Europa, hoy
La larga dictadura de Franco nos ha tenido separados del concierto internacional, sin voz ni voto en ese quehacer importante en que, dando bandazos, esta Europa llamada occidental trataba de adquirir personalidad propia y emanciparse de alg¨²n modo del colonialismo, econ¨®mico, y por econ¨®mico, a su vez, pol¨ªtico, que impon¨ªa Por doquier el imperialismo Made in USA, al socaire del peligro comunista, que resulta tan trasnochado como Caperucita y el lobo.Entramos en el Mercado Com¨²n en horas trascendentales para Europa, con el ecu en marcha y Eureka dando sus primeros pasos. Entramos a formar parte de la Europa comunitaria, que abarca su per¨ªmetro occidental, cuando la otra Europa se?ala s¨ªntomas de cambios fundamentales y caen por el suelo muchos de los argumentos con que, se trataba de profundizar la zanja que separa en dos Europas a la Europa unida en la cultura y en todos los rasgos que delimitan su historia. Quiz¨¢ le toque a Espa?a jugar a fondo sobre esa baza de una Europa unida que recupere su liderazgo.
Esta llegada pol¨ªtica a Europa no s¨¦ si es comprendida a¨²n por muchos espa?oles en lo que tiene de cambio brusco, de giro de 180? sobre las premisas y concepciones en que se desarrollaba nuestra vida.
El que empecemos a consideramos europeos es algo as¨ª como romper un provincianismo ancestral. Algo que creo no va a ser f¨¢cil.
La hora continental ha sonado, ?por fin!, para todo, para la lucha contra el paro, contra el terrorismo, para la reconversi¨®n industrial, para la agricultura y para dejar de mirar cada d¨ªa las incomprensibles oscilaciones del d¨®lar y del petr¨®leo, o del petr¨®leo y el d¨®lar.
Sobre Iberoam¨¦rica y sobre la ribera mediterr¨¢nea con los pa¨ªses ¨¢rabes que sembraron cultura en tierras espa?olas a lo largo de siglos, algo vamos a tener que decir de manera personal.
En Andaluc¨ªa, donde se asentaron ya desde principios de siglo alemanes, ingleses, suecos... a vivir para siempre, y donde ese fen¨®meno llamado turismo lanza en oleadas una juventud con ansias de conocer mundo, este ser europeo va a funcionar con m¨¢s rapidez y con m¨¢s alegr¨ªa. En la Costa del Sol hace ya tiempo que las suecas son como de la casa.
Uno se ha sentido europe¨ªsta de siempre. Cuando en mis manos renaci¨® Litoral, en 1968, al pie de su portada reza como punto de partida: Torremolinos-M¨¢laga-Andaluc¨ªa-Espa?a-Europa. Me pareci¨® ya entonces este Norte en una trayectoria cultural: Europa, el ¨²nico medio de salir de ese pozo profundo en que iban transcurriendo los mejores a?os de mi vida.
El debate en el Parlamento sobre la Alianza Atl¨¢ntica -la OTAN- fue deprimente para cualquier cerebro equilibrado. El si Felipe Gonz¨¢lez se desdec¨ªa, si donde dijo digo ahora dec¨ªa Diego o viceversa, no era el tema. Por que en eso de la credibilidad y el desdecirse, contemplando a la derecha espa?ola hay que hacer un soberano esfuerzo de buena fe para pensar que hay en ella sentimientos dem¨®cratas y europe¨ªstas, recordando M¨²nich y el servilismo franquista y pronorteamericano de la hora de Chile o la Argentina de los generales asesinos.
Plantear la Alianza Atl¨¢ntica como el principio, la mitad o el final del camino hacia la guerra, y la salida de la OTAN, el amor a la paz, la soluci¨®n o el camino de la soluci¨®n a la absoluta dependencia de Estados Unidos, dicho con todos los respetos a los movimientos pacifistas y a quienes con ellos se han hermanado en una extra?a alianza, no es cierto.
La salida de la Alianza Atl¨¢ntica hubiera supuesto una mayor
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dependencia con Estados Unidos de Norteam¨¦rica. Porque yo quisiera que alguien con responsabilidad me diga c¨®mo se suprimen, as¨ª de golpe, esas bases y Gibraltar, y esas bases norteamericanas nos atan hoy y nos complican en una pol¨ªtica militar de defensa. Los recientes acontecimientos de Libia han puesto de manifiesto la importancia del 'Si en el refer¨¦ndum.
Sobre tanta literatura, sobre tanto lugar com¨²n, dentro de la ¨¦tica y de la moral est¨¢ el razonamiento de lo posible y no exigir a nadie lo que se sabe que nadie podr¨ªa hacer.
Entrar en Europa es asumir sus defectos, sus dificultades y su historia. A donde nos puede llevar a¨²n la pol¨ªtica de bloques que defiende y sostiene Estados Unidos y apoya. la derecha europea, y con ella, c¨®mo no, la derecha espa?ola, es algo que debemos plantear desde dentro de Europa.
Ya est¨¢ bien de los 40 a?os, por decir una cifra, de aislacionismo. De "nosotros somos los mejores", los que estamos en posesi¨®n de todas las verdades.
De "nosotros somos diferentes", del cierre de la verja de Gibraltar para aguantar la construcci¨®n' de un aeropuerto en zona neutral. No m¨¢s retiradas vergonzantes en posibles marchas verdes, rodeadas de tanto silencio por los que gritan ahora. No m¨¢s aislamiento.
