EE UU y la 'contra'
LA ADMINISTRACI?N de Reagan est¨¢ haciendo enormes esfuerzos para obtener de las c¨¢maras la aprobaci¨®n de una partida de 100 millones de d¨®lares para la ayuda a la contra en Nicaragua; de ellos, 70 millones de ayuda directamente militar. La oposici¨®n es muy fuerte, y cuatro comisiones de la C¨¢mara de Representantes han rechazado la demanda; solamente una ha votado en un sentido favorable al presidente Reagan. Las presiones de la Casa Blanca sobre el Capitolio se desarrollan en un ambiente deteriorado; en The New York Times, Anthony Lewis habla de "la operaci¨®n pol¨ªtica m¨¢s fea y m¨¢s peligrosa" desde hace muchos a?os, y agrega que se utilizan medios de la ¨¦poca de McCarthy, tales como "la invenci¨®n, el miedo y la intimidaci¨®n". En la opini¨®n p¨²blica norteamericana, la ayuda a la contra no es popular; las protestas son amplias, y numerosos dignatarios, eclesi¨¢sticos, entre ellos obispos cat¨®licos, han manifestado en Washington su oposici¨®n a la pol¨ªtica de Reagan en relaci¨®n con Nicaragua, Pero el hecho m¨¢s grave para la Administraci¨®n ha sido la dimisi¨®n del vicedirector de la CIA, John McMahon, que llevaba 34 a?os trabajando en dicha organizaci¨®n. Ha defendido durante meses la tesis de que ayudar a la contra no sirve a los intereses de EE UU, y ha dimitido al prevalecer en la Casa Blanca la posici¨®n intervencionista. Queda ahora por ver c¨®mo evoluciona la misi¨®n de enviado especial adjudicada a Philip Habib, que ha recibido el encargo a los pocos d¨ªas de su regreso de Filipinas, en un claro intento por parte de la Administraci¨®n estadounidense de equiparar la dictadura de Marcos con la situaci¨®n de Nicaragua, uno de los argumentos ya utilizados por Reagan para justificar su intervenci¨®n en favor de los contra, pues se tratar¨ªa, desde esta posici¨®n, de lograr ayuda para la instalaci¨®n de reg¨ªmenes democr¨¢ticos.Las dificultades con las que choca la Administraci¨®n se deben sobre todo a la endeblez de sus argumentos: nadie toma muy en serio que, si la contra fuese derrotada, Nicaragua se convertir¨ªa en una amenaza para la seguridad de EE UU. Decir eso lleva, adem¨¢s, a invocar la posibilidad de utilizar el Ej¨¦rcito norteamericano, como hizo el secretario de Defensa, Weinberger, y tal perspectiva provoca un rechazo tan un¨¢nime de la opini¨®n que el propio Reagan ha tenido que repetir que el env¨ªo de tropas est¨¢ totalmente excluido.
Para la estabalidad de Am¨¦rica Central se necesita que el r¨¦gimen de Nicaragua d¨¦ verdaderos pasos de democratizaci¨®n, facilitando la entrada en la vida p¨²blica a sectores hoy marginados por el poder sandinista, reconociendo una libertad de expresi¨®n cada vez m¨¢s cercenada y desviando los esfuerzos del gasto militar y de armamento hacia la reconstrucci¨®n econ¨®mica. El camino escogido por Washington empuja en la direcci¨®n contraria. El Grupo de Contadora lleg¨® al borde de un acuerdo important¨ªsimo; esa pol¨ªtica pacificadora permit¨ªa estimular un proceso reconciliador dentro de Nicaragua, como el que fue facilitado por la Embajada de Espa?a. Pero los trabajos de Contadora han sido imposibilitados en la pr¨¢ctica por la pol¨ªtica de Washington, orientada hacia el apoyo a la contra. Pr¨¢cticamente, todos los Gobiernos de Am¨¦rica Latina son contrarios en este punto a la pol¨ªtica reaganista. El pasado 10 de febrero, los representantes de Argentina, Brasil, M¨¦xico, Venezuela, Colombia, Uruguay, Panam¨¢ y Per¨² manifestaron en com¨²n esa actitud al secretario de Estado, Shultz. Las recientes elecciones presidenciales de Honduras, Costa Rica y Guatemala han reflejado un apoyo popular a las soluciones negociadas y un rechazo a cualquier incremento de la intervenci¨®n de EE UU.
Europa ha expresado en reiteradas ocasiones su apoyo a Contadora; pero es obvio que, en la actual coyuntura, lo hecho hasta aqu¨ª no es suficiente. Si EE UU cuadruplica su ayuda a la contra -a eso equivalen los 100 millones de d¨®lares pedidos por Reagan- entrar¨¢ en un engranaje de intervenci¨®n militar de fronteras cuyas consecuencias resultan imprevisibles. Puede dar lugar a situaciones extraordinariamente graves en el continente americano, agitado hoy por todo tipo de tensiones. Ante la agravaci¨®n de la crisis econ¨®mica y del problema de la deuda exterior, incluso Gobiernos moderados tienen serias dificultades para mantenerse en posiciones de cooperaci¨®n con EE UU. En t¨¦rminos jur¨ªdicos, los aliados europeos de la OTAN no tienen nada que ver con lo que haga EE UU en Nicaragua; pero no pueden permanecer indiferentes ante las consecuencias de una pol¨ªtica intervencionista que viola los principios de las Naciones Unidas y el texto mismo del art¨ªculo primero del Tratado de Washington, y que puede causar mucho da?o a la estabilidad de Am¨¦rica Central. Europa tiene que encontrar la forma m¨¢s eficaz de expresar una opini¨®n clara sobre esta Cuesti¨®n trascendental. Y si finalmente el Gobierno ganara el refer¨¦ndum y nuestro pa¨ªs permaneciera en la Alianza Atl¨¢ntica, Madrid podr¨ªa desempe?ar un papel en este punto entre los Gobiernos europeos y el norteamericano. Algo que el propio Daniel Ortega habr¨ªa pedido personalmente al presidente Gonz¨¢lez.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Nicaragua
- Opini¨®n
- Contra nicarag¨¹ense
- Philip Habib
- Guerrillas
- Estados Unidos
- Centroam¨¦rica
- Revoluci¨®n Sandinista
- Pol¨ªtica exterior
- Acci¨®n militar
- Guerra
- Revoluciones
- Gobierno
- Historia contempor¨¢nea
- Conflictos pol¨ªticos
- Am¨¦rica
- Administraci¨®n Estado
- Relaciones exteriores
- Historia
- Partidos pol¨ªticos
- Conflictos
- Pol¨ªtica
- Administraci¨®n p¨²blica