Samuel Rubio, teor¨ªa y pr¨¢ctica de la musicolog¨ªa
Samuel Rubio (Posada de Oma?a, Le¨®n, 1912), fallecido el pasado s¨¢bado en Madrid, fue una de las m¨¢s grandes figuras de la musicolog¨ªa espa?ola de nuestro siglo. Disc¨ªpulo de tres maestros agustinos hoy pr¨¢cticamente olvidados -Juan M¨²gica, Eusebio Aramburu y Pedro de la Varga, de la estirpe escurialense-, trabaj¨® despu¨¦s, siendo ya organista del monasterio de San Lorenzo, con Garc¨ªa de la Parra, Fuster y Ota?o, y la especialidad organ¨ªstica con Bernardo Gabiola y Ram¨®n Gonz¨¢lez Amez¨²a.Hombre inquieto e insatisfecho, Samuel Rubio, que fue enterrado ayer en la cripta de Santo Tom¨¢s de Aquino en la Ciudad Universitaria de Madrid, busc¨® la fuente de los saberes musicol¨®gicos, en la teor¨ªa y en la pr¨¢ctica, all¨ª donde estaban mejor garantizados: reside en Montserrat y estudia con Su?ol; en Silos, con Germ¨¢n Prado, y en Solesmes, con Gajard y Cardine; en Ratisbona, con Haberl. Al fin, Roma, la ciudad a la que llevaron todos los caminos seguidos por Rubio en la b¨²squeda de una solidez en su preparaci¨®n y de una amplitud de horizontes en su visi¨®n. Si pensamos que desde el gregor¨ªano a nuestro siglo XVIII no hay materia, que no fuera investigada y atendida por Samuel Rubio, nos daremos cuenta de la importancia que la vida y la obra de Rubio cobra en el panorama musicol¨®gico espa?ol.
En Roma est¨¢ Higinio Angl¨¦s, quien dirige la tesis sobre T¨¦cnica, estilo y expresi¨®n en la polifon¨ªade Morales, con la que Rubio se doctora en Musicolog¨ªa y obtiene la summa cum laude. Quiz¨¢ supuso m¨¢s para el nuevo doctor la carta de Angl¨¦s al general de los agustinos: "Haga publicar cuanto antes esta maravilla de tesis y permita la dedicaci¨®n exclusiva del padre Rubio a la investigaci¨®n musical".
Diez a?os despu¨¦s, y ya con una obra cuantiosa, interesante y moderna que "marca un rumbo nuevo", como dice Fern¨¢ndez de la Cuesta, funda Rubio la Sociedad Espa?ola de Musicolog¨ªa, con la consiguiente revista y la edici¨®n de cat¨¢logos, m¨²sica pret¨¦rita y estudios. Desde la esforzada tarea de Higinio Angl¨¦s en la Barcelona anterior a la guerra civil y, pasada ¨¦sta, al frente del Instituto de Musicolog¨ªa, no se conoce un impulso semejante a una dedicaci¨®n tan relativamente considerada por los rectores de nuestra cultura. Rubio muere sin alcanzar la Academia, c¨®mo le sucedi¨® a Adolfo Salazar. Ambos aspiraron a un sill¨®n, sin embargo. No son ausencias de las que la Real de San Fernando pueda vanagloriarse, ni mucho menos.
Historia
Con hombres como Miguel Querol -continuador de Angl¨¦s en el IEM-, como Llorens, Santiago Kastner, Preciado, Climent, Calahorra, L¨®pez Calo, Siemens, sus colaboradores y seguidores, la figura de Rubio aparece instalada no en el desierto, como pudo sucederles a Eslava, Barbieri, Pedrell y Mitjana, sino en un campo feraz, desde el que puede hacerse hoy, con bastante precisi¨®n, la historia de la m¨²sica espa?ola.Seguir cuanto Samuel Rubio ha publicado, desde 1956 hasta nuestros d¨ªas precisar¨ªa de un n¨²mero entero de EL PMS. Lo ha hecho excelentemente Luis Hern¨¢ndez en el n¨²mero que quienes hacen la Revista de Musicolog¨ªa dedicaron a Rubio en 1983, con ocasi¨®n de cumplir ¨¦ste 70 a?os.
Dicho music¨®logo, tan unido a Rubio como Jos¨¦ Sierra y tantos otros, resume la inmensa labor del investigador desaparecido en cuatro apartados: a) puesta en circulaci¨®n de mucha m¨²sica resucitada; b) an¨¢lisis estil¨ªstico y t¨¦cnico a partir de un principio: "trat¨¢ndose de m¨²sica, lo principal es la m¨²sica misma"; c) redescubrimiento, catalogaci¨®n y difusi¨®n de la obra de Soler y de m¨¢s maestros escurialenses d) fundaci¨®n de la Escuela Madrile?a de Musicolog¨ªa.
Galaxia
"En la d¨¦cada de los setenta", escribe Robert Stevenson, "el firmamento musicol¨®gico de Madrid, gracias a Samuel Rubio principalmente, ha brillado con una nueva galaxia de estrellas, muchas de ellas por ¨¦l formadas". "Saludo a Samuel Rubio", dice, "como un eminente especialista, un insuperable maestro, un insigne agustino, una fuerza de energ¨ªa espiritual y un faro luminoso para las futuras generaciones". La generaci¨®n de Samuel Rubio tiene en ¨¦l una de sus cimas m¨¢s elevadas, capaz de salvar otras carencias y desniveles musicales que gozaron, no obstante, de m¨¢s larga atenci¨®n.Todav¨ªa hacer aut¨¦ntica musicolog¨ªa en Espa?a es casi casi llorar. Con el brillo de su propia aureola, acaso no encontr¨® Samuel Rubio m¨¢s aureola de cara a la sociedad que la medalla de oro a las Bellas Artes que en 1981 le impusiera el rey Juan Carlos.
Babelia
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