Primera visita de un presidente espa?ol a la URSS

Felipe Gonz¨¢lez ha esperado a que estuviera decidida la permanencia de Espa?a en la OTAN para iniciar hoy el que va a ser el primer viaje oficial a la Uni¨®n Sovi¨¦tica de un jefe de Gobierno espa?ol. Han pasado casi cinco a?os desde que el Gobierno de Mosc¨² entregara al de Madrid un cr¨ªtico memor¨¢ndum sobre la decisi¨®n espa?ola de ingresar en la Alianza Atl¨¢ntica.

"La inclusi¨®n de Espa?a en una alianza dirigida contra la Uni¨®n Sovi¨¦tica y sus aliados no puede dejar de afectar las relaciones entre la URS S y Espa?a", sentenciaba el documento sovi¨¦tico, que provoc¨® una protesta diplom¨¢tica formal por parte espa?ola.

Septiembre de 198 1, mes en el que fue entregado el memor¨¢ndum, queda como fecha clave en la historia de las relaciones hispano-sovi¨¦ticas. Desde que, en febrero de 1977, Espa?a y la URSS establecieran relaciones diplom¨¢ticas plenas, el di¨¢logo entre ambos pa¨ªses hab¨ªa tenido bastante de id¨ªlico, a pesar de varias expulsiones de: sovi¨¦ticos residentes en Espa?a, acusados de espionaje.

Despu¨¦s de casi 40 a?os viviendo de espaldas, el reencuentro de 1977 estaba impregnado de la visi¨®n casi rom¨¢ntica que cada pa¨ªs tiene de] otro. Al margen de este ambiente, Espa?a hab¨ªa dado bastantes facilidades pol¨ªticas a la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Y no s¨®lo la Espa?a de la democracia reestrenada sino, incluso, la oficialmente anticomunista Espa?a de Franco: se hace dif¨ªcil encontrar un pa¨ªs occidental que concediese m¨¢s facilidades portuarias a la Uni¨®n Sovi¨¦tica que las dadas por el Gobierno de Madrid a partir del a?o 1967; es decir, cinco a?os despu¨¦s de la tortura y muerte del dirigente comunista espa?ol Juli¨¢n Grimau.

A partir de septiembre de 1981, las cosas empezaron a cambiar. Fuentes gubernamentales espa?oles comienzan a afirmar que la Uni¨®n Sovi¨¦tica ha asimilado ya la presencia de Espa?a en la Alianza Atl¨¢ntica e incluso que Mosc¨² prefiere a Espa?a dentro de un juego de alianzas. Se acab¨® la imagen rom¨¢ntica.