Sam Shepard act¨²a en la adaptaci¨®n al cine de su obra 'Fool for love'
ENVIADO ESPECIAL, La primera pel¨ªcula norteamericana a competici¨®n en el 39? Festival de Cine de Cannes da la primera oportunidad de constatar que la nostalgia ha cambiado de objetivo. Ya no se sue?a con Peter Pan y la infancia eterna, sino con un pasado duro y rom¨¢ntico, de vaqueros y frontera. Fool for love es la confirmaci¨®n de que no conviene pensar en los adolescentes como en los ¨²nicos espectadores de las pel¨ªculas. Una obra teatral de Sam Shepard, que en esta adaptaci¨®n es tambi¨¦n el actor principal.
La obra, escrita para el teatro por Sam Shepard (en Madrid pudo verse un montaje protagonizado por Eusebio Poncela), ha sido convertida en un filme dirigido por Robert Altman, con Shepard corno protagonista, acompa?ado de Kim Basinger y Harry Dean Stanton. Este tr¨ªo de actores, unido al mundo que describe la obra, contribuye a que Fool for love sea la continuaci¨®n de Par¨ªs, Texas 10 a?os despu¨¦s y contada por un norteamericano. Eso s¨ª, la propuesta de Wenders, pese a ser m¨¢s irregular, era infinitamente mejor y, sobre todo, m¨¢s interesante.Fool for love transcurre en un microcosmos de perdedores, una especie de destilado de lo estadounidense, de escenograf¨ªa a lo Kerouac -motel situado en medio del desierto, con cementerio de autom¨®viles a un lado y la autopista al otro, que pone en primer plano esa nostalgia de territorio virgen, de una naturaleza salvaje en la que poder refugiarse cada vez que la civilizaci¨®n les hiere. Es un decorado para The misfas o tambi¨¦n, en plena coherencia con,la ¨²ltima parte de la obra de Altman, esa ninguna parte minuciosamente recreada para Streamers.
La primera obra del filme est¨¢ dedicada a esto, a contarnos los problemas de una pareja que no puede vivir como tal, pero cuyos componentes tampoco son capaces de prescindir el uno del otro. Luego, el texto no se conforma con esa descripci¨®n y pretende articular una historia, y Shepard, despu¨¦s de dibujarse como un m¨ªtico vaquero y pintarla a ella como la Marilyn de The misfits, pide prestado a la tragedia griega y a Freud el elemento capaz de hacer explosionar una situaci¨®n cerrada. Y un incesto es la soluci¨®n, pero todo es tan literario que la pel¨ªcula se deshilacha y nosotros, en vez de a?orar el rudo Oeste, echamos en falta a Tennessee Williams.
Robert Altman, para defender su parcela de autor¨ªa -aqu¨ª, en Cannes, ha confesado que "el rodaje fue muy duro, porque por la ma?ana desayunaba con el actor, pero por la noche cenaba con el escritor"-, ha optado por ventilar el espacio claustrof¨®bico del texto teatral -de una habitaci¨®n a un motel en el desierto, del que escapa cuando m¨¢s le conviene, visualizando lo que eran rememoraciones de juventud-, lo cual le permite una puesta en escena con m¨²ltiples puntos de vista, pero le priva de lo ¨²nico que podr¨ªa insuflar credibilidad a la obra: su exagerado gusto por la teatralidad.
Tambi¨¦n retrocede en el tiempo Mohamed Lakhdar Hamina, cuya Derni¨¨re image va en busca de la profesora francesa que lleg¨® en 1939 a Argelia para educarle y se encontr¨® con que era rechazada por el resto de la colonia francesa porque sent¨ªa inter¨¦s por el mundo ¨¢rabe. Lakhdar Hamina, despu¨¦s de aproximarse a la historia de su pa¨ªs desde un punto de vista distinto al de la historia oficial su Chronique des ann¨¦es de braise gan¨® en Cannes en 1975 y es el equivalente, en ¨¦pico, de las desmitificaciones de Altman en MASH o en Los vividores- y despu¨¦s de ser el m¨¢ximo responsable de la cinematograf¨ªa argelina durante los a?os de la presidencia de Bumedian, se interesa ahora por un drama individual.
Si el cielo de Fool for love es nocturno, negro, tal como corresponde a una tragedia crepuscular y pesimista, en La derni¨¨re image es blanco, quemado por el sol, agobiante, en espera de adquirir el azul de postal y esperanza con que habr¨¢ de te?irlo el Frente de Liberaci¨®n Nacional de Argelia. Porque esta confianza en el progreso de la historia est¨¢ subyacente en toda la peripecia de la profesora y del alumno enamorado de ella. Lo mejor de La derni¨¨re image es la simpat¨ªa y vitalidad con que retrata a la mayor¨ªa de argelinos, de una manera entre ingenua y populista, muy parecida a la que hizo grande al cine franc¨¦s de los a?os treinta. Lo peor es que este esp¨ªritu de otra ¨¦poca queda traicionado por una grandilocuencia barata, de gr¨²as y violines, de l¨¢grimas y convenciones, una herencia clara del gran espect¨¢culo de izquierdas.
La derni¨¨re image es la de la profesora regresando a Francia vencida por el boicoteo de sus compatriotas colonialistas, pero es tambi¨¦n la imagen de una Francia distinta a la oficial en Argelia, que Lakhdar Hamina reconstruye con mucho cuidado al delimitar lo que eran los p¨¦tainistas, qui¨¦nes eran los fascistas y qui¨¦nes eran simples acoquinados que se dejaban llevar por la corriente. Al acabar la proyecci¨®n, La derni¨¨re image fue despedida con una cari?osa -y un poco condescendiente- ovaci¨®n.
Homenaje aplazado a Welles
El plato fuerte de la jornada en Cannes era la proyecci¨®n de Don Qujote, de 45 minutos de esta pel¨ªcula inacabada de Welles, interrumpida por los problemas econ¨®micos y por la muerte de Akim Tamiroff, el actor que interpretaba a Sancho Panza. Y escribo "era" porque la organizaci¨®n ha comunicado que aplazaba este ¨²nico pase hasta nuevo aviso, alegando que, por tratarse de una copia ¨²nica, no quer¨ªa arriesgarse a que surgiera un accidente irreparable.La explicaci¨®n es tan poco convincente como las historias -maravillosas, eso s¨ª- que el propio Welles contaba sobre haberle cambiado el t¨ªtulo a su adaptaci¨®n cervantina para dejarlo en ?Cu¨¢ndo va a terminar de rodar su 'Quijote'? Lo de la copia ¨²nica, por muy cierto que sea, era algo sabido y previsible, de manera que se incorpora a la leyenda de este filme que nunca existi¨® y que ahora nos promet¨ªan en forma de breves destellos -lujosas ruinas- o de documental sobre una obra fantasma.
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