La compa?¨ªa espa?ola de Teatro Cl¨¢sico estrena en Buenos Aires "con siglos de retraso"
La Compa?¨ªa Nacional espa?ola de Teatro Cl¨¢sico (CNTC), dirigida por Adolfo Marsillach, estren¨® su primer espect¨¢culo, El m¨¦dico de su honra, de Calder¨®n de la Barca, el pasado jueves, en el teatro Cervantes de Buenos Aires. Este nuevo centro, que se estrena en Argentina antes de hacerlo en Espa?a, creado por el Instituto Nacional de las Artes Esc¨¦nicas y de la M¨²sica (INAEM) del Ministerio de Cultura, ofreci¨® su primera creaci¨®n -"con siglos de retraso", como dice su director- ante un p¨²blico que lo acogi¨® con sorpresa.
La obra es el ¨²ltimo montaje que se presenta dentro de la Muestra de Teatro Espa?ol en. Latinoam¨¦rica, que desde el pasado 19 de marzo se est¨¢ celebrando en Argentina, Chile, Uruguay y Venezuela, donde han acudido, junto con El m¨¦dico de su honra, Piel de toro, de La Cuadra, de Sevilla; La taberna fant¨¢stica, de Alfonso Sastre, dirigida por Gerardo Malla, y Bodas de sangre, de Federico Garcia Lorca, dirigida por Jos¨¦ Luis G¨®mez.Al estreno acudieron numerosas personalidades del mundo de la pol¨ªtica y de la cultura bonaerense.
La CNTC nace en Espa?a con dos siglos de retraso con respecto al National Theatre brit¨¢nico, y con tres siglos con respecto a la Comedie Fran?aise, lo que para Marsillach supone una dificultad a la hora de su puesta en marcha, ya que se basa en la recuperaci¨®n de una tradici¨®n que no existe en nuestra escena de una forma continuada.
Marsillach se encontraba satisfecho tras el estreno en Buenos Aires: "He visto el espect¨¢culo desde fuera y me ha causado una buena impresi¨®n. Creo que, como primer montaje que nace lleno de dificultades, me parece v¨¢lido y marca una de las pocas l¨ªneas que creo posibles. Se trata de una huida de la arqueolog¨ªa y al mismo tiempo un intento de acercar a Calder¨®n a los espectadores. Estoy satisfecho porque no me arrepiento de los resultados e incluso me siento orgulloso".
Una rigurosa y contempor¨¢nea puesta en escena llena de hallazgos sorprendi¨® por su belleza, a lo que colabor¨® la elogiada escenograf¨ªa e iluminaci¨®n de Carlos Cytrynowski.
Precedente
Marsillach, que estrena por hechos casuales su espect¨¢culo en Buenos Aires a la manera de Mar¨ªa Guerrero, quien as¨ª lo hac¨ªa anta?o con su compa?¨ªa nacional, eligi¨® su elenco estable entre actores de reconocida profesionalidad y otros que eligi¨® a trav¨¦s de audiciones realizadas entre j¨®venes profesionales.Esta compa?¨ªa estable, que se presentar¨¢ en Espa?a a finales de mayo en Sevilla, tambi¨¦n intervendr¨¢ en el pr¨®ximo montaje de la CNTC, Los locos de Valencia, de Lope de Vega. Est¨¢ formada por Jos¨¦ Luis Pellicena, Marisa de Leza, Mar¨ªa Luisa San Jos¨¦, ?ngel de Andr¨¦s L¨®pez, Vicente Cuesta , Francisco Portes, Antonio Canal, Yolanda R¨ªos, Carmen Gran, Jos¨¦ Caride, Fidel Almansa, Jos¨¦ E. Camacho, Modesto Fern¨¢ndez, Carlos Almansa, Daniel Sarasola, Ana Hurtado, Estela Alcaraz y Pilar Massa.
"No quisiera convertirme", comenta Marsillach, "en, una f¨¢brica de espect¨¢culos, sino crear las bases para dar un patr¨®n y unas l¨ªneas, sin duda discutibles, con las que iniciar un camino, no interrumpido sino inexistente, que s¨¦ complicado y dificil".
Pellicena, quien tiene m¨¢s horas trabajadas en el terreno del teatro cl¨¢sico que el director de la compa?¨ªa, es consciente de la transformaci¨®n que como actor ofrece en este montaje. "Es cierto que yo pertenezco a esa etapa en la que se hac¨ªa el teatro cl¨¢sico con una interpretaci¨®n rom¨¢ntica del mismo, pero comprendo muy bien que los planteamientos de Marsillach vayan por otros caminos. Es una aproximaci¨®n que ¨¦l quiere conseguir con el p¨²blico de hoy, ello no quita que se haya dado un cierto componente s¨¢dico [y lo dice entre sonrisas]. Yo dec¨ªa el verso a caballo entre lo que hab¨ªa o¨ªdo y lo que cre¨ªa que era moderno, y Adolfo ha creado una forma totalmente nueva muy naturalizada, pero con el ritmo y cadencia que tiene el verso. Esto para m¨ª ha sido muy duro y me ha llevado un per¨ªodo de trabajo que a¨²n no he terminado, y Marsillach ha sido bastante inflexible en este, aspecto. Ello me ha parecido muy bien porque me atrae el resultado y estoy totalmente de acuerdo con ¨¦l, aunque suponga tener que abandonar mi escuela de toda una vida".
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