El poder cambia de manos

O. M. Tradicionalmente, las valoraciones econ¨®micas que se hac¨ªan respecto a qui¨¦n sacaba la mejor tajada de Cannes ten¨ªan en cuenta la nacionalidad de las pel¨ªculas y el reparto del pastel entre las grandes compa?¨ªas, es decir, la Fox, la Metro, la Paramount, etc¨¦tera, pero ahora esto casi carece de sentido. De entrada, porque la nacionalidad de las obras es enormemente confusa y encontramos a japoneses bajo bandera francesa rodando en ingl¨¦s, a italianos rodando en franc¨¦s y a cintas que comparten inversiones que proceden de tres continentes distintos.

Los nuevos puntos de referencia pasan por el papel jugado por las televisiones y por una empresa nueva. En el caso de la televisi¨®n, la gran vencedora es Antenne 2, que ve c¨®mo su pol¨ªtica de producci¨®n de filmes ha sido recompensada con la selecci¨®n de cuatro de ellos: Ther¨¨se, de Alain Cavalier; Le lieu du crime, de Techine; Max, mon amour, de Oshima, e I love you, de Marco Ferreri. Este triunfo va a ser potenciado por la propia emisora, que ha instalado un llamativo plat¨® en medio de La Crolsette, frente al Majestic, el m¨¢s distinguido de los grandes hoteles de Cannes.

Los otros nuevos ricos y poderosos del festival son los inefables Menahem Golan y Yoram Globus, dos productores jud¨ªos que tan s¨®lo hace cinco a?os eran el hazmerre¨ªr de Hollywood y que hoy controlan los circuitos de exhibici¨®n de varios pa¨ªses, producen pel¨ªculas de todas clases, de Godard a Stallone, y han colocado tres de ellas en la selecci¨®n competitiva: Fool for love, de Robert Altman; Runeway train, de Konchalovsky, y Otello, de Franco Zeffirelli. Su truco, producci¨®n diversificada, rodajes r¨¢pidos pero en plena libertad, control estricto de todo el recorrido seguido por el dinero, agresividad de quien no conoce la duda y, sobre todo, una especial astucia para jugar con los llamados para¨ªsos fiscales.