Los votos de un petrarquista

Un estrecho margen de tres votos -17 frente a 14- decidi¨® en la tercera vuelta la elecci¨®n de Francisco Rico como acad¨¦mico de la Real Academia Espa?ola, que, sin embargo, hab¨ªa contado con mayores posibilidades en la primera. Rico, presentado por Rafael Lapesa, Fernando L¨¢zaro Carreter y Gonzalo Torrente Ballester, compet¨ªa por la quinta plaza de nueva creaci¨®n frente al ling¨¹ista granadino Gregorio Salvador, catedr¨¢tico de la universidad Complutense de Madrid, que concurr¨ªa a la vacante apadrinado por los acad¨¦micos Manuel Alvar, Miguel Delibes y Manuel Seco.Fernando L¨¢zaro Carreter defini¨® a Francisco Rico como "el fil¨®logo de la generaci¨®n de 40 a?os m¨¢s importante que tenemos en Espa?a, romanista de dimensi¨®n internacional y uno de los dos o tres mejores petrarquistas del mundo. Es un espl¨¦ndido conocedor de la literatura espa?ola cl¨¢sica, y los textos picarescos anotados por ¨¦l son de una estima general". Subray¨® que la Academia se enriquece con la presencia de un nuevo talante joven. Francisco Rico, casado y padre de tres hijos de nueve a 16 a?os, es el m¨¢s joven de los acad¨¦micos, junto con Pere Gimferrer.

Asistieron a la sesi¨®n de ayer 31 acad¨¦micos de los 39 existentes, y tres votaron por correo. Para obtener el sill¨®n, el candidato ha de conseguir dos tercios de los votos posibles en una primera votaci¨®n, dos tercios de los presentes en una segunda, y la mitad m¨¢s uno de los presentes en la tercera vuelta.

Al parecer, Francisco Rico estuvo a punto de ser elegido a la primera, gracias a los votos emitidos por correo, pero el margen se estrech¨® en la segunda y en la tercera votaci¨®n. La elecci¨®n se demor¨® durante cerca de una hora.

Es tradicional que no acudan a la Academia para este tipo de reuniones como la de ayer ni Camilo Jos¨¦ Cela ni Miguel Delibes. S¨ª estuvieron, entre otros, Pedro Sainz Rodr¨ªguez, a pesar de los achaques de su edad, Pedro La¨ªn Entraigo, Elena Quiroga, Carmen Conde y Torrente Ballester. Tambi¨¦n es tradicional en la Academia el hermetismo de los acad¨¦micos tras las elecciones -existe el acuerdo de que no hable a la Prensa sino el secretario, y se suele mantener como un compromiso-, que se acentu¨® en esta ocasi¨®n hasta el extremo de que, por primera vez, la decisi¨®n fue comunicada por escrito por el secretario perpetuo Alonso Zamora Vicente.