Medidas de seguridad en Gibraltar y calma tensa en Torrej¨®n de Ardoz
El gobernador militar de Gibraltar, mariscal del Aire Peter Terry, orden¨® ayer la adopci¨®n de rigurosas medidas de vigilancia y seguridad en las instalaciones militares gibraltare?as, aunque el ataque norteamericano contra Libia no ha alterado la vida cotidiana de los 30.000 habitantes del Pe?¨®n. Entre tanto, en Torrej¨®n de Ardoz se apreciaba una situaci¨®n de calma tensa.Fuentes militares declararon ayer que se hab¨ªa considerado .prudente" adoptar en Gibraltar medidas antiterroristas y otras precauciones de car¨¢cter defensivo. Se ha subido un grado el estado de alerta de algunos establecimientos militares, seg¨²n informa Joe Garc¨ªa.
No ha podido confirmarse oficialmente si el gobernador militar conoc¨ªa con anterioridad que se iba a realizar el ataque, aunque se sabe que a las 20.30 del lunes todos los permisos militares fueron cancelados.
Dos unidades de la Marina brit¨¢nica, la fragata Argonaut y el destructor Exeter, est¨¢n fondeados en Gibraltar.
Joshua Hassan advirti¨® ayer a sus conciudadanos que no se alarmaran por las noticias procedentes de Espa?a, ya que los espa?oles siguen sufriendo los efectos de la propaganda del refer¨¦ndum sobre la Alianza Atl¨¢ntica. Otras fuentes consultadas afirmaron que no exist¨ªa ninguna indicaci¨®n de un posible ataque libio, y resaltaron que Gibraltar no hab¨ªa tomado parte en la acci¨®n norteamericana.
La procesi¨®n, por dentro
En Torrej¨®n de Ardoz, localidad de unos 27.000 habitantes, la situaci¨®n ayer era aparentemente de absoluta normalidad, aunque, como dijo un vecino, "la procesi¨®n va por dentro". Los jubilados y parados se daban al deporte de observar los trabajos de reforma de la plaza del Ayuntamiento y la gente iba a sus compras o a sus asuntos.Sin embargo, una mujer sollozaba en el mercado. Su hijo est¨¢ cumpliendo el servicio militar en la base hispano-americana. Numerosos vecinos llamaron al Ayuntamiento durante toda la ma?ana para recabar consejo sobre la conveniencia de coger a los ni?os y marcharse unos d¨ªas al pueblo (la mayor¨ªa de los vecinos de Torrej¨®n son inmigrantes de otras regiones espa?olas).
En los bares, en los corrillos de desocupados, el tema de conversaci¨®n era, casi inevitablemente, el ataque a¨¦reo norteamericano, y siempre la misma reflexi¨®n final, sintetizada en la frase: "Cualquier noche estamos durmiendo y nos cae una bomba encima".
La actitud del presidente Reagan no era comprendida por los habitantes de la localidad. "Reagan est¨¢ loco" era ayer una opini¨®n muy compartida, aunque por lo general iba acompa?ada de sendos "y Gaddafi, no veas".
El alcalde de Torrej¨®n, el socialista Jos¨¦ de Frutos, reconoci¨® que existe preocupaci¨®n en el pueblo. "Sabemos que ser¨ªamos un objetivo importante en caso de ataque, pero los ¨¢nimos est¨¢n tranquilos. La preocupaci¨®n no se manifiesta en las calles".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.