El 'lobby' catal¨¢n no ha incrementado la soberan¨ªa ni el peso del PSC
El Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) es la ¨²nica organizaci¨®n territorial socialista con entidad jur¨ªdica y pol¨ªtica propia, reconocida en el protocolo constitutivo del partido, de 1978. Esa autonom¨ªa ha sido la fuente de sus conflictos con el socialismo federal y ha marcado ocho a?os de trato dif¨ªcil, con etapas de incomunicaci¨®n. Actualmente sus relaciones parecen haber entrado en una fase de estabilizaci¨®n. A partir del oto?o de 1985, el trato entre Felipe Gonz¨¢lez y el l¨ªder catal¨¢n, Raimon Obiols, experiment¨® una mejora. Iniciaron contactos directos tras dos a?os sin apenas verse ni o¨ªrse. Hay que recordar que el PSC comenz¨® la legislatura sin grupo parlamentario propio, pues el grupo hab¨ªa sido disuelto poco antes, en el m¨¢s grave choque con el PSOE desde el de la LOAPA.
Al actual entendimiento han contribuido, aunque con palpable timidez inicial, los cerca de cuarenta altos cargos aportados por los socialistas catalanes a la Administraci¨®n. Especialmente, los tres ministros -Narc¨ªs Serra, Ernest Lluch y Joan Maj¨®-, de quieries Fel¨ªpe Gonz¨¢lez dijo que cada uno gestionaba dos carteras a la vez: "La que yo les encargo y Catalu?a". El PSC est¨¢ contento de esta aportaci¨®n catalana, que supone una novedad en la vida p¨²blica espa?ola. Considera que el peso de Catalu?a en la gesti¨®n del Estado ha sido en el cuatrie nio 1982-86 superior al de los 80 a?os anteriores, pues los catalanes solo espor¨¢dica e individualmente se hab¨ªan dedicado a esas tareas.
Seg¨²n el PSC, sus militantes han marcado notablemente la pol¨ªtica del Gobierno en el dise?o industrial, auton¨®mico y cultural. Tambi¨¦n se atribuye el buen enfoque para la resoluci¨®n del problema de la financiaci¨®n de las comunidades aut¨®nomas y la actitud positiva de la Administraci¨®n central en la normalizaci¨®n del uso de la lengua catalana, que nunca, ni siquiera durante la Rep¨²blica, ha estado tan vigente y protegida", se?alan. Pero el lobby catal¨¢n no se ha traducido en un incremento de la influencia del PSC en el PSOE. La victoria de Felipe Gonz¨¢lez en 1982 sirvi¨®, parad¨®jicamente, para distorsionar m¨¢s las relaciones entre ambos partidos, al tener que supeditarse el socialismo catal¨¢n a los intereses generales. Luego, la desautorizaci¨®n de la LOAPA rebaj¨® la credibilidad nacionalista del PSC, y las dos derrotas ante Jordi Pujol en las auton¨®micas desprestigiaron al PSC ante el colectivo del socialismo espa?ol. Desde el PSOE se ha reprochado sistem¨¢ticamente al equipo de Obiols no saber enfrentarse a Converg¨¦ncia, y realizar una pol¨ªtica t¨ªmida y a la defensiva de la gesti¨®n gubernamental socialista.
Uno de los problemas de fondo es que por la ejecutiva del PSC s¨®lo pasa uno de los circuitos de comunicaci¨®n con el PSOE, pues el partido ha vertebrado un esquema plural de relaciones externas a trav¨¦s de sus principales personalidades, lo que ha permitido al PSOE poder elegir cada vez, a la medida, al interlocutor que m¨¢s le interesa.
Tras las ¨²ltimas auton¨®micas, en el PSC se alzaron voces reclamando m¨¢s soberan¨ªa y Obiols denunci¨® la ausencia de una pol¨ªtica espec¨ªfica del Gobierno para Catalu?a. Actualmente, el sector oficialista considera que el entendimiento con el PSOE es suficiente. Para otros sectores, por el contrario, la incapacidad del PSC para dise?ar una pol¨ªtica propia y hacerse respetar en Madrid, pueden conducir en el futuro a un progresivo aislamiento de los socialistas en Catalu?a.
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