Una de indios blancos

A la l¨®gica sustituci¨®n, esta noche, de Amor al primer mordisco por el justo homenaje a Preminger (v¨¦ase el suplemento En Cartel de ayer), le acompa?a otra, a primera vista ?l¨®gica, en la sesi¨®n de esta tarde. Nos quedamos sin la gran comedia de Clair Me cas¨¦ con una bruja -los brujos y los vampiros, parece ser, han sido exorcizados esta jornada- y ocupa su vac¨ªo Comanche blanco, una de indios.Comanche blanco no es ya una pel¨ªcula mala: su absoluta intrascendencia la sit¨²a m¨¢s all¨¢ de las calificaciones. Es un western hispano, m¨¢s gazpacho western que spaguetti western, con una historieta de dos hermanos gemelos confundidos hasta en el color de la piel y un esquematismo que linda con la pura inutilidad. Los actores, eso s¨ª, son norteamericanos. Uno es William Shatner, el comandante del Enterprise en una serie c¨¦lebre, felizmente recuperada para la pantalla grande, con todas sus constantes; un actor, por lo dem¨¢s, m¨¢s que mediocre. El otro es Joseph Cotten. ?se s¨ª es un pedazo de actor, de la cantera de Orson, sobrio, eficaz y siempre mod¨¦lico; su estrella, sin embargo, se estrell¨® hace ya a?os, y hoy pasea sus talentos por doquier, en telefilmes, en colaboraciones de minuto y medio, apoyando con su solo nombre los m¨¢s rutilantes casts.

Quede, pues, este producto sub para nost¨¢lgicos de programas dobles de cine de barrio y estudiosos de la fenomenolog¨ªa westerniana en sus m¨²ltiples iconograf¨ªas. Por ese lado, la cosa cuela: el delirio de unos a?os irrepetibles, que vieron nacer en nuestro suelo cactus destellantes y diligencias solemnes bello son del colt, tiene una importancia hist¨®rica, y verla hoy con distancia puede ser un motivo nada reprochable para el aficionado. Aunque para eso est¨¢ La noche del cine espa?ol, caramba.

Comanche blanco, se emite a las 16.05 por TVE-1