'Aliro', el santero

J. C. A., "?Que c¨®mo es la Virgen por dentro? No lo puedo decir, es un secreto de profesi¨®n", afirma con rotundidad el santero de la Virgen del Roc¨ªo, Manuel Villa Espina, de 60 a?os, conocido con el sobrenombre de Alito. Desde hace 14 a?os monta y desmonta el trono de la blanca paloma y, aunque no es corpulento, auxilia en los trabajos de fuerza a la camarista encargada de vestir a la Virgen.

El misterio del interior de la talla -obra an¨®nima de finales del siglo XIII- ha sido alimentado secularmente y tan s¨®lo Alito y la camarista conocen su secreto. "No se lo he contado ni a mi madre", dice Alito, quien desde los 14 a?os trabaja de carpintero en el Roc¨ªo y ha sido en m¨¢s de una ocasi¨®n arrastrado y herido ante el ¨ªmpetu de los almonte?os que saltan la verja antes del alba, en una ceremonia que tiende a adelantarse cada vez m¨¢s.

Alito no s¨®lo ha sufrido lesiones a causa de esta impaciencia, sino que la Virgen de El Roc¨ªo, seg¨²n su testimonio, ha hecho en ¨¦l un milagro. Hace cuatro a?os una ca¨ªda en los escalones de la sala de las velas le dej¨® inutilizado un pie. "Los m¨¦dicos me dijeron que no ten¨ªa soluci¨®n, pero la Virgen ha hecho que me ponga bien".

Por lo dem¨¢s, arreglar el recinto le lleva a Alito unos cuatro o cinco d¨ªas; de ellos, media jornada se la dedica a la Virgen.

Alito recuerda emocionado a Ana Gonz¨¢lez Acebedo, la ¨²ltima camarista de la Virgen que falleci¨® a primeros de mes a la edad de 80 a?os, "juntos rezamos y lloramos antes y despu¨¦s de vestirla durante muchos a?os".

El santero de la Virgen de El Roc¨ªo aflora los tiempos en los que hab¨ªa s¨®lo 15 hermandades y 10.000 personas acud¨ªan a la romer¨ªa por Pentecost¨¦s. Entonces no exist¨ªa la carretera hasta la aldea almonte?a y El Roc¨ªo "resultaba m¨¢s familiar". Tambi¨¦n entonces se saltaba la verja al amanecer, puesto que la tradici¨®n sef¨ªala que "a la Virgen ha de darle en la cara el primer rayo de luz del d¨ªa". Ahora, la impaciencia marca la hora del imprevisto salto.