El gal¨¢n
Cuando esto termine, y ustedes ya me entienden, ruego a los responsables de TVE que hagan un recuento de su plantilla porque sospecho que en la confusi¨®n informativa de las ¨²ltimas semanas se les ha colado un presentador que no est¨¢ en n¨®mina, aunque lo parezca. Ya le ten¨ªa yo visto en ocasiones anteriores, pero o bien consider¨¦ sus apariciones como casuales o respondiendo a un contrato interino. Pero es que ¨²ltimamente el presentador infiltrado se repite como el chorizo cuando el piment¨®n es excesivo y las mantecas de cerdo rancias.No hay que negarle al presentador infiltrado excelentes maneras dir¨ªase que profesionales, aunque mis informadores habituales me digan que en el pasado fue vaquero, abogado laboralista y modelo masculino de chaquetas de pana pr¨¦t-¨¢-porter.
Ser¨ªa excesivo decir que chupa c¨¢mara, porque algunos especialistas sostienen la tesis de que es la c¨¢mara la que escoge y no al rev¨¦s. Pero lo cierto es que el presentador no nos abandona y, tr¨¢tese de la inauguraci¨®n de un pantano o de la colocaci¨®n de la primera piedra de refugios antiat¨®micos de renta limitada, el hombre en cuesti¨®n se aparece a los telespectadores, se abre la gabardina del alma y ense?a la sonrisa de vendedor de oc¨¦anos y violetas imperiales.
Cada cual tiene derecho a ganarse la vida como pueda y donde sea, por lo que mi curiosidad no va dirigida a que el presentador, supongo que interino, pierda la posibilidad de empleo fijo ante las c¨¢maras de TVE.
Hablo en nombre de las v¨ªctimas de las pesadillas est¨¦ticas y cito a Machado cuando condena las pesadillas est¨¦ticas y advierte de los graves riesgos que se corren cuando devienen insoportables. Recuerden aquellos tiempos de plato ¨²nico y de gal¨¢n ¨²nico del No-Do en que como reacci¨®n est¨¦tica las masas se entregaron al chicle y a Errol Flynn.
No quiero ni pensar en un futuro en el que, por reacci¨®n est¨¦tica a las ruedas de molino y al gal¨¢n de la tele, las masas exasperadas reclamen torrijas incorruptas de santa Teresa y a los hermanos Calatrava.
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