Los 'doce' se re¨²nen bajo el signo del des¨¢nimo

Los ministros de Asuntos Exteriores de los doce se re¨²nen hoy en Par¨ªs, a petici¨®n de Grecia, para examinar los ¨²ltimos acontecimientos en el Mediterr¨¢neo. La decisi¨®n norteamericana de bombardear Libia les ha colocado a todos en una dif¨ªcil posici¨®n. Existe una sensaci¨®n de des¨¢nimo entre las delegaciones, no s¨®lo porque ha aumentado la tensi¨®n a las puertas de Europa, sino tambi¨¦n por el anuncio sovi¨¦tico de que no habr¨¢ entrevista entre George Shultz y Edvard Shevarnazde y de que est¨¢ en peligro la cumbre sovi¨¦tico-norteamericana este verano.

Los doce son especialmente sensibles a cualquier frenazo en el camino de la distensi¨®n y hab¨ªan apoyado sin reservas la futura reuni¨®n de Reagan y Gorbachov. La Europa comunitaria aparece ante los ojos de sus propios ciudadanos como algo desunido, sin peso pol¨ªtico e incapaz de influir en su principal aliado, pese a que corre el riesgo de pagar, la primera, los platos rotos.Los ministros llegar¨¢n a la mesa de discusiones de Par¨ªs con una lista de problemas dif¨ªcilmente conciliables. Los dirigentes europeos no desean dar la impresi¨®n de que se acent¨²an las diferencias con Estados Unidos, especialmente si la Uni¨®n Sovi¨¦tica endurece su lenguaje, pero, al menos una parte importante de ellos, no quiere tampoco que se les asocie, por omisi¨®n, con las actividades b¨¦licas norteamericanas.

Un grupo de pa¨ªses pretende que quede clara su decepci¨®n, aunque sea en t¨¦rminos matizados. "El comunicado fin al puede, tal vez, reflejar esa decepci¨®n", explicaron fuentes diplom¨¢ticas de la CE, "pero por otra parte Washington puede adoptar represalias pol¨ªticas y econ¨®micas m¨¢s duras contra el r¨¦gimen de Gaddafi".

El primer ministro franc¨¦s, el conservador Jacques Chirac, ha insinuado ya que los pa¨ªses europeos deben preparar "una respuesta apropiada y firme" en el caso de que Libia cumpla sus amenazas y ataque objetivos situados en el sur de Europa. El ataque a la isla de Lampedusa ser¨¢ un buen argumento para los pa¨ªses que, como el Reino Unido, creen que los doce tienen una actitud d¨¦bil frente a Tr¨ªpoli.

Los representantes de Londres y de Bonn desean que la Europa comunitaria ponga m¨¢s ¨¦nfasis en la condena de las actividades terroristas de Gaddafi. Tanto Margaret Thatcher como Helmut Kohl afirman tener "pruebas concluyentes" de la participaci¨®n de Tr¨ªpoli en los ¨²ltimos atentados, e incluso un Gobierno como el franc¨¦s, que neg¨® autorizaci¨®n para que los aviones norteamericanos sobrevolaran su territorio, se ha apresurado a justificar el ataque.

Excepci¨®n hecha de Grecia, todos los pa¨ªses europeos coinciden en un punto: "Estemos de acuerdo o no en la iniciativa de Estados Unidos, los doce no deben en ning¨²n caso desautorizar moralmente a su principal aliado".

Los europeos tienen tambi¨¦n cuentas internas que arreglar. Algunos pa¨ªses, como Grecia, se quejan de haber sido enga?ados por el Reino Unido, cuyo ministro Geoffrey Howe firm¨® el llamamiento a la moderaci¨®n de La Haya cuando su Gobierno ya hab¨ªa autorizado a EE UU a usar sus bases en el ataque contra Libia.

"Ninguno de los que fueron a La Haya pod¨ªa creer que el comunicado de los pa¨ªses comunitarios fuera suficiente para hacer cambiar de opini¨®n a Estados Unidos", aseguran, sin embargo, medios diplom¨¢ticos en Par¨ªs

El objetivo de la declaraci¨®n de los doce, a?aden, era dejar claro que la acci¨®n militar que se iba a producir era exclusivamente de EE UU.