Hacia un excedente de dif¨ªcil justificaci¨®n
LAS CIFRAS relativas a nuestros intercambios con el exterior recogidas en el registro de caja del Banco de Espa?a correspondiente al mes de enero reflejan una situaci¨®n muy poco frecuente para esta ¨¦poca del a?o: el excedente registrado en la balanza por cuenta corriente alcanz¨® los 370 millones de d¨®lares, en vez de un d¨¦ficit de 46 millones en el mismo per¨ªodo de 1985. Tradicionalmente, los primeros y los ¨²ltimos meses del a?o suelen registrar d¨¦ficit, mientras que los meses centrales arrojan excedentes como consecuencia del turismo.Un an¨¢lisis m¨¢s detenido de las cifras de enero permite comprobar que la mejora proviene esencialmente de la balanza comercial, y dentro de ¨¦sta, del fuerte aumento de las exportaciones, que pasaron de 2.000 millones a 2.500 millones de d¨®lares. Las importaciones de petr¨®leo permanecieron estables y el resto de las importaciones progres¨® moderadamente. En cuanto a los servicios, el saldo positivo se increment¨® en algo m¨¢s de 100 millones de d¨®lares, como consecuencia, fundamentalmente, del buen comportamiento del turismo.Aunque las cifras correspondientes a un solo mes no permiten extraer consecuencias para el conjunto del a?o, lo cierto es que los resultados de enero no hacen sino confirmar algunas previsiones m¨¢s o menos oficiosas en el sentido de que en 1986 podr¨ªamos encontrarnos con el mayor excedente exterior registrado en nuestra historia econ¨®mica reciente. Tal como van las cosas es posible pensar en cifras comprendidas entre los 5.000 millones y los 6.000 millones de d¨®lares, lo cual lleva necesariamente a interrogarse sobre la conveniencia de semejante resultado.En primer lugar, es m¨¢s que dudoso que una econom¨ªa con uno de los ¨ªndices de paro m¨¢s elevados de Occidente deba exportar una cantidad de ahorro interno equivalente a casi un 3% de su renta nacional. Se trata de una situaci¨®n tanto m¨¢s absurda cuanto que nuestra econom¨ªa registra regularmente entradas de capital del orden de los 1.000 millones o 2.000 millones de d¨®lares anuales. Es cierto que una parte del excedente puede ser utilizado para devolver pr¨¦stamos contra¨ªdos con anterioridad, pero esta v¨ªa, ampliamente utilizada en 1985, tiene sus l¨ªmites y depende adem¨¢s de factores que, como la evoluci¨®n de los tipos de inter¨¦s relativos, no est¨¢n enteramente bajo el control de las autoridades monetarias espa?olas. En los ¨²ltimos d¨ªas, por tomar un ejemplo reciente, los tipos de inter¨¦s han bajado en Europa y subido en Espa?a, lo cual, obviamente, no debiera incitar a las empresas a cancelar anticipadamente sus deudas exteriores.Te¨®ricamente, en un r¨¦gimen de flotaci¨®n pura de las monedas, la situaci¨®n de nuestra balanza por cuenta corriente deber¨ªa provocar una fuerte apreciaci¨®n de la peseta, lo cual tendr¨ªa la ventaja de constituir una poderosa ayuda en la lucha contra la inflaci¨®n, pero tendr¨ªa el inconveniente de deteriorar seriamente la competitividad de nuestros productos en un momento en que el diferencial de inflaci¨®n con los otros pa¨ªses de la CEE tiende a abrirse como consecuencia de la introducci¨®n del IVA. Es cierto que este impuesto no grava los bienes exportados, pero no es menos cierto que la alta tasa de inflaci¨®n interna incidir¨¢ sobre los costes salariales y, por consiguiente, sobre la competitividad.La opci¨®n de pol¨ªtica econ¨®mica m¨¢s razonable ser¨¢ aquella que conduzca a la aceleraci¨®n de la tasa de crecimiento de nuestra econom¨ªa y a la utilizaci¨®n interna de un ahorro al que puede encontrarse multitud de aplicaciones. Para ello es preciso afianzar las expectativas econ¨®micas favorables que se han abierto paso a lo largo de las ¨²ltimas semanas y apoyar por todos los medios la inversi¨®n productiva, condici¨®n indispensable para la creaci¨®n de puestos de trabajo. No se trata de una tarea simple, puesto que, entre otras cosas, las medidas pr¨¢cticas para inducir un aumento de la inversi¨®n privada requieren la renuncia previa a muchos dogmas ideol¨®gicos hondamente enraizados tanto en la derecha como en la izquierda. En cualquier caso, lo que ser¨ªa dif¨ªcilmente aceptable es terminar el a?o habiendo exportado un 3% de nuestra renta nacional en forma de ahorro; se tratar¨ªa de un sarcasmo para los millones de ciudadanos que buscan un puesto de trabajo.
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