Un electorado maduro y reflexivo
El rotundo triunfo del s¨ª en el refer¨¦ndum del d¨ªa 12 de marzo es, al margen de las consecuencias pol¨ªticas que encierra, un tema apasionante para la sociolog¨ªa electoral de este pa¨ªs. Las diferencias entre las encuestas y sondeos publicados el d¨ªa 6 de marzo y los resultados reales son tan significativas que a la fuerza hay que pensar que dichas encuestas y sondeos, sobre todo los que daban m¨¢s probabilidades de victoria al voto negativo, han alentado el cambio de voto del electorado. ?ste es precisamente uno de los efectos, aunque no el m¨¢s frecuente, que puede tener la publicaci¨®n de encuestas. En mi opini¨®n, el temor a que triunfase el no ha tenido m¨¢s influencia para que saliera finalmente el s¨ª que las ¨²ltimas y muy meritorias, aunque reiterativas y casi insoportables, intervenciones del presidente del Gobierno.El temor a que triunfara el no no hubiera sido tan determinante si el principal partido de la oposici¨®n no hubiera cometido la irresponsabilidad de preconizar la abstenci¨®n. Los culpables de que al final el refer¨¦ndum tuviera el aspecto de un plebiscito sobre la labor del Gobierno son fundamentalmente Fraga y sus compa?eros de coalici¨®n. Con su actitud han provocado que el electorado socialista de las ¨²ltimas elecciones generales, entre el que se contaban numerosos partidarios del no, decidiera votar al final para que el Gobierno saliera triunfante de su dif¨ªcil trance. Con ello Manuel Fraga, que ha demostrado que su futuro pol¨ªtico est¨¢ en ser alcalde de Villalba, ha conseguido que todos los triunfos por nuestra permanencia en la Alianza sean del PSOE y de Felipe Gonz¨¢lez, que cuentan con el electorado m¨¢s maduro, paciente y reflexivo que pueda haber en el mundo entero.
Con el fin de apoyar la hip¨®tesis que acabo de formular he elaborado el siguiente cuadro comparativo entre los resultados del reciente refer¨¦ndum y los votos que obtuvo el PSOE en las elecciones generales de 1982. Los datos del refer¨¦ndum son los publicados ayer por EL PA?S, con el 99,75% de los votos escrutados, y los de las generales de 1982 son los del Ministerio del Interior, elaborados por Estudios Sociol¨®gicos y, Electorales, [empresa en la que trabaja la autora de este art¨ªculo, junto con Carmen Ortiz].
Pero antes de entrar en el an¨¢lisis de este cuadro por comunidades aut¨®nomas quiero hacer algunas consideraciones sobre la abstenci¨®n. Como es sabido, la participaci¨®n en el refer¨¦ndum constitucional fue del 67,1%. No me voy a referir a la abstenci¨®n en el refer¨¦ndum de la reforma pol¨ªtica, puesto que entonces a¨²n no estaban a punto los actuales controles democr¨¢ticos sobre los resultados de las urnas. Aunque en el refer¨¦ndum constitucional hubo partidos que preconizaron la abstenci¨®n, no eran partidos de ¨¢mbito estatal, por lo que, con m¨¢s o menos aproximaci¨®n, podemos considerar que la abstenci¨®n t¨¦cnica en un refer¨¦ndum es la que hubo en 1978. La Coalici¨®n Popular (CP) ha conseguido que la abstenci¨®n aumente en 7,37 puntos, lo, que en votos supone algo m¨¢s de dos millones. Teniendo en cuenta que CP obtuvo en las elecciones generales de 1982 5,5 millones de votos, no parece que el ¨¦xito de Fraga haya sido muy notable entre sus propios electores.
Fraga puede preferir suponer que todo su electorado le ha sido fiel. En este caso le gustar¨¢ comparar la abstenci¨®n con la que hubo en las elecciones generales de 1982, ocasi¨®n electoral con la m¨¢xima cota de participaci¨®n habida hasta la fecha. Pues bien, la abstenci¨®n en el pasado refer¨¦ndum creci¨® en 5.680.359 personas respecto a la de 1982, como se observa en el cuadro adjunto. Una cifra similar a la de votantes de CP en 1982.
En este caso todo el m¨¦rito por la permanencia de Espa?a en la Alianza Atl¨¢ntica en las condiciones marcadas por el Gobierno es de los votantes del PSOE. Que se sepa con claridad aqu¨ª y fuera de Espa?a.
Valoraci¨®n por comunidades
En el cuadro por comunidades aut¨®nomas sorprende la similitud entre los votos del PSOE en las elecciones de 1982 y los votos s¨ª en este refer¨¦ndum de 1986, pese al incremento de la abstenci¨®n. Curiosamente, los votos s¨ª en 1986 superan los votos dados al PSOE en 1982 en dos comunidades aut¨®nomas regidas por Coalici¨®n Popular: Baleares y Galicia. Lo que puede suponer que o bien precisamente en estas comunidades el electorado de Fraga ha sido menos fiel a las consignas abstencionistas o bien que los electores de los partidos centristas Uni¨® Mallorquina y Coalici¨®n Galega se han inclinado por el s¨ª.En esto no han coincidido con lo ocurrido en el Pa¨ªs Vasco, Navarra y Catalu?a. En efecto, en sendas comunidades aut¨®nomas el triunfo del no ha contado con el concurso casi forzoso de votantes del PNV y CiU. Veamos estos casos con m¨¢s detalle.
