Hallazgos con el cuerpo
Cinco cuerpos, cada uno perfecto en s¨ª mismo. Cinco esculturas vivas de fibra tensa que hacen disfrutar la pl¨¢stica de sus l¨ªneas.Como espect¨¢culo interdisciplinario es bueno ponerle l¨ªmites a esa participaci¨®n de distintos g¨¦neros de labor esc¨¦nica, pues tienen sus peligros al acercarse al pastiche confiando en la holgura del saco de su estilo, pudiendo, por un lado, derivar hacia un chiste gestual f¨¢cil o recurrir demasiado a la espectacularidad calist¨¦nica que les permite su f¨ªsico. Las evoluciones demuestran ya a primera vista una muy buena preparaci¨®n, basada en la resistencia y la elasticidad, apuntando con iron¨ªa hacia las convenciones del aprendizaje ballet¨ªstico. Esto queda presente con chispazos, que, aun satirizados, est¨¢n muy bien hechos (un salto, una vuelta en el aire, una pirueta doble). S¨®lo falla la danza propiamente dicha en el n¨²mero de demostraci¨®n acrob¨¢tica de Alan Boeding con la escultura cin¨¦tica de su propia creaci¨®n.
Momix Dance Theatre
De Estados Unidos. Con Ashley Roland, Morleigh Steinberg, Alan Boeding, Daniel Ezralow y Jamey Hampton. Director t¨¦cnico: Kevin Dreyer. M¨²sica: Georgia Sea, Insland Singers, Peggy Lee, Keith Jarret, Ravel, Debussy, Brian Eno y Roy Finch, entre otros. Teatro Principal.
Aunque por momentos se suaviza, olvidando su origen deportivo para conseguir poses muy fluidas.
Se agradece. la pausa bailada de Fever. Es como un respiro en la trepidante acci¨®n. Tambi¨¦n ejerce una funci¨®n sutil: enlazar otros n¨²meros que sin ella aparecer¨ªan inconexos, como dar lugar a la ya cl¨¢sica escena del borracho y su alfombra, uno de los cuadros rescatados con muy buen criterio del anterior espect¨¢culo visto en Espa?a.
El espectro musical que usan es tan variado que hay para todos los gustos. La estructura coreogr¨¢fica est¨¢ muchas veces armada a partir de la sugerencia de un tema sonoro. Con Momix se deb¨ªan organizar conciertos multitudinarios para los j¨®venes. Si Sting, por ejemplo, es capaz de infundir entusiasmo y predilecci¨®n a esos j¨®venes por un sonido de elite, Momix har¨ªa seguramente lo mismo en cuanto al movimiento. Su frescura, humor y din¨¢mica llegar¨ªan sin dificultad a un p¨²blico novato que quiz¨¢ no soportar¨ªa un Lago de los cisnes (?nunca se sabe!) pero que tiene el baile en un lugar destacado dentro de sus medios de expresi¨®n. Conviene decir qui¨¦nes son y de d¨®nde han salido estos chicos. Pilobulus es el nombre clave. Con esta agrupaci¨®n conviven a unos 200 kil¨®metros de Nueva York en una granja cerca de Connecticut, donde disponen de equipos de grabaci¨®n y estudios de danza. Daniel Ezralow, el m¨¢s espectacular, fue bailar¨ªn principal en la compa?¨ªa de Paul Taylor; Ashley Roland viene del mundo de la gimnasia de competici¨®n; Jamey Hampton se form¨® en Pilobulus, y Alan Boeding estudi¨® escultura, y el m¨®vil con que baila sali¨® de una maqueta que luego ampli¨® hasta incluir la figura humana. Nunca pens¨® en bailar, pero hace tres a?os prob¨® a meterse dentro de la escultura y despu¨¦s ya no ha salido nunca de ella: es su partenaire cada noche.
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