La innovaci¨®n del capital-riesgo
El desarrollo d¨¦ la actividad de capital-riesgo constituye una innovaci¨®n financiera reciente en la mayor¨ªa de los pa¨ªses industrializados, a excepci¨®n de Estados Unidos, donde surgi¨® hace ya m¨¢s de 25a?os. Para los autores de este art¨ªculo, la financiaci¨®n de este tipo de actividades no recib¨ªa atenci¨®n suficiente por parte de la banca y de, otros tradicionales oferentes de fondos.
y RAM?N P?REZ-SIMARRO
Aunque no existe una definici¨®n estricta de lo que es financiaci¨®n de capital-riesgo, se suele entender como tal la participaci¨®n temporal en el capital social de peque?as empresas innovadoras, de nueva creaci¨®n o en fase de expansi¨®n y orientadas a actividades caracterizadas por un alto riesgo, principalmente tecnol¨®gico. El inversor en capital-riesgo persigue como objetivo principal la obtenci¨®n de elevadas plusval¨ªas m¨¢s que de dividendos.En Europa, la crisis de los sectores maduros y el surgimiento de nuevas actividades y tecnolog¨ªas en la industria, as¨ª como la importancia creciente de las peque?as empresas, han requerido el desarrollo del capital-riesgo. El volumen total de fondos de capital-riesgo en los pa¨ªses de la Comunidad Europea en 1984 era de 5.371 millones de unidades de cuenta europeas (frente a los m¨¢s de 13.000 millones de d¨®lares en Estados Unidos), de los que el 70% pertenece al Reino Unido.
En el momento actual, en que se est¨¢ dise?ando en Espa?a una pol¨ªtica de promoci¨®n industrial, y ante la necesidad. de reforzar la competitividad exterior de nuestra industria, es fundamental que dicha pol¨ªtica se vea acompa?ada de la implantaci¨®n de entidades de capital-riesgo, instrumento financiero que ha demostrado ser muy importante para el desarrollo de actividades de innovaci¨®n.
La experiencia de otros pa¨ªses en la actividad de capital-riesgo pone de manifiesto que los factores que m¨¢s han influido en su desarrollo son los siguientes:
La rentabilidad media de la inversi¨®n, que est¨¢ en torno al 30% anual. Esta rentabilidad se logra por el ¨¦xito de un peque?o n¨²mero de empresas, que compensan en exceso las p¨¦rdidas de las que fracasan y de las que sobreviven con dificultades. Una estad¨ªstica habitualmente utilizada se?ala que, de cada 10 empresas participadas, s¨®lo una o dos son un ¨¦xito total, dos o tres fracasan, y el resto se limita a sobrevivir.
- El papel que ha jugado el sector p¨²blico, principalmente en dos aspectos: como oferente de fondos y como regulador de las entidades de capital-riesgo y de su tratamiento fiscal y financiero. As¨ª, en un pa¨ªs de corte liberal, como EE UU, gran parte de las actuales sociedades privadas de capital-riesgo nacieron como small business investment corporations (SBIC), sociedades de inversi¨®n con un fuerte apoyo financiero de la Agencia Federal de las PYME, en forma de pr¨¦stamos a largo plazo, en una proporci¨®n respecto al capital privado de cuatro a uno. M¨¢s eficaz a¨²n que estas ayudas ha resultado ser el tratamiento fiscal.
En el Reino Unido, el pa¨ªs europeo donde m¨¢s se ha desarrolla do el capital-riesgo, funciona un programa que permite desgravar, aproximadamente, al tipo marginal del impuesto sobre la renta las inversiones en capital-riesgo. En EE UU, la reducci¨®n del impuesto sobre plusval¨ªas, realizada en 1978 del 40% al 26% hizo que se quintuplicaran los fondos de capital-riesgo en el per¨ªodo 1978-1983.
-El desarrollo de mercados paralelos en bolsa, que confieren liquidez a las inversiones en las peque?as empresas y permiten, por tanto, realizar las plusval¨ªas gene,radas. Es el caso del Over the Counter, en EE UU, o del Unlisted Securities Market, en el Reino Unido.
- La colaboraci¨®n entre universidades y empresarios y entre investigaci¨®n e innovaci¨®n. Las grandes sociedades de capitalriesgo han nacido al lado de los grandes centros universitarios, donde se concentra un alto n¨²mero de innovadores.
- La cultura empresarial del pa¨ªs, que ha de caracterizarse por una valoraci¨®n positiva de la figura del emprendedor que se arriesga. De acuerdo con el modelo competitivo, la sociedad debe admirar tanto al que se equivoca y rectifica como al que triunfa de primeras. Hay pa¨ªses donde la cultura social y empresarial hace muy dif¨ªcil para el emprendedor retirarse de una inversi¨®n desacertada, por la calificaci¨®n social de fracasado que el inversor recibe en estas circunstancias.
Sociedades en Espa?a
La pr¨¢ctica ausencia de la actividad de capital-riesgo en Espa?a se explica en gran parte por la falta del entorno y regulaci¨®n necesarios para su desarrollo. El reciente paquete de medidas econ¨®micas urgentes significa un paso muy importante para la implantaci¨®n del capital-riesgo en Espa?a. En ¨¦l se regulan las principales instituciones e instrumentos sobre los que se fundamenta esta actividad financiera: la regulaci¨®n y tratamiento fiscal de las sociedades y fondos de capital-riesgo, la tributaci¨®n de las plusval¨ªas en general y el segundo mercado de las bolsas oficiales de comercio.
Espa?a, a diferencia del resto de los pa¨ªses desarrollados, no contaba hasta ahora con una regulaci¨®n espec¨ªfica de los fondos y sociedades de capital-riesgo. La reciente normativa permite que las inversiones en fondos Y sociedades de capital-riesgo obtengan un trato fiscal muy favorable para las plusval¨ªas generadas por inversiones de hasta nueve a?os. Adem¨¢s, podr¨¢ desgravarse el 17% de la inversi¨®n en el impuesto sobre la renta de las personas f¨ªsicas.
Dado que la realizaci¨®n de plusval¨ªas es el principal objetivo del inversor en capital-riesgo, la notable mejora que los nuevos coeficientes de correcci¨®n monetaria introducen en el tratamiento de las plusval¨ªais beneficia comparativamente m¨¢s este tipo de inversi¨®n.
La creaci¨®n de un segundo mercado de valores en las bolsas oficiales de comercio va a permitir que las inversiones en capital-riesgo tengan el grado de liquidez deseado por sus inversores y permitir¨¢ ampliar las posibilidades de desgravaci¨®n fiscal por inversiones.
Finalmente, la prevista regulaci¨®n de los fondos de pensiones en Espa?a puede coadyuvar de forma muy importante a la financiaci¨®n de los fondos y sociedades de cap¨ªtal-riesgo. El 31% de los recursos destinados a capital-riesgo en EE UU y el 9% en Europa provienen de los fondos de pensiones. Ello significa, sin embargo, un porcentaje muy peque?o del volumen total de fondos de pensiones, y no implica riesgo alguno para estos fondos, que deben caracterizarse por un alto grado de seguridad.
es secretario general t¨¦cnico del Ministerio de Industria y Energ¨ªa.
es subdirector de estudios del Ministerio de Industria y Energ¨ªa.
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