"La cosa se normaliza, pero yo no me f¨ªo"
"La situaci¨®n est¨¢ volviendo a la normalidad, aunque nos mantenemos en una situaci¨®n de alarma", dice el comandante Ernest del Bueno, el estadounidense de origen italiano que manda la base de la OTAN situada en Lampedusa. Pero los 500 pesqueros de la isla italiana, que fue atacada el martes por dos misiles Skud lanzados por Libia, permanecieron ayer en el puerto, y numerosos isle?os volvieron a pasar la noche en las grutas y t¨²neles que sirvieron de refugio durante los bombardeos de los aliados en la II Guerra Mundial. "S¨ª, parece que las cosas se est¨¢n normalizando, pero yo no me f¨ªo", responde uno de los isle?os.
"La base de Lampedusa no contiene instalaciones ofensivas", afirma Del Bueno desde el otro lado de la verja blanca que rodea las instalaciones militares, situadas a ocho kil¨®metros del pueblo. Un marine, metralleta en mano y gafas oscuras, vigila a pocos metros de distancia la conversaci¨®n. "?sto s¨®lo es un centro Lorean, es decir, un transmisor de se?ales para facilitar la orientaci¨®n a barcos y aviones que est¨¦n en ruta, tanto militares como comerciales".Los 5.000 habitantes de Lampedusa culpan a la preseincia norteamericana en la isla, situada a unos 300 kil¨®metros de la costa libia, de los hechos ocurridos el pasado martes. "Mientras sigan aqu¨ª los norteamericanos no estaremos tranquilos", afirma Errimanuele, un pescador que dice expresar la opini¨®n de la mayor¨ªa de los habitantes de la isla.
En la poblaci¨®n es a¨²n visible alguno de los carteles con que el pueblo de Lampedusa se ech¨® a la calle el pasado mi¨¦rcoles para pedir al Gobierno la retirada de la base de la OTAN. El cartel dice: "Esper¨¢bamos turistas y llegaron misiles. Fuera la base de la OTAN".
Los ni?os volvieron ayer al colegio, aunque muchos faltaron a las clases. Las autoridades italianas siguen manteniendo fuertes medidas de seguridad en relaci¨®n con el vuelo DC-9 de la compa?¨ªa italiana Api que, una vez al d¨ªa, cubre el trayecto entre Lampedusa y Palermo. "Desde el mi¨¦rcoles s¨®lo hacemos este vuelo con car¨¢cter voluntario", afirma uno de los miembros de la tripulaci¨®n que oper¨¦ ayer en este vuelo. Dos cazas del Ej¨¦rcito italiano escoltan a derecha y a izquierda el avi¨®n.
"Parece que las cosas se est¨¢n normalizando, pero yo no me f¨ªo; aqu¨ª en Lampedusa estamos en primera l¨ªnea frente a los misiles de Gaddafi, y en cualquier momento los libios pueden lanzar otro ataque contra nuestra isla", dice otro de los habitantes de la isla. El pueblo mantiene una atm¨®sfera b¨¦lica, con el paso de numerosas camionetas cargadas de soldados armados y con uniforme de camuflaje.
"?Ay, madre! Yo no s¨¦ mucho de estas cosas, pero tanto Gaddafi como Reagan est¨¢n locos; en cualquier momento, con las armas que hay, a uno de los dos le da la venada y nos vamos todos al infierno", proclama indignada la due?a de un bar.
Por su parte, Pina Nicolini, teniente de alcalde comunista de la ciudad de Lampedusa, se muestra optimista. "No creo que vuelva a haber otro ataque por parte de Libia contra Lampedusa, porque ello ser¨ªa una declaraci¨®n de guerra que pienso que el l¨ªder libio, en las actuales circunstancias, no puede permitirse", afirma.
"No obstante", a?ade Pina Nicolini, "mientras siga habiendo instalaciones militares, sea cual fuere su naturaleza, Lampedusa seguir¨¢ siendo un objetivo b¨¦lico. Por eso hemos pedido que anticipen la entrega de la base de la OTAN [prevista para dentro de dos a?os] a las autoridades italianas. La gente, sin embargo, sigue durmiendo en los refugios y, la verdad, es que con lo que hemos vivido estos d¨ªas tienen derecho a seguir con miedo". La teniente de alcalde de Lampedusa concluye: "Lo importante ahora es que la poblaci¨®n vuelva a recuperar la confianza y la serenidad".
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