La empresa hace de las suyas
El presidente, que era el comisario Jos¨¦ Luis del R¨ªo, impidi¨® ayer que se lidiaran toros inv¨¢lidos y devolvi¨® tres seguidos al corral: el que sali¨® en tercer lugar y dos sobreros de Cortijoliva. Fue entonces cuando la empresa, que ya ven¨ªa haciendo de las suyas, anunci¨® por la megafon¨ªa qu¨¦ no habr¨ªa m¨¢s sobreros. Luego ha desmentido que ese comunicado sea suyo y lo atribuy¨® al presidente. Ya veremos.
De cualquier forma, esta empresa -y todas- se ampara en que, seg¨²n el reglamento, s¨®lo es obligatorio en los reconocimientos de las reses presentar un sobrero. El reglamento tambi¨¦n dice en otro art¨ªculo que los toros habr¨¢n de ser ¨²tiles para la lidia y otras especificaciones, pero las empresas han debido de perder la p¨¢gina.
Dom¨ªnguez / T
Campuzano, Jim¨¦nez, Dur¨¢nCuatro toros de Dom¨ªnguez Camacho; tercero, sobrero de Cortijoliva (que sustitu¨ªa a otros dos. sobreros), y quinto, de Murube, en general bien presentados y de juego desigual. Tom¨¢s Campuzano: estocada corta baja (pitos); pinchazo hondo, dos pinchazos bajos y tres descabellos (silencio). Fue atendido en la enfermer¨ªa de contusi¨®n en el nervio cubical, de pron¨®stico reservado. Pep¨ªn Jim¨¦nez: bajonazo recibiendo (oreja); media estocada ca¨ªda (ovaci¨®n y salida al tercio). Curro Dur¨¢n: dos pinchazos y estocada corta tendida baja (silencio); estocada y tres descabellos (silencio). Plaza de Las Ventas, 18 de mayo. Novena corrida de feria.
Cuando Manuel Chopera concurs¨® para la gerencia de la plaza -si es que a aquello se le puede llamar concursar- no ofert¨® nada, ni siquiera lo que la Comunidad de Madrid, propietaria del coso, ped¨ªa m¨¢s encarecidamente. No obstante, el consejero de Cultura del ente auton¨®mico manifest¨® en aquella ocasi¨®n que se adjudicaba la plaza a Chopera por sus garant¨ªas de seriedad. Han pasado muy pocos meses y esas peculiares garant¨ªas de seriedad est¨¢n a la vista.
El esc¨¢ndalo de la reventa sigue tal cual, pero no es eso s¨®lo. Nunca el p¨²blico se ha sentido tan mal tratado como ahora. Llega a la plaza y los tendidos est¨¢n hechos una pocilga. Numerosos espectadores nos han comunicado sus quejas por esta suciedad, que alcanza los l¨ªmites de la miseria.
Caballos de picar tampoco parece tener la empresa. Ayer emplearon para. picar media corrida un caballo que estaba el pobre hecho bicarbonato. Los toros lo zarandeaban como un saco de plumas, lo revolcaban a cornadas y daba igual: lo volv¨ªan a sacar. La crueldad con el animalito fue tan vergonzosa que el p¨²blico protest¨® con aut¨¦ntica indignaci¨®n y, finalmente, lo retiraron.
El peto que llevaba ese caballo se lo colocaron a los dem¨¢s, de manera que se estuvo utilizando durante toda la corrida. Se trataba de un peto irreconocible bajo la mugre, con los bajos destruidos, por donde se le sal¨ªa la guata a pu?ados, y groseramente parcheado con papelote de embalaje.
Esta mezquindad y esta desconsideraci¨®n de la empresa que ofrece garant¨ªas de seriedad -cita de una perla del Consejero de Cultura; termina la cita- se produc¨ªa en una plaza llena hasta la bandera, cuyos espectadores hab¨ªan metido en taquilla del orden de los 28 millones de pesetas.
Toreo exquisito
Afortunadamente, entre tanta ramploner¨ªa y tanta miseria se abri¨® paso en la tarde el toreo exquisito de Pep¨ªn Jim¨¦nez. Sus ver¨®nicas de recibo al cuarto, cargando la suerte y abajo el percal, o juntitas las zapatillas, meciendo el lance, fueron como una luminaria, e inund¨® el tendido esa conmoci¨®n singular que anuncia los grandes acontecimientos. La misma torer¨ªa poseyeron los muletazos, ligados y preciosistas, con que inici¨® la faena, que no pudo tener continuidad, pues el toro se qued¨® con media arrancada. Pero a¨²n instrumentar¨ªa un trincherazo sensacional y ayudados a dos manos, que saturaron de aromas el paladar de los buenos aficionados.
En su primero ya hab¨ªa realizado Pep¨ªn un toreo de categor¨ªa, a¨²n m¨¢s brillante, pues el toro era encastado. Carg¨® la suerte en los redondos, baja la mamo y templado el mando; dio otros de frente, tambi¨¦n de frente los naturales, que resultaron de una gran emotividad, y en uno de ellos sali¨® volteado.
Se levant¨® sin mirarse y continu¨® toreando relajado, con la misma inspiraci¨®n que hasta entonces. Algunos pasajes; de la faena fueron de asombro y Pep¨ªn mereci¨® el triunfo, que a la postre emborron¨® con un bajonazo. Pep¨ªn Jim¨¦nez impresion¨® ayer a la c¨¢tedra, p¨²blico en general y militares sin graduaci¨®n.
El boyante toro que abri¨® plaza lo desaprovech¨® Tom¨¢s Campuzano porque de costadillo, con la pierna contraria retrasada y metiendo el pico no se puede torear bien. En cambio, derroch¨® valor y verguenza torera porfiando y consintiendo insistentemente al cuarto toro, que le derrotaba en todos los viajes. En uno de ellos le alcanz¨® un brazo y casi se lo deja in¨²til. Campuzano tuvo que sobreponerse al intenso dolor para estoquear al toro y pas¨® a la enfermer¨ªa.
Por las devoluciones al corral, Curro Dur¨¢n recibi¨® at cinco toros, en ning¨²n caso con lucimiento, y mat¨® dos de ellos, sin pena ni gloria. Tan gris, como la tarde, que s¨®lo se ilumin¨® un rato, con el arte exquisito de Pep¨ªn Jim¨¦nez.
Babelia
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