Cambios en Afganist¨¢n
Un "n¨²mero uno" que presenta la dimisi¨®n por "razones de salud" reemplazado por el jefe de la polic¨ªa secreta: cuando en este punto la verdad se confunde con su caricatura, no hay que constatar m¨¢s que, una vez m¨¢s, Mosc¨² es el mejor proveedor del antisovietismo. Salida pues de Babrak Karmal, el hombre instalado en Kabul por los carros sovi¨¦ticos, sitio para Najibullah, jefe del Khad (servicio de inteligencia afgano) y gran experto en manipulaci¨®n de conflictos y rivalidades feudo-tribales. Un cambio en la cumbre que por lo menos tendr¨¢ el m¨¦rito de conseguir la unanimidad de todos los campos en presencia, resistentes y gubernamentales, rusos y americanos, puestos de acuerdo en opinar que esto no cambia nada.Efectivamente no es casualidad que el nuevo hombre fuerte de Afganist¨¢n haya asumido sus funciones en la v¨ªspera de la reanudaci¨®n, en Ginebra, de negociaciones "indirectas" afgano-pakistan¨ªes bajo los auspicios de las Naciones Unidas. Ni que el cambio en Kabul ocurra en el momento en que los sovi¨¦ticos se han apuntado militarmente puntos importantes frente a la guerrilla. Sea cual sea la soluci¨®n pol¨ªtica que Mijail Gorbachov apunta para salir del atolladero afgano, ¨¦sta implica un dominio del terreno que asegure a la URRS y a sus aliados locales una hegemon¨ªa no compartida. La llegada al poder de un hombre joven, que no tiene que ver con las intrigas tribales y de una fidelidad constatada y probada frente a Mosc¨², en lugar de un jefe fatigado y tan poco aceptable y presentable dentro como fuera, es seguramente una de las bazas que se otorga el Kremlin para dibujar un futuro afgano que no ser¨ªa s¨®lo la continuaci¨®n interminable de la invasi¨®n.
( ... ) Los sovi¨¦ticos, puede que mejor informados o solamente m¨¢s atentos, no quieren volver a cometer el error de Yemen del Sur en Afganist¨¢n y, a riesgo de trastornar algunos c¨¢nones del marxismo-leninismo, descubren el buen uso de arca¨ªsmos tribales y de tradiciones feudales. Un mensaje seguramente m¨¢s eficaz que la ideolog¨ªa oficial, sobre todo dirigido a Pakist¨¢n que no puede ver sin inquietud la instalaci¨®n en Kabul de un hombre para el que las sutilezas de las tribus fronterizas no tienen ning¨²n secreto.
Los sovi¨¦ticos tienen una buena escuela en este terreno. Los ingleses aseguraron su dominio en la regi¨®n durante largo tiempo con algunas recetas sumarias de etnolog¨ªa pol¨ªtica. Los norteamericanos en Vietnam, por su parte, creyeron por un momento descubrir all¨ª la soluci¨®n milagrosa. La historia se repite, como dec¨ªa Marx. Pero la farsa tiene una fastidiosa tendencia a desarrollarse lentamente.
6 de mayo
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