Cr¨ªticas amargas por la sorprendente eliminaci¨®n de Portugal
"Portugal, 1; Marruecos, 3; adi¨®s M¨¦xico", es el grito un¨¢nime de la Prensa, portuguesa despu¨¦s de la catastr¨®fica exhibici¨®n de los infantes en el estadio de Guadalajara. La amargura por haber sido eliminados por la selecci¨®n que todos, inicialmente, daban como la menos peligrosa domina todas las reacciones portuguesas, llev¨¢ndolas a extremos forzosamente injustos para los jugadores nacionales y marroqu¨ªes."En verdad, ?qu¨¦ fuimos a hacer a M¨¦xico.?", interroga en primera plana de su edici¨®n de ayer el peri¨®dico A Bola, de mayor tirada de toda la Prensa lusa. "Mi¨¦rcoles de cenizas" para el f¨²tbol portugu¨¦s, anuncia el Jornal de Noticias de Oporto, que ironiza con la p¨®lvora seca utilizada por la infanter¨ªa lusa, mientras que el Corre¨ªo da Manh? de Lisboa, constata que la selecci¨®n nacional mereci¨® calabazas por suspender las primeras oposiciones. "En ocho minutos, perdimos la batalla... y la guerra", Comenta otro diario.
Los especialistas hab¨ªan analizado todas las combinaciones posibles de los resultados de los dos partidos que se jugaban a la misma hora entre equipos del grupo F, para concluir que a¨²n con una derrota por 0-1 con Marruecos y la misma diferencia entre el Reino Unido y Polonia, Portugal conservaba una posibilidad de pasar a la fase siguiente. El entrenador brasile?o de la se lecci¨®n de Marruecos ayud¨® a la fiesta prematura, con declