Escapar de la c¨¢rcel, una obsesi¨®n norteamericana

Dos pel¨ªculas norteamericanas a concurso y dos historias de evasi¨®n carcelaria: Down by law, de Jim Jarmusch, y Runaway train, de Andrei Kontchalovski. La primera est¨¢ en la l¨ªnea del m¨¢s reciente cine independiente neoyorquino, con su carga de humor, los cl¨¢sicos trucos de gui¨®n y un tratamiento formal mucho m¨¢s pr¨®ximo a Europa. Runaway train es lo contrario. Su modelo es la ficci¨®n hollywoodense, con una seguridad y crispaci¨®n que querr¨ªa para s¨ª la mayor¨ªa de cineastas norteamericanos.

ENVIADO ESPECIAL

Down by law, segunda pel¨ªcula que Jarmusch presenta en Cannes despu¨¦s del ¨¦xito que obtuvo con Stranger than paradise, es una comedia muy libre protagonizada por dos marginales que van a parar a la c¨¢rcel por error. Toni Waits y John Lurie, dos m¨²sicos metidos a actores, son los int¨¦rpretes de estos perdedores de Nueva Orleans que intentan ganar dinero sin trabajar y sin tampoco meterse en l¨ªos importantes, pero que caen en trampas de sus rivales.All¨ª encontrar¨¢n, de compa?ero de celda, a Roberto Benigni, un italiano reci¨¦n llegado a Estados Unidos, que ha cometido un asesinado pintoresco. Con ¨¦l la funci¨®n se anima, la comedia adquiere vitalidad y el humor aparece.

Runaway train parte de una historia escrita por Akira Kurosawa. Despu¨¦s de describir el universo penitenciario como lo m¨¢s parecido al infierno y de presentarnos los personajes, con sus obsesiones y odios, dos de los reclusos -un irreconocible Jon Voigth y un excelente Eric Roberts- consiguen fugarse, pero embarcan en un tren averiado y sin maquinista, una suerte de bomba lanzada a 150 kil¨®metros por hora.

La acci¨®n transcurre en un desierto helado de Alaska, que refuerza el sentido de la met¨¢fora sobre el destino y la libertad. Kontchalovski se aplica a dar entidad humana a sus h¨¦roes a base de insuflarles una cierta grandeza tr¨¢gica, que hace pensar en Moby Dick, y en otros momentos remite a Shakespeare, a quien se cita despu¨¦s del hermoso final. Aunque con algunos excesos sanguinarios y alg¨²n patinazo en el terreno de la grandilocuencia, Runaway train es una pel¨ªcula de la que Kurosawa no se avergonzar¨ªa.

The mission, la nueva pel¨ªcula del oscarizado -por Los gritos del silencio- Roland Joffe, es una cuidadosa y rica producci¨®n brit¨¢nica que glosa el trabajo evangelizador de los jesuitas espa?oles que, ya en el siglo XVIII, se pusieron al lado de los ind¨ªgenas y contra el poder, proclamando al mismo tiempo el reino de Dios y la revoluci¨®n.

El gui¨®n de Robert Bolt, al margen de permitirse unos paralelismos hist¨®ricos sobre los que habr¨ªa mucho que hablar, embarca el filme en el terreno de la obviedad.