El antagonismo entre las dos Am¨¦ricas
El mundo actual est¨¢ dividido entre unos pa¨ªses muy ricos y otros muy pobres. En consecuencia, seg¨²n el autor de este art¨ªculo, la contradicci¨®n entre las naciones subdesarrolladas y las industrializadas es quiz¨¢ m¨¢s inconciliable que entre los pa¨ªses de los bloques militares opuestos de la Alianza Atl¨¢ntica y del Pacto de Varsovia.
Cuando hablarnos del mundo como sujeto ¨²nico pareciera que constituye una entidad homog¨¦nea en todos sus aspectos geogr¨¢ficos, econ¨®micos, demogr¨¢ficos y otras connotaciones; pero el mundo, de pa¨ªs a pa¨ªs y de continente a continente, no es el mismo, sino muy diferente. As¨ª, por ejemplo, India y China re¨²nen aproximadamente el 38% de la poblaci¨®n mundial, pero s¨®lo representan m¨¢s o menos el 5% del producto interno mundial. En cambio, Estados Unidos, con el 5% de la poblaci¨®n del mundo, posee el 25% del producto mundial. Y por nacer en Estados Unidos y no en la India o en Bolivia, uno puede aspirar a vivir una media de 72 a?os, contra 52 y 55 a?os, poseyendo una renta por habitante unas 40 veces m¨¢s como norteamericano que como indio o boliviano.Hay unos 600 millones de personas que sufren el azote del hambre en el mundo, mejor dicho, en los pa¨ªses con agricultura de subsistencia, con escaso equipo mec¨¢nico agr¨ªcola, con reducido consumo de fertilizantes qu¨ªmicos, ya que los abonos org¨¢nicos son insuficientes como para fertilizar las tierras de pa¨ªses atrasados cient¨ªfica y tecnol¨®gicamente.
Atraso econ¨®mico
As¨ª las cosas, la producci¨®n agr¨ªcola adicional en el Tercer Mundo para poder alimentar a la poblaci¨®n creciente, que en poco m¨¢s de 30 a?os se duplica, particularmente en ?frica y Am¨¦rica Latina; pr¨¢cticamente aumenta m¨¢s que el incremento anual de la producci¨®n, cre¨¢ndose as¨ª un malthusianismo econ¨®mico no por causa del acrecentamiento demogr¨¢fico, sino del subdesarrollo econ¨®mico y tecnol¨®gico. Pues, al contrario, en la Europa industrializada y Norteam¨¦rica, debido al avance tecnol¨®gico en la agricultura, se producen alimentos no s¨®lo para el consumo nacional, sino para cubrir las exportaciones mundiales en gran parte. Corno los pa¨ªses afroasi¨¢ticos y latinoamericanos poseen las mayores extensiones geogr¨¢ficas, cabe suponer que el hambre es inherente, m¨¢s que a la explosi¨®n de la poblaci¨®n, al atraso econ¨®mico y tecnol¨®gico de sus agriculturas, como puede apreciarse en el cuadro adjunto.
A la luz de las cifras es evidente que los pa¨ªses subdesarrollados, con los dos tercios de la poblaci¨®n mundial, apenas producen poco m¨¢s de un tercio de la producci¨®n agr¨ªcola del mundo.
Pero lo grave en cuanto a los fertilizantes qu¨ªmicos es que en ?frica, Asia y Am¨¦rica Latina hay que importarlos en buena parte, y los que se producen en estas regiones est¨¢n en manos de empresas multinacionales, que los venden a un precio muy superior que en los pa¨ªses matrices de estas empresas. En estas condiciones, las tierras no pueden ser bien abonadas y sus rendimientos por hect¨¢rea son muy bajos, lo cual obliga a emplear la mayor parte de la poblaci¨®n activa en la agricultura, pero produciendo escasamente para autoabastecer a la familia campesina y dejar un peque?o remanente para comercializaci¨®n en las ciudades o muy poco para exportaci¨®n, en ciertos pa¨ªses.
Es incre¨ªble, pero es verdad, que Estados Unidos, contando con m¨¢s de cuatro millones de tractores y cerca de un mill¨®n de cosechadoras mec¨¢nicas, consumiendo dos o tres veces m¨¢s fertilizantes qu¨ªmicos que Am¨¦rica Latina, produce varias veces m¨¢s trigo, soja y ma¨ªz que todos los pa¨ªses latinoamericanos juntos empleando el 2,5% de su poblaci¨®n activa: unos tres millones de trabajadores agr¨ªcolas norteamericanos.
Por incre¨ªble que parezca, M¨¦xico, al lado de Estados Unidos, viene ocupando dos o tres veces m¨¢s poblaci¨®n en el campo que este pa¨ªs, lo que demuestra la gran brecha tecnol¨®gica de productividad por trabajador entre las agriculturas mexicana y norteamericana. Pero con la agravante para M¨¦xico de que duplica su poblaci¨®n en unos 22 a?os, contra m¨¢s de 100 en Estados Unidos. En este sentido es explicable que una gran corriente de emigraci¨®n mexicana se vaya infiltrando todos los a?os hacia Estados Unidos. De esta manera, casi imperceptiblemente, con la mesa escasa y la cama pr¨®diga en nacimientos de ni?os, M¨¦xico vuelve a recuperar a la larga los Estados de Tejas, California, Nuevo M¨¦xico, Colorado, que perdiera en la guerra de 1848 por el tratado de Guadalupe-Hidalgo.
Una Am¨¦rica Latina subdesarrollada, con un aumento anual del 2,8% de poblaci¨®n, que duplica su poblaci¨®n en unos 30 a?os, y una Norteam¨¦rica rica que necesita m¨¢s de 100 para hacerlo, tienen que ser muy antag¨®nicas a corto y medio plazo. Ya Hegel, en su Filosof¨ªa de la historia, cuando trata la diferencia entre las "dos Am¨¦ricas: una, rica; otra, pobre; una, protestante; otra, cat¨®lica; una, de terratenientes; otra, de granjeros", cre¨ªa que chocar¨ªan en el siglo XX, y que ello constituir¨ªa uno de los grandes dramas de la historia.
Por nuestra parte, estimamos que cuando M¨¦xico, en el a?o 2000, tenga unos 125 millones de habitantes puede ser m¨¢s problema para Estados Unidos que la Uni¨®n Sovi¨¦tica, y no digamos que ello se agrava mucho m¨¢s al alcanzar Am¨¦rica Latina unos 650 millones de habitantes en el a?o 2000, frente a unos 300 millones de americanos del Norte: ricos, acreedores de una pesada deuda p¨²blica externa latinoamericana que no puede pagar ya ni sus elevados intereses, sin contar sus anualidades. As¨ª, pues, es muy posible que en lo que queda del siglo XX el conflicto URSS-EE UU puede ser hasta menos antag¨®nico que el conflicto entre las dos Am¨¦ricas, previsto en la dial¨¦ctica hegeliana de la historia, que se busca su teatro donde hay m¨¢s y no rnenos contradicciones.
es escritor y economista.
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