El Ministeno de Econom¨ªa estudia liberalizar los tipos de inter¨¦s para las cuentas corrientes y las libretas de ahorro
El Ministerio de Econom¨ªa estudia en la actualidad liberalizar los tipos de inter¨¦s que se aplican a las cuentas corrientes, cuentas de ahorro e imposiciones a menos de un a?o o de menos de un mill¨®n de pesetas. Pocos d¨ªas despu¨¦s de que el gobernador del Banco de Espa?a anunciara esta posibilidad, los responsables de los grandes bancos y de las cajas de ahorro han mostrado su preocupaci¨®n por el impacto negativo que esta decisi¨®n podr¨ªa tener sobre sus cuentas de resultados. La liberalizaci¨®n, de llevarse a cabo, provocar¨ªa un encarecimiento del actual pasivo barato de estas entidades, que representa el 40% del total de recursos ajenos de bancos y cajas.Las autoridades econ¨®micas piensan en estos momentos completar el ciclo de liberalizaci¨®n financiera iniciada en 1981 concediendo libertad para que las entidades establezcan por s¨ª mismas la rentabilidad que pueden ofrecer a los dep¨®sitos a la vista -cuentas corrientes o libretas de ahorro-, as¨ª como a las imposiciones a menos de un a?o o de cuant¨ªa inferior a un mill¨®n de pesetas. En la actualidad, los tipos de inter¨¦s de este tipo de dep¨®sitos est¨¢n regulados, siendo el m¨¢ximo que puede pagarse por los saldos en cuenta corriente del 1 % y de las cuentas de ahorro del 3,75%. Para las imposiciones a menos de un a?o, los tipos de inter¨¦s m¨¢ximos oscilan entre el 6,50% y el 7,50%.
En realidad, los bancos y cajas de ahorro retribuyen actualmente el 0,10% en los saldos de cuentas corrientes, muy por debajo del m¨¢ximo legal autorizado, y en las cuentas de ahorro -las t¨ªpicas libretas- el tipo de inter¨¦s suele estar un punto por debajo del autorizado. Esta baja rentabilidad proporciona pasivo a coste pr¨¢cticamente nulo en su mayor parte a las entidades financieras en proporciones muy importantes.
A finales de 1985, de los 21 billones de pesetas de recursos de terceros depositados en bancos y cajas de ahorro, algo m¨¢s de nueve billones, casi el 43% del total, estaba colocado en esta forma. El posible encarecimiento de este pasivo podr¨ªa colocar a bancos y cajas en una situaci¨®n dif¨ªcil, o por lo menos complicada, como les ha ocurrido recientemente a los mayores bancos comerciales japoneses. En principio, las autoridades econ¨®micas no quieren que se resientan las cuentas de resultados de bancos y cajas de ahorro, y por ello se considera necesario proceder a la liberalizaci¨®n de estos tipos de inter¨¦s, los ¨²nicos que siguen sujetos a regulaci¨®n, de forma prudente y acompa?ada de reducciones significativas en los niveles de coeficientes obligatorios. De otra forma, la pinza entre mayores costes financieros y menores ingresos, por el alto grado de recursos cautivos, podr¨ªa reducir, hasta niveles no soportables el margen financiero.
Exceso de fondos
En medios del sector se se?ala que la liberalizaci¨®n no afectar¨ªa en exceso a los fondos colocados en cuentas corrientes, pero s¨ª a los de las libretas de ahorro. Este razonanuento, se basa en el hecho de que las grandes cuentas corrientes reciben retribuciones claramente superiores al 0,10% actual mediante mecanismos de colocaci¨®n de tesorer¨ªa excedente a corto plazo. No obstante, en las libretas de ahorro no ocurre esto, y sus titulares suelen ser ahorradores privados que podr¨ªan cambiar de entidad en la misma medida en que alguien proporcione mayor rentabilidad. A finales de 1985, los bancos ten¨ªan algo menos de dos billones de dep¨®sitos en estas libretas y las cajas de ahorro superaban los tres billones.El sector financiero no se niega a esta liberalizaci¨®n, aunque pone las pegas suficientes como para que parezca lo contrario. En primer lugar, se?ala estar a favor de que cada entidad retribuya por su pasivo lo que considere necesario. Pero pone tres condiciones muy fuertes para que no s¨®lo no les repercuta en sus cuentas de resultados, sino para que ¨¦stas aumenten.
La primera es que el pago de mayores intereses en las cuentas 31 libretas debe ir unida al cobro real de los servicios financieros que en la actualidad prestan las entidades a un precio inferior al real. El cobro por domiciliaci¨®n o por los talones expedidos son algunos de los ejemplos que se ponen. El segundo argumento que utilizan es el elevado nivel de coeficientes obligatorios que tienen las entidades. La Administraci¨®n ha anunciado ya su intenci¨®n de reducir de forma significativa todos estos coeficientes. Por ¨²ltimo, bancos y cajas mantienen la necesidad de "eliminar las rigideces del mercado de trabajo" en el sector si quiere ponerse en condiciones de competitividad a las entidades.
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