Cubanos disidentes
La insultante carta de Mar¨ªa Rosa Almendros et al sobre el reciente Congreso de Intelectuales Cubanos Disidentes, publicada por EL PA?S (31 de mayo de 1986), necesita respuesta. Yo no asist¨ª al congreso de este a?o en Madrid, pero s¨ª a otro que se celebr¨®, creo que en 1981, en la Columbia University, de Nueva York. Y si algo me impresion¨® de aquellas reuniones fue la ecuanimidad, la madurez, incluso la relativa falta de radicalismo, de la mayor¨ªa de las ponencias presentadas. Hubo momentos particularmente emocionantes, como cuando entr¨® en el sal¨®n de actos el recientemente liberado Hubert Matos, y, en general, una atm¨®sfera noble de recuerdos, de nostalgias, de esperanzas. Los participantes nos hab¨ªamos pagado, por supuesto, nuestros propios gastos, y el contingente m¨¢s representativo del grupo era el de profesores universitarios que nos ganamos la vida en el sistema educacional norteamericano y que compartimos, s¨ª, y a mucha honra, la condici¨®n de exiliados cubanos. El ver ahora que una nueva reuni¨®n de ese grupo de intelectuales cubanos es tratada por la se?ora o se?orita Almendros y sus cofirmantes como una reuni¨®n de "esbirros de la tiran¨ªa batistiana, desfalcadores de la hacienda p¨²blica", me ha producido, primero, la natural indignaci¨®n, luego, la preocupaci¨®n de que semejantes cargos, no importa cu¨¢n descabellados, queden de alguna manera legitimados por la santidad de la letra impresa.El signo general de la carta en cuesti¨®n es muy com¨²n entre quienes han abrazado el credo castrista: nadie, por definici¨®n, puede disentir de buena fe; cualquier posici¨®n cr¨ªtica ante el r¨¦gimen cubano implica autom¨¢t¨ªcamente la pertenencia a las n¨®minas de la CIA. M¨¢s que rebajarme a contestar en lenguaje hom¨®logo los insultos de esta se?ora o se?orita Almedros, me permitir¨¦ pedirle lo siguiente a los lectores de EL PA?S: primero, lean la carta a que me refiero, luego, imaginen la posibilidad kafkiana de que sus firmantes representen la ¨²nica -repito, la ¨²nica posici¨®n- ideol¨®gica permitida en un pa¨ªs; por fin, imag¨ªnense a s¨ª mismos en el papel de cubanos inconformes con el r¨¦gimen. ?Comprenden por qu¨¦ tantos cubancis han desafiado las olas y los tiburones del Caribe con tal de escapar de semejante sistema?-
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