En las Cortes Espa?olas se persigui¨®, y fuera de ellas, consciente o inconscientemente, se apoyaba el hundir a Felipe Gonz¨¢lez y a ese boceto socialista del Gobierno actual.
Santiago Carrillo puso el colof¨®n a aquel triste debate: "A la postre, aqu¨ª se va a votar Fraga o Felipe Gonz¨¢lez", pero ello, no s¨®lo por habilidad del presidente del Gobierno, sino porque, como dijo Ortega, "las circunstancias", son as¨ª. Y no. m¨¢s falsedades de neutralismos, con alusiones a Suecia. El neutralismo sueco en la ¨²ltima guerra fue dar paso libre a la Alemania nazi para que invadiera Noruega. Claro final de los neutralismos a la hora de la fuerza y la violencia. No a la guerra, no a esa subordinaci¨®n vergonzante a un imperialismo en lo pol¨ªtico, en lo econ¨®mico y en lo militar, pero para vencer eso hay que estar en Europa con todas sus consecuencias.
Un comunista, quiz¨¢ el cerebro mejor dotado dentro de esa ideolog¨ªa y que fue jefe del partido comunista m¨¢s importante de la Europa Occidental, estaba m¨¢s o menos en esa onda.
?lvaro Cunhal, en Portugal, nos ha dado recientemente otra lecci¨®n de c¨®mo se defiende "lo posible". Andreotti, lord Carrington..., no entienden a la derecha espa?ola. ?No seamos tan diferentes "otra vez"!
Quiz¨¢ a la, hora de votar, con la mano en el coraz¨®n, ¨¦l pueblo ha votado contra los 18 de julio de l936, contra los 23 de febrero de 1981, contra esas guerras que s¨ª podemos evitar que se repitan, enfrent¨¢ndonos contra tanto falso dem¨®crata, tanto fascista encubierto (relativamente encubierto) como por ah¨ª pulula y grita. A la hora de votar el pueblo ha votado por Europa, donde esas involuciones y esas militaradas no pasan. Y luego, dentro de Europa, luchemos por la desnuclearizaci¨®n, por la retirada de los misiles, por todo eso que queremos arreglar solos.
El refer¨¦ndum, contra la opini¨®n de los que lo consideraban innecesario, ha sido un ¨¦xito, y no porque haya ganado la postura de un Gobierno que crey¨® una obligaci¨®n el convocarlo, sino porque este refer¨¦ndum ha clarificado sobre la piel de Espa?a muchas cosas importantes.
La joven democracia espa?ola ha probado su capacidad para decidir frente a esos dem¨®cratas de esta ma?ana, que sosten¨ªan que el pueblo no estaba capacitado para resolver. Si al pueblo se le explica, se le ense?a, se le orienta, el pueblo debe ser quien resuelva frente a tanto despotismo ilustrado.
Carlos Arniches, tan cerca del pueblo, dec¨ªa: So todo lo que le gusta al pueblo es bueno, pero lo que no le gusta al pueblo es malo".
Despu¨¦s de tanta idiotez (vamos a llamar a las cosas por su nombre) como han dicho unos y otros, tanto lugar com¨²n, tanta poes¨ªa barata y mala, jugando con ese planteamiento facil¨®n del amor a la paz, el odio a la guerra como si la paz y la guerra dependieran de las manifestaciones y de las frases altisonantes.
S¨®lo desde esa Europa alicorta y descentrada en la que hemos entrado, pero con bastante m¨¢s fuerza y m¨¢s poder que nuestro aislacionismo y vuelta a la soledad, es donde algo podemos hacer por la paz y contra la guerra.
Frente a... ?me dejan ustedes que lo diga?, la desverg¨¹enza de una derecha que impon¨ªa su inter¨¦s de partido, su odio mal contenido al m¨ªnimo avance sotialista desde la. transici¨®n aqu¨ª, no ha habido m¨¢s voz convincente y, sobre todo, responsable que la del presidente del Gobierno.
La televisi¨®n ha dado cuartel a todos. Lo que pasa es que hay pol¨ªticos que cuanto m¨¢s hablan es peor.
" No reconocer hoy, con la serenidad que el tiempo pone en todas las cosas dentro y fuera de la pol¨ªtica, que el refer¨¦ndum ha sido un triunfo personal de Felipe Gonz¨¢lez es negar la luz.
Un triunfo sobre los sondeos, sobre todas, casi absolutamente todas las fuerzas pol¨ªticas, sobre una gran parte de la intelectualidad y del mundo del arte, que simplificaba un problema arduo, dif¨ªcil, sin m¨¢s posibilidades de. resoluci¨®n pol¨ªtica para Espa?a que la permanencia, ese cierre sobre Europa que ha triunfado en el refer¨¦ndum.
El 12 de marzo Espa?a ha completado su largo peregrinaje para salir del aislacionismo y entrar en esa Europa de la que es parte por su cultura, desde su tierra, por su mar...
El pueblo espa?ol no se ha abstenido (basta de bromas) y dijo s¨ª a la Europa de una clar¨ªsima pregunta. Desde dentro de ella, luchemos para eliminar influencias de fuera de Europa, acerqu¨¦monos lo posible a la otra Europa, a su historia, a su cultura, por una necesaria unidad.
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