Terapia
Tenemos una amiga psic¨®loga que espor¨¢dicamente aplica terapias experimentales entre algunos miembros de la familia. Su mayor cr¨¦dito deriva de que tiene buena salud, es un ser eminentemente justo y a los problemas ajenos les presta un o¨ªdo dulce. Su tratamiento tiene, pues, como poco, esa garant¨ªa natural. Conmigo, por ejemplo, ha venido practicando un procedimiento contra la depresi¨®n que no me resisto a divulgar. El sistema consiste en atender al que dice encontrarse deprimido no mediante los modos usuales de prestar consuelo. Ni siquiera, como hac¨ªa antes de lograr esta profesionalidad, escogiendo hechos objetivos donde el deprimido encontrara un desmentido a la p¨¦sima imagen que circunstancialmente ten¨ªa de s¨ª. Otros remedios caseros, tales como destacar qu¨¦ corta es la vida o cu¨¢ntas gracias deber¨ªamos dar a Dios por estos hijos o haber terminado de pagar los muebles, fueron desechados pronto.En el presente aborda la depresi¨®n seg¨²n una influencia de Stanford, realmente innovadora. No comienza la acci¨®n hasta haber constatado que el estado depresivo posee envergadura. Llegado a este punto y coincidiendo con un lamento del paciente del tipo "ya no puedo m¨¢s", interviene para corregir esa impresi¨®n y asegurarle que s¨ª puede deprimirse m¨¢s y que es s¨®lo cuesti¨®n de dedicarle tiempo. Por ejemplo, reservando dos horas fijas para deprimirse. Ya ver¨¢ como se hunde del todo.
Desde luego es muy desconcertante esta clase de prescripci¨®n, puedo decirlo. Casi de inmediato se toma conciencia del mal papel que se viene haciendo. Hasta ahora, el malestar ps¨ªquico parec¨ªa un asunto promovido por el exterior, pero de s¨²bito se le convierte al paciente en un encargo. De ese modo, ?qu¨¦ pensar de uno mismo empleando el tiempo en amargarse? No hay una pedagog¨ªa m¨¢s eficaz que la que auspicia el rid¨ªculo, ni una consciencia m¨¢s bochornosa que la de un calculado entristecimiento. He ido, en consecuencia, adelantando mucho en la salud. Casi tanto como en menosprecio de mi mismo. Lo normal ser¨ªa deprimirse. Pero es in¨²til: la terapia comenzar¨ªa de nuevo.
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