Pesimismo en Brasil ante el Mundial
Los jugadores que integran la selecci¨®n brasile?a siguen en M¨¦xico su ritmo de entrenamiento con un ojo puesto en la fecha del primer partido, que ser¨¢ disputado contra Espa?a, y el otro ojo en el departamento m¨¦dico. Han sido 13 las contusiones graves sufridas hasta ahora, y no se sabe si algunas piezas claves del equipo, como Zico y Cerezo, podr¨¢n disputar la Copa, del Mundo. No se ve ninguna gota de optimismo en el horizonte.
El escritor colombiano Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez dec¨ªa hace dos semanas en M¨¦xico a un desanimado amigo brasile?o: "Ustedes siempre dicen lo mismo, que el equipo est¨¢ mal, que el f¨²tbol brasile?o est¨¢ decadente, y luego juegan de maravilla y ganan". Sin embargo, ni toda la imaginaci¨®n de Garc¨ªa M¨¢rquez lograr¨ªa ver en la actual selecci¨®n el f¨²tbol que Brasil tuvo en el pasado. Todav¨ªa se discuten los fallos o la mala suerte que llev¨® a Brasil a ser eliminado por Italia en el campeonato disputado en Espa?a hace cuatro a?os. Pero lo que nadie discute en Brasil son las perspectivas para el inmimente mundial: no existen.Ese pesimismo se refleja en todo, desde las p¨¢ginas, deportivas de los diarios hasta los departamentos de publicidad de las emisoras de televisi¨®n. Todas tuvieron problemas para vender las cuotas de patrocinio para las transmisiones de los partidos. La m¨¢s poderosa red de televisi¨®n, la Globo, ten¨ªa previsto vender cuatro cuotas de patrocinio por cinco millones y medio de pesetas cada una. Vendi¨® tres. Tan pronto empezaron los partidos preparatorios, los candidatos que disputaban la ¨²ltima cuota desaparecieron. Para lograr el patrocinador que faltaba, la Globo tuvo que aceptar una rebaja de casi el 40% en su precio original. Las agencias de publicidad, mientras tanto, pasaron a ser bombardeadas por clientes asustados: todos tienen la impresi¨®n de que la propaganda que tom¨® como punto de venta la selecci¨®n podr¨¢ ser perjudicial a los productos que, te¨®ricamente, deber¨ªa promocionar.
Prensa y afici¨®n buscan, de antemano, responsables de la cat¨¢strofe prevista. No es en realidad demasiado complicado: los dirigentes del f¨²tbol brasile?o lograron, en lo que a preparativos se refiere, armar la mayor confusi¨®n imaginable. Basta con recordar que, faltando dos d¨ªas para la llegada de los jugadores a M¨¦xico, nadie sab¨ªa de cierto d¨®nde se alojar¨ªan ni d¨®nde iban a entrenar. Otro problema es la figura del entrenador. Tel¨¦ Santana es el hombre que logr¨® revivir el mejor f¨²tbol brasile?o, contando con algunos talentos excepcionales, en el Mundial de 1982. Pero su equipo fije eliminado cuando todos en Brasil sent¨ªan la victoria al alcance de la mano. Ahora cometi¨® aquello que a los ojos de la afici¨®n sintetiza la m¨¢s incre¨ªble secuencia de errores: convoc¨® a demasiados jugadores, tard¨® demasiado en elaborar la lista de los que viajaron a M¨¦xico, rechaz¨® a futbolistas indispensables y arm¨® equipos extra?os. Todav¨ªa no ha explicado cu¨¢l es su sistema t¨¢ctico ni qu¨¦ jugador estar¨¢ en determinada posici¨®n.
Finalmente, las contusiones -13 en menos de dos meses- constituyen otra dificultad; y ah¨ª el blanco de las iras es el preparador f¨ªsico, Gilberto Tim. En los ¨²ltimos d¨ªas, la prensa brasile?a public¨® acusaciones graves de m¨¦dicos y preparadores f¨ªsicos, quienes afirmaban que Gilberto Tim. aplic¨® a los jugadores una especie de sobredosis de ejercicios.
Con todo eso, a nadie puede sorprender la atm¨®sfera que oscila entre el pesimismo y la m¨¢s ¨¢cida iron¨ªa cuando se trata de comentar lo que se puede esperar de la Copa de M¨¦xico.
"Ni por un milagro ganamos" es la frase m¨¢s com¨²n. Hecho in¨¦dito en la historia brasile?a. Mucha gente gan¨® dinero en apuestas a lo largo de los partidos preparatorios indicando al Brasil como perdedor. Los brasile?os, en general, tienen un gran favorito en los campeonatos mundiales: Brasil.
Esta vez, sin embargo, aparecen Francia, Italia, Argentina, Espa?a y s¨®lo entonces alguien se anima a decir "y quiz¨¢ Brasil". Se dice que en Brasil existen 120 millones de analistas de f¨²tbol que son a la vez 120 millones de entrenadores en potencia. Bien: ser¨ªa casi imposible encontrar entre todos ellos s¨®lo uno que explicara de manera sencilla qu¨¦ esquema pretende armar Tel¨¦ Santana para el equipo.
Finalmente, hubo quienes se salvaron de las cr¨ªticas: los jugadores. Desde luego, hay algunos de quienes nadie jam¨¢s hab¨ªa o¨ªdo hablar. Otros son considerados ejemplares perfectos de "piernas de palo", que es como se llama en Brasil a los que no tienen ninguna intimidad con la pelota y se llevan muy mal con ella. Pero son tantos los equ¨ªvocos de los responsables por la selecci¨®n que hasta los jugadores son considerados v¨ªctimas.
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