuclear
- Presidencia Gobierno
- Misiones internacionales
- Instalaciones militares
- Tratados desarme
- Servicio militar
- PSOE
- Armas nucleares
- Refer¨¦ndum
- Fuerzas armadas
- Ministerios
- Legislaturas pol¨ªticas
- Estados Unidos
- Bases militares