Luciano Lama: "Si la izquierda se divide, Europa quedar¨¢ condenada a un papel subalterno"
"El peligro de guerra empuja hacia una orientaci¨®n unitaria" - "Nos preocupan especialmente las relaciones con los socialistas"
Luciano Lama acaba de dejar la secretar¨ªa general de la Confederaci¨®n General Italiana del Trabajo (CGIL), el gran sindicato de mayor¨ªa comunista, y centra ahora su labor en el Partido Comunista Italiano (PCI). En la entrevista concedida a EL PA?S durante el congreso del PCI, clausurado el pasado domingo en Florencia, Lama asegura que Europa quedar¨¢ condenada a un papel subalterno si la izquierda se divide.
En los debates previos al congreso del PCI, Luciano Lama se situ¨® en una posici¨®n particularmente pragm¨¢tica, muy inclinado a la derecha. Hace algunos meses, contest¨® a un periodista que, si ¨¦l fuese alem¨¢n, ser¨ªa socialdem¨®crata, lo que provoc¨®, l¨®gicamente, comentarios pol¨¦micos. En cierto modo, Luciano Lama recoge la tradici¨®n del dirigente desaparecido Giorgio Amendola, el primero que, ya en los a?os sesenta, dijo que los socialistas y los comunistas en Europa deb¨ªan superar sus diferencias y reencontrar sus ra¨ªces comunes.Pregunta. ?Existen posibilidades reales de que los partidos de la izquierda europea logren elaborar un programa en el que puedan coincidir?
Respuesta. Creo que es posible si se parte de los problemas concretos. El terreno para ello es muy rico. Sin duda, la situaci¨®n no es igual en unos u otros pa¨ªses. Pero hay problemas y necesidades muy semejantes. Esta semejanza se da incluso entre partidos que gobiernan y partidos en la oposici¨®n. Tomemos el problema n¨²mero uno, el del paro, sobre todo para los j¨®venes. Es un problema no s¨®lo econ¨®mico y social, sino tambi¨¦n pol¨ªtico. El paro de los j¨®venes crea una base de masas para situaciones de desesperaci¨®n, de desorientaci¨®n, que facilita actitudes de derecha, incluso tendencias fascistas. Ello plantea, por tanto, la necesidad de una nueva orientaci¨®n de la pol¨ªtica econ¨®mica que todos los partidos de izquierda tienen que abordar.
El Estado social, en cierto modo una creaci¨®n de la izquierda, necesita ser reformado; no puede seguir como hasta ahora, con los recursos que se le asignan, y a la vez con exigencias que aumentan para los subsidios de paro, las jubilaciones o los servicios sociales. Son problemas reales para todos los partidos. Otra cuesti¨®n esencial es la pol¨ªtica internacional. No se trata de romper las alianzas existentes. Pero es evidente que Europa occidental necesita colocarse en una forma que le permita hacer valer sus propias orientaciones, su propia voluntad pol¨ªtica como tal Europa. Europa tiene en su seno fuerzas intelectuales, pol¨ªticas morales, que deben permitirle desempe?ar un papel importante en la pol¨ªtica mundial. Pero la unidad de la izquierda europea es decisiva para que ese potencial pueda manifestarse. Si la izquierda se divide, Europa quedar¨¢ condenada a un papel subalterno.
Necesidad de cambio
P. ?Est¨¢n maduras ya las condiciones para que puedan concertarse los partidos de izquierda?R. Las posibilidades son ahora mayores que hace unos a?os, porque la semejanza de situaciones y problemas es mucho mayor. El peligro de guerra es incluso un factor que empuja hacia una orientaci¨®n unitaria. Si se abordan los problemas reales y no las ideolog¨ªas, la unidad de la izquierda ser¨¢ m¨¢s f¨¢cil. Cada formaci¨®n de izquierda debe hacer sus propios cambios. El Partido Comunista Italiano ya lo est¨¢ haciendo. Acabar con el concepto de modelos socialistas ser¨¢ una ayuda. Eso no nos afecta s¨®lo a los comunistas: tambi¨¦n otros han tenido sus modelos. En cambio, lo que s¨ª debemos conservar son los valores de justicia, de libertad, de paz, de democracia. Pero en esos valores coincidimos, no son causa de divisi¨®n.
P. ?C¨®mo poner en marcha ese proceso de acercamiento entre los partidos de izquierda de Europa? ?Quiz¨¢ tomar¨¢ iniciativas la Internacional Socialista (IS)?
R. La IS no est¨¢ en buenas condiciones para ello porque tiene fuertes divisiones en su seno; entre israel¨ªes y ¨¢rabes, por ejemplo; sobre la propia construcci¨®n europea, entre laboristas, de un lado, y alemanes, de otro. La IS no puede hacer mucho m¨¢s que adoptar posiciones de principio. Lo que ahora hace falta son acuerdos que permitan poner en marcha pol¨ªticas efectivas.
P. ?Qu¨¦ impacto espera del congreso del PCI en la pol¨ªtica italiana y m¨¢s concretamente de la propuesta de un Gobierno de programa?
R. Es probable que empiecen pronto a surgir posibilidades nuevas. El Gobierno del pentapartido est¨¢ paralizado por fuertes contradicciones internas. Lo que cataliza la alianza de los cinco partidos, es simplemente el ejercicio del poder; pero entre ellos hay enormes diferencias. Hoy mismo se ve sobre la pol¨ªtica exterior, aunque el hecho de estar juntos en el Gobierno reduzca la expresi¨®n de sus diferencias. Son muy fuertes, asimismo, las diferencias en el terreno econ¨®mico. Esa colaboraci¨®n no va a poder resistir mucho tiempo, sobre todo si se empiezan a discutir de verdad las cuestiones de un programa capaz de sacar el pa¨ªs de la situaci¨®n actual. Entre las fuerzas progresistas, la m¨¢s pr¨®xima a nosotros es el partido socialista; por eso nos preocupa especialmente la relaci¨®n con los socialistas. No hemos querido adelantarnos a proponer lo que deber¨ªa ser ese programa que Italia necesita. Si lo hubi¨¦semos hecho, se nos habr¨ªa acusado de querer imponer nuestra opini¨®n, d¨¦ aspiraci¨®n hegem¨®nica. Ahora se nos dice que hemos dejado un vac¨ªo. Y eso es verdad: el vac¨ªo est¨¢ ah¨ª. Ahora se trata de llenarlo con la colaboraci¨®n de todos. As¨ª es como se acelerar¨¢ el proceso hacia un programa que aborde la soluci¨®n de los problemas m¨¢s graves que tiene este pa¨ªs.
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