En los tres se aprecia, como en el resto de las comunidades aut¨®nomas, una similitud entre el voto dado al PSOE en 1982 y los votos s¨ªes de 1986. Esto es meritorio para el PSOE si tenemos en cuenta que en las elecciones auton¨®micas de 1984 el PSOE s¨®lo consigui¨® en Catalu?a 865.650 votos, en Euskadi 247.660 y en Navarra, en las auton¨®micas de 1983, 94.019. Pero si sumamos los votos que obtuvieron en 1982 los partidos vascos, catalanes y navarros, exceptuando en cada caso al PSOE, al PNV y CiU, obtenemos las siguientes cifras: en Catalu?a, 275.251, muy alejados de los 1.414.910 noes de 1986; en el Pa¨ªs Vasco, 311.577, muy alejados de los 697.097 noes de 1986; en Navarra, 88.854, tambi¨¦n algo alejados, aunque menos, de los 130.533 noes de 1986.
Por tanto, y aunque supusi¨¦ramos que todo el aumento del censo habido entre ambas fechas electorales hubiera votado no, es casi imposible alcanzar los votos no, a no ser que una parte de la militancia peneuvista y convergente haya votado en sentido negativo. De donde se deduce la paradoja de que dos de los partidos m¨¢s atlantistas del espectro pol¨ªtico espa?ol han cosechado con sus actitudes ambiguas y pacatas unos resultados contrarios a los principios que sustentan en las dos comunidades aut¨®nomas -Catalu?a y el Pa¨ªs Vasco- que dirigen. Y gracias a su propio electorado. Naturalmente, habr¨ªa que contar entre los probables votantes del no la diferencia entre los votos para el PSOE en 1982 y los votos s¨ªes de 1986, pero como las diferencias son peque?as y las puede calcular f¨¢cilmente el lector, lo anteriormente dicho no pierde validez.
En Canarias ocurre algo parecido pero con el electorado de Fraga. Los votos de todos los partidos parlamentarios en las elecciones generales de 1982, exceptuando al PSOE y a Coalici¨®n Popular, sumaron 193.884. Los votos no en 1986 son 245.966. Aun haciendo tambi¨¦n las mismas consideraciones anteriores respecto al censo, existen muchas probabilidades de que una parte del electorado de CP haya votado no. Las razones de ello se me escapan, pero debe de haberlas, y son los canarios los indicados para aclararlas.
Nuevos votantes
Para terminar quiero a?adir algunas consideraciones que maticen los anteriores comentarios. En todo el pa¨ªs y en cada comunidad aut¨®noma los votos no superan los votos obtenidos por los partidos parlamentarios en 1982, exceptuando al PSOE y a CP. A escala de toda Espa?a dichos votos fueron 5.382.888, cifra inferior a los 6.829.329 noes del pasado refer¨¦ndum. Si tenemos en cuenta el mill¨®n de votos conseguidos por el PSOE en 1982 que no est¨¢n en el s¨ª de 1986, y si supusi¨¦ramos -lo cual es sin duda exagerado e inexacto- que todo ese electorado hab¨ªa votado no, bien por convicci¨®n o, como en el caso apuntado del PNV y CiU, por castigar al PSOE, a¨²n quedar¨ªa casi medio mill¨®n de votos que proceder¨ªan del aumento del censo y que habr¨ªa votado no. Teniendo en cuenta que el aumento del censo entre 1982 y 1986 ha sido de 1.983.894, y si le aplicamos el porcentaje de abstenci¨®n general, un 42,15% de estos nuevos votantes habr¨ªa votado, en el supuesto que nos ocupa, no, porcentaje m¨¢s alto que el promedio de los noes.Naturalmente todas estas interpretaciones son simplificadoras e inexactas. Ni los s¨ªes proceden s¨®lo de los votantes del PSOE ni el electorado de CP se ha abstenido en masa, sino que en una buena medida ha podido votar s¨ª; ni todos los nuevos votantes han podido abstenerse como la media o votar no en las proporciones indicadas. S¨®lo los sondeos poselectorales permitir¨¢n precisar los componentes sociol¨®gicos de cada grupo de votantes o abstencionistas. Lo escrito hasta aqu¨ª, con premura de tiempo y datos provisionales, es ¨²nicamente una aproximaci¨®n a la realidad. Una realidad compleja en la que un pa¨ªs que tiene una vocaci¨®n de paz y al que no le gustaban los bloques militares ha aceptado con una gran madurez la propuesta que le ha hecho el Gobierno por el que quiere ser gobernado.
En este sentido nadie debe apuntarse tantos. La modestia y la serenidad de las palabras pronunciadas por Felipe Gonz¨¢lez al conocer los resultados del refer¨¦ndum deben servir de modelo a partidos que con unas expectativas de voto no superiores al 4% quieren auparse sobre casi siete millones de votos no que les son ajenos.
Quedan, de lo dicho, algunas aproximaciones importantes a la realidad: la gran madurez del electorado socialista, el probable voto s¨ª de una parte sustanciosa del electorado de Coalici¨®n Popular, la inclinaci¨®n mayoritaria, m¨¢s que probable, hacia el no del nuevo y joven electorado. Elementos para reflexionar por parte de todos los partidos, sobre todo ante la proximidad de las elecciones generales.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.