F¨®siles

En relaci¨®n con el traba o publicado en EL PA?S del 30 de marzo pasado sobre el coleccionismo de f¨®siles, nos gustar¨ªa se?alar el gra ve peligro que representa la filoso f¨ªa del mencionado art¨ªculo para el ya bastante maltrecho patrimonio paleontol¨®gico de nuestro pa¨ªs. Estamos en contra del coleccionismo particular, sin futuro inmediato m¨¢s all¨¢ de la vida del coleccionista, si no queda la colecci¨®n depositada en una instituci¨®n, lo que ocurre con mucha menos frecuencia de la deseable, y avisamos del peligro de? fomento de esta actividad. Tampoco basta que el autor del art¨ªculo recomiende comunicar los hallazgos raros o cient¨ªficamente valiosos a los departamentos de paleontolog¨ªa o museos, ya que, en la mayor¨ªa de las ocasiones, cuando el aficionado se ha percatado del valor del f¨®sil, ¨¦ste ha sufrido da?os o p¨¦rdidas irreparabes.El problema del patrimonio paleontol¨®gico es verdaderamente grave, ya que la ley de Patrimonio Hist¨®rico, en su art¨ªculo 40, s¨®lo considera que forman parte de este patrimonio "...los elementos geol¨®gicos y paleontol¨®gicos relacionados con la historia del hombre y sus or¨ªgenes y antecedentes". Por fortuna, la reciente legislaci¨®n de varias comunidades aut¨®nomas contempla, adem¨¢s de la protecci¨®n y salvaguardia de los restos arqueol¨®gicos, tambi¨¦n la de los f¨®siles y yacimientos f¨®sil¨ªferos; entendiendo que cualquier dato de este tipo es un documento clave para nuestro conocimiento del pasado.

Consideramos que el hecho de que las colecciones p¨²blicas est¨¦n en tan lamentable estado por desatenci¨®n administrativa no debe llevar a fomentar las colecciones particulares. Y en ello su peri¨®dico tiene parte de responsabilidad.-