El regreso de Rafael de C¨®rdoba

El espect¨¢culos son dos partes bien diferenciadas. En la primera, Porf¨ªa del amor oscuro, se nos cuenta una historia de amor y muerte; en la segunda, el flamenco mana libremente en diversos n¨²meros de baile, cante y toque.A Porf¨ªa... le ha puesto la idea y unos breves textos Francisco S¨¢nchez Grajera, sobre. m¨²sica de Gerardo N¨²?ez, popular y de Los Chichos. El resultado es un h¨ªbrido en que cabe de todo pero que no se decanta por nada. Las canciones de Los Chichos crean un ambiente suburbano que hemos visto en pel¨ªculas de ahora, pero que no acaba de definir una l¨ªnea rectora. El baile oscila de unas danzas inclasificables a un flamenco t¨®pico. En realidad, todo es t¨®pico, conocido, sin la fuerza ni la pasi¨®n que hubiera debido tener la tragedia flamenca que -creo- se ha querido hacer.

Ni hay tragedia ni, casi, flamenco. Los momentos culminantes se resuelven en tres escenas parecidas: enfrentamientos entre los dos hombres o las dos mujeres que conforman el cuarteto protagonista. "Lo hemos visto demasiadas veces. Por a?adidura, hay aspectos t¨¦cnicos mal resueltos, uno de ellos sobre todos, el de la diferencia de volumen de la m¨²sica grabada a la que se produce directamente en el escenario.

Hondo tampoco remonta un nivel de mediocridad, en el espect¨¢culo presentado en el teatro Alb¨¦niz. La coreograf¨ªa, cuando la hay, o es pretenciosa o se queda casi en ejercicio de fin de curso de una academia de baile. Ninguna personalidad sobresaliente en el cuerpo de bailarines, aunque brille alguna actuaci¨®n personal en momentos fugaces (las buler¨ªas, los tranguillos, las rumbas).