Dos genios de la latinidad
Tras su actuaci¨®n con la orquesta juvenil de la Comunidad Europea, Jes¨²s. L¨®pez Cobos ha cumplido su compromiso con la Nacional. Excelente compromiso, pues se trataba de dirigir las Cuatro piezas sacras, de Verdi, y Stabat Mater, de Rossini, dos genios de la latinidad que, de haber pertenecido a otra cultura, figurar¨ªan en el alt¨ªsimo lugar que les corresponde dentro de la historia de la m¨²sica. Pero los sajones se adelantaron y escribieron la historia. Hoy, el valor de Verdi y Rossini es indiscutido, aunque, a veces, se les reconozca con condescendencia. Ante ese incre¨ªble Ave Mar¨ªa, cuya escala enigm¨¢tica da tanto que hacer a los coros que la cantan, ante el Tedeurn, magn¨ªfico, brillante, enaltecedor, y ante los tiernos Laudes a la Virgen Mar¨ªa o la precisi¨®n del Stabat Mater, no cabe sino rendirse. Estamos ante lo prodigioso, frente a una m¨²sica resumidora de cultura -desde los laudas medievales y Dante hasta el risorgimento y Manzoni- que L¨®pez Cobos entiende con algo m¨¢s que buen criterio, con entusiasmo evidente. No en vano empez¨® por la Universidad antes de entregarse por entero a la m¨²sica, residi¨® y en gran parte se form¨® en Italia y posee especial conocimiento del sentimiento lit¨²rgico. No menor entusiasmo dispensa L¨®pez Cobos a otro capolavoro: el Stabat Mater, en el que Rossini anticipa, en medio siglo, la religiosidad musical de Verdi. Uno y otro se ha dicho mil veces con algo aunque no con toda la raz¨®n- hacen ¨®pera sobre tema religioso. No fue mala cosa: por la v¨ªa human¨ªstica de la ¨®pera se libraron de cantar a la Iglesia triunfante que, apoyada en Miguel ?ngel y en la polifon¨ªa de Palestrina, extiende sus brazos desde Roma. Muy tempranamente reaccion¨® en Espa?a Tom¨¢s Luis de Victoria cuando molde¨® su polifon¨ªa en la imaginer¨ªa castellana y provincializ¨® la capitalidad del palestrinismo.El arte de Pilar Lorengar
Orquesta Nacional de Espa?a
Orfe¨®n Donostiarra. Director: A. Ayestar¨¢n. Solistas: Pilar Lorengar, Anne Sof¨ªa von Otter, Tibere Raffalli y Robert Holl. Obras de Verdi y Rossini. Director: Jes¨²s L¨®pez Cobos. Teatro Real. Madrid, 18, 19 y 20 de abril.
Cant¨® Pilar Lorengar y lo hizo a las mil maravillas. Por esta soprano singular no pasan ni a?os ni lustros. La voz contin¨²a con el frescor de sus a?os juveniles, pero se beneficia con la seguridad de una t¨¦cnica cada d¨ªa m¨¢s perfecta y el dominio de un magisterio cada d¨ªa m¨¢s sabio. A su lado tuvo a la no menos fascinante mezzosoprano de Estocolmo Anne Sof¨ªa von Otter. El caso de Suecia en la l¨ªrica es bastante an¨¢logo al de Espa?a. Distan mucho de ser potencias en el mundo de la ¨®pera, pero no cesan de dar al mundo cantantes de primera categor¨ªa. Los medios, preciosos, la escuela, la musicalidad y el talento de Von Otter son patentes. Un brillante tenor de C¨®rcega, Tibere Raffalli, y un bajo holand¨¦s de noble estilo, Robert Holl, completaron un cuarteto de excepci¨®n, tal y como lo requieren las obras de Verdi y de Rossini. De excepci¨®n tambi¨¦n, sobre todo en Rossini, fue la actuaci¨®n del Orfe¨®n Donostiarra, que dirige Antxon Ayestaran. Si Par¨ªs gozara de este coro, lo tendr¨ªamos hasta en la sopa, convertido en mito y debiendo pagar el oro y el moro (con perd¨®n) para escucharle. Nosotros lo tenemos a la vuelta de la esquina y, si es cierto que se le aplaude con calor cada vez que alza su voz m¨²ltiple ¨²nica, cohesionada, expresiva y, matizada, dudo bastante de que seamos conscientes de su valor. Busquemos por Europa y a ver cu¨¢ntos coros hay de su categor¨ªa. Para Jes¨²s L¨®pez Cobos y la Orquesta Nacional, la jornada fue de triunfo, pues se alcanz¨® el ideal de unos int¨¦rpretes: situarse a la altura de la m¨²sica interpretada, hacer de la propuesta que es toda partitura la evidencia viva de su realizaci¨®n.
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