Protestas por la suspensi¨®n del concierto de Teresa Berganza

El Teatro Real de Madrid se convirti¨® anoche en el fragor no de sonidos musicales sino de pitidos, al protestar una buena parte de las m¨¢s de 1.500 personas que all¨ª se encontraban cuando fue anunciado que la mezzosoprano Teresa Berganza, aut¨¦ntico plato fuerte del concierto que ofrec¨ªa la orquesta de RTVE, no actuar¨ªa.Unos minutos despu¨¦s de la hora prevista, las diez de la noche, un representante de la ORTVE sali¨® al escenario y anunci¨® que Berganza no podr¨ªa cantar por encontrarse enferma. Este portavoz anunci¨® que si alguien no estaba conforme se le devolver¨ªa el importe de la entrada.

Luego a?adi¨® que el concierto se celebrar¨ªa actuando en las partes solistas dos integrantes del coro de la ORTVE. Se oyeron entonces gritos que dec¨ªan que el concierto deb¨ªa aplazarse y se produjo un gran alboroto entre una parte de la gente que quer¨ªa que el concierto empezase, y otra, localizada en las butacas m¨¢s baratas, que ped¨ªa el aplazamiento hasta que Teresa Berganza pudiese actuar.

El director, ?ngel G¨®mez Mart¨ªnez, y la orquesta dejaron el escenario. "Mientras ustedes se ponen de acuerdo la orquesta se retira", dijo el director. Luego volvieron a salir al escenario con media hora de retraso. Un espectador grit¨®: "?Empiece, maestro, que la m¨²sica amansa a las fieras!". El concierto comenz¨® y se desarroll¨® con normalidad.

El programa, repetici¨®n del ofrecido el jueves 10 en el mismo teatro, inclu¨ªa obras de Ravel, Debussy y las Siete canciones populares de Manuel de Falla, que finalmente fueron interpretadas ayer por dos integrantes del coro de la ORTVE.

G¨®mez Mart¨ªnez explic¨® lo sucedido diciendo que "una parte peque?a del p¨²blico, pero bastante ruidosa, se crey¨® que se le estafaba, cuando en realidad tres horas antes del concierto Teresa Berganza justific¨® convenientemente, inclu¨ªdo el certificado m¨¦dico, que no actuar¨ªa. Cuando esto sucede con una solista de la calidad de Teresa Berganza, y con tan poco margen de tiempo, se produce un aut¨¦ntico descalabro. Afortunadamente, la cortes¨ªa del p¨²blico permiti¨® que se concluyera el concierto".