Alessandro Natta, gran vencedor en el 17? Congreso de los comunistas italianos
"En este congreso no ha habido susurros ni gritos, vencedores ni vencidos, y en ¨¦l se ha lanzado un gran desaf¨ªo renovador", dijo ayer el secretario general del Partido Comunista Italiano (PCI), Alessandro Natta, tras recibir una gran ovaci¨®n cuando comenz¨® su turno de r¨¦plica a los cr¨ªticos, al cabo de cuatro d¨ªas de abiertos debates. En realidad, Natta ha sido el gran vencedor del 17? congreso, ya que ha conseguido clausurarlo con una fuerte unidad sin sacrificar la libertad de discusi¨®n, m¨¢s amplia y grande que nunca, aunque las reuniones comenzaron con el miedo de que se produjesen duros enfrentamientos entre las corrientes del partido.
"Nos daban por acabados y hemos mostrado que estamos m¨¢s vivos que nunca", grit¨® Natta, apellidado el doctor sutil, dande orgullo a un partido que hab¨ªa empezado su 17? Congreso con mucho miedo y tantas dudas que ni siquiera hab¨ªa osado cantar su tradicional himno Bandera Rossa, content¨¢ndose con las notas del himno nacional. Fue s¨®lo al final, ayer tras la r¨¦plica vibrante de Natta, cuando por primera vez los congresistas, en pie, cantaron a voz en grito las notas de la canci¨®n de la izquierda italiana y se vieron los primeros pu?os cerrados.Y, sin, embargo, el congreso no era f¨¢cil de domar. Ya en las reuniones previas se hab¨ªa advertido por parte de la base comunista mucha tensi¨®n por lo que se refiere a la problem¨¢tica propuesta por los movimientos nuevos, como el ecologista, el pacifista y, el feminista. La tensi¨®n volvi¨® a manifestarse ayer en las votaciones p¨²blicas de las enmiendas a las tesis. La ¨²nica que no hab¨ªa sido retirada, porque no fue posible llegar a un compromiso entre la comisi¨®n pol¨ªtica y los j¨®venes dirigentes, era la que solicitaba que Italia rechazase el uso de la energ¨ªa nuclear. Presentada a votaci¨®n, la enmienda fue rechazada, pero con un resultado que por vez primera dividi¨® en dos mitades al congreso: 457 en contra, 440 a favor y 59 abstenciones. Y en esta ocasi¨®n s¨ª que hubo susurros y gritos y mucha tensi¨®n.
Fue la demostraci¨®n de que, como hab¨ªa intuido ya Natta, el nuevo partido comunista tendr¨¢ que v¨¦rselas con lo que est¨¢ germinando en la base m¨¢s joven. Natta lo ha entendido tan bien que ayer en su discurso de r¨¦plica nombr¨® s¨®lo a un personaje del partido, al m¨¢s joven, a Pietro Folena, de 26 a?os, secretario de la Federaci¨®n Nacional Juvenil Comunista, que tuvo una de las intervenciones m¨¢s anticonformistas, y que hab¨ªa decidido no aceptar para su federaci¨®n ning¨²n cargo de poder en el partido, con objeto de vivir as¨ª mejor las exigencias de movimiento y de libertad.
Hay quien asegura que Natta piensa preparar ahora a la generaci¨®n m¨¢s joven para que ma?ana tome las riendas, para preparar el PCI del 2000, y que su intenci¨®n es saltarse una generaci¨®n entera, la de los cincuentones, para que sean los jovenc¨ªsimos de hoy los que puedan cuanto antes entrar en la direcci¨®n del partido.
El secretario, que cuando sucedi¨® a Enrico Berlinguer fue considerado como de transici¨®n, se ha revelado, por el contrario, como un elemento indispensable en el mayor viraje que el partido comunista est¨¢ dando en su historia, quemando las naves de su vieja ideolog¨ªa para abrirse a la aventura de un partido reformador dentro del progresismo occidental.
Ayer, apenas concluido el congreso, ya se dec¨ªa a voces que s¨®lo Natta, un hombre sin demasiadas ambiciones personales de poder, no carism¨¢tico, pero ya s¨ª muy estimado en el partido, pod¨ªa conseguir en estos momentos lanzar a la mayor fuerza comunista de Occidente a esta nueva aventura, arrastrando en ella a la izquierda hist¨®rica del partido, a los berlinguerianos y a la derecha m¨¢s pura, representada Giorgio Napolitano y Luciano Lama.
Comentando el cambio operado en este congreso, Natta dijo ayer: "Nosotros hemos aceptado el desaf¨ªo, hemos corrido el riesgo de adoptar una cultura abierta y libre, hemos cre¨ªdo en la posibilidad del crecimiento de una conciencia cr¨ªtica. Era esta la decisi¨®n m¨¢s dif¨ªcil. No s¨¦ si conseguiremos llevarla a cabo hasta el fondo, pero hoy podemos decir que est¨¢ creciendo una nueva generaci¨®n comunista".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.