Un cascarrabias con alma de ni?o

Alberto Moravia -ante el ayuntamiento, Alberto Pincherle-, a sus 79 a?os, es ya como. una especie de monumento para los italianos. Es quiz¨¢s el m¨¢s popular de los escritores. No porque tenga un car¨¢cter f¨¢cil, ya que, al rev¨¦s, es m¨¢s bien de mal genio y retra¨ªdo. Pero Moravia es algo m¨¢s que un genial escritor. Es al mismo tiempo un hombre p¨²blico, un gran viajero cuyas cr¨®nicas de aventuras aparecen en la televisi¨®n y en el diario Corriere della Sera. Y ¨²ltimamente fue tentado por el gusanillo de la pol¨ªtica y se present¨® como independiente en las listas comunistas en las elecciones europeas.

Le gustan las corbatas coloradas; le gustan, sobre todo, las mujeres. Han sido 63 las mujeres plasmadas en sus novelas. De ellas ha dicho Moravia que le han educado. Una fue la ¨²nica mujer oficial: la escritofa Elsa Morante. Hasta que no muri¨® no se volvi¨® a casar. Recientemente lo ha hecho con la bella Carmen Llera, la tudelana. Dicen que fue ella quien le inspir¨® su ¨²ltima novela, El hombre que mira; que fue mir¨¢ndola cuando se le encendi¨® la creatividad.

Moravia ha esperado siernpre el Nobel de Literatura, pero quiz¨¢ le han sobrado enemigos en su vida. A ¨¦l se le podr¨ªan aplicar muy bien las duras palabras escritas por Voltaire sobre los enemigos de los escritores. Quiz¨¢ porque es un hombre que no se esconde; a quien no le ?mporta enfadarse; que no cuida su imagen. En Italia dicen que es una especie de cascarrabias. Pero al mismo tiempo quien le conoce de cerca asegura que, tiene alma tierna de ni?o.

Hoy la actividad literaria m¨¢s importante de Alberto Morav¨ªa es una antolog¨ªa cl¨¢sica de obras juveniles de literatura que prepara la Editorial Bompiani, y sus cr¨ªticas cinematogr¨¢ficas para el semana? L'Espresso.

Hay quien asegura que Moravi.a, desde que se ha vuelto a casar con la Carmen espa?ola, se siente m¨¢s vivo que nunca; que ha reflorecido; que hace el amor como un joven. Otros piensan que hoy Moravia es m¨¢s bien s¨®lo un monstruo sagrado, punto de referencia de la literatura de este siglo, maestro y objeto de proyecci¨®n para tantos aspirantes a famosos en el campo de las letras. Casi un lim¨®n exprimido. Pero lo cierto es que este siglo Italia ser¨ªa impen,sable en el campo de la literatura, en el bien y en el mal, sin la presencia de Moravia.