Llamamiento conservador en Sur¨¢frica para que la derecha se una frente al Gobierno
Eug¨¦ne Terreblanche, l¨ªder del Movimiento de Resistencia Afrikaner, (AWB), ha hecho un llamamiento a todos los grupos conservadores del pa¨ªs para unirse frente al Gobierno en unas elecciones generales. "Juntos somos imparables", declar¨® un portavoz del Partido Nacional Reformado (HNP), de extrema derecha. Pero incluso unida la derecha no plantea una amenaza directa al monolito del Estado. Si se convocaran unas elecciones generales ahora, los derechistas podr¨ªan con seguridad reducir la mayor¨ªa del Gobierno, pero no derrotarle.
La mayor amenaza para el Gobierno viene de las concesiones que hace a la derecha a expensas de la inquieta mayor¨ªa negra, que se encuentra en el otro polo. El presidente Pieter Botha y sus reformas est¨¢n siendo aprisionados en medio de los grupos blancos que consideran que luchan por su supervivencia: la derecha, principalmente situada en zonas rurales, ve irse a pique su civilizaci¨®n a manos de la dominaci¨®n negra; la izquierda teme que el pa¨ªs sea enviado a la hoguera por los radicales negros impacientes por conseguir su libertad."El Gobierno est¨¢ regalando mi pa¨ªs a los infieles y a los norteamericanos", declar¨® un simpatizante del AWB en un mitin en Pietersburgo, con la voz quebrada por la emoci¨®n. "Tenemos que conseguir pararles a cualquier precio".
En el otro extremo del espectro, Khulu Sibiya, comentarista pol¨ªtico de raza negra, manifest¨®, a prop¨®sito del Consejo. Consultivo Nacional, la medida adoptada por Botha para implicar a los negros en algunas tareas de Gobierno: "S¨®lo es m¨¢s bla bla bla".
El presidente, Botha parece mostrar mayor preocupaci¨®n por las incursiones de la derecha que por las de la izquierda. La amenaza de la derecha viene de su propia gente, los afrikaners.
En las ¨²ltimas elecciones parciales para cinco esca?os blancos el 30 de octubre del a?o pasado, el Partido Nacional (NP) perdi¨® bastante terreno frente a la derecha. El archiconservador Partido Nacional Reformado gan¨® al NP en una de las circunscripciones y los nacionalistas compartieron los votos en las otras. Botha interpret¨® el hecho como una advertencia del descontento de los blancos con sus pol¨ªticas reformistas.
En el Parlamento, la derecha tiene 19 esca?os -uno el HNP, y el resto, el Partido de los Conservadores (CP)-, frente a los 127 del Gobierno. Num¨¦ricamente no hay problema. Pero Botha est¨¢ preocupado por los disidentes potenciales dentro del Partido Nacional e incluso dentro de su propio Gabinete, aunque parlamentarios, ministros hayan desmentido que tales divisiones existan.
Nelson Mandela, el l¨ªder del opositor Congreso Nacional Africano (ANC), se ha convertido en el pe¨®n principal de la batalla por el poder dentro del NP. Un grupo liberal, representado por el ministro de Asuntos Exteriores, Roelof Pik Botha, quiere que sea liberado, y el ANC, legalizado, para reducir, a trav¨¦s de la negociaci¨®n, las sangrientas tensiones surafricanas.
El ministro del Interior, Frederik W. de Klerk, representa el pensamiento conservador. Fue ¨¦l, como es conocido, quien dej¨® claro tras la correci¨®n de Botha al discurso de apertura del Parlamento de este a?o, que aunque se debe acabar con el apartheid, el desarrollo separadb de las diferentes razas no es suficiente.
Pik Botha es conocido por favorecer la apertura de una l¨ªnea de comunicaci¨®n con el ANC e intentar la liberaci¨®n de Mandela. El duro golpe infringido por el presidente al ANC en tres Estados vecinos y su promesa de acabar con el movimiento si fuera necesario parecen parte de una concesi¨®n a los m¨¢s derechistas de su partido. Fuentes pol¨ªticas dudan, sin embargo, que estuvieran destinados a torpedear al grupo de personas eminentes de la Commonwealth brit¨¢nica y su cauto avance hacia el establecimiento de un di¨¢logo entre el Gobierno de Sur¨¢frica y el ANC. Los golpes fueron, sin embargo, bien recibidos por el Partido Conservador y el HNP.
La derecha cree firmemente que el Gobierno est¨¢ perdiendo terreno frente a ellos y teme incluso que las moderadas reformas propuestas por el Partido Nacional busquen otros apoyos pol¨ªticos. "El Gobierno no convocar¨ªa unas elecciones ahora, no tiene confianza para enfrentarse al electorado", coment¨® el l¨ªder del Partido Conservador, Andries Treumicht.
Los partidos y grupos de derechas quieren un cambio en el viejo estilo de apartheid. Terreblanche resumi¨® su actitud en un mitin celebrado en Pietersburgo el pasado jueves por la noche. Dijo que cre¨ªa que "eventualmente las l¨ªneas de batalla en Sur¨¢frica se situar¨ªan entre el AWB y el ANC". Y asegur¨®, ante sus 3.000 alegres partidarios: "El AWB restaurar¨¢ el orden con violencia".
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