Sonrisas y l¨¢grimas
Rafael Camino lloraba durante la ceremonia del doctorado. Espartaco sonre¨ªa a los tendidos exhibiendo su poblada dentadura. Sonrisas, l¨¢grimas y toros sospechosos de pitones fueron los protagonistas de la corrida.
Los toros estaban bien presentadas para una plaza de segunda categor¨ªa, y su tama?o era semejante, al igual que su escasez de fuerzas. Aunque desde la pizarra se gastaran bromas a este p¨²blico festivo y agradecido.: ora pon¨ªa 440 kilos, ora 504, ora 620. Toda la tarde se llev¨® a cabo la extendida pr¨¢ctica del monopuyazo.
Rafael Camino, adem¨¢s de sus enormes ganas, mostr¨® nerviosismo y t¨¦cnica justita. Lo compens¨® con su valor, sobre todo en el que cerr¨® plaza, el mayor del encierro, que lleg¨® muy entero a la muleta y el toricantano le aguant¨® tarascadas y parones, sacando algunos naturales limpios, bien abrochados con el de pecho. Su labor cal¨® y emocion¨® al p¨²blico.
Bernard¨®s Ortega Cano Espartaco, Camino
Toros de Mat¨ªas Bernardos,bien presentados, flojos y de juego desigual. Ortega Cano: media atravesada y descabello (oreja); estocada ca¨ªda (divisi¨®n al saludar). Espartaco: bajonazo (palmas); pinchazo y estocada tendida (ovaci¨®n). Rafael Camino, que tom¨® la alternativa: estocada (oreja); dos pinchazos y estocada tendida (oreja). Toledo, 29 de mayo. Tradicional corrida del Corpus.
En el de la ceremonia, Camino se mostr¨® destemplado y sin conocimiento de los terrenos, por lo que sufri¨® un impresionante revolc¨®n y un puntazo, tras los que volvi¨® a la cara del toro y enterr¨® la tizona con aut¨¦ntica rabia.
Ortega Cano no fue el de los recientes triunfos en Las Ventas Banderille¨® f¨¢cil y desigual, excepto el ¨²ltimo par al cuarto, en el que se asom¨® al balc¨®n y el toro le puso los pitones en la garganta. Con la franela anduvo a la deriva, sin centrarse ni confiarse. En el segundo de la tarde, tras una labor sosa, calent¨® al p¨²blico con manoletinas y desplantes.
Espartaco prodig¨® sus cl¨¢sicas sonrisas, pues sus dos toros fueron los de menos fuerza y no le permitieron m¨¢s que intentos de faena y miradas justificativas al tendido, que le ped¨ªa que los matase. Lo cumpli¨® sin hacerse rogar y fue muy aplaudido.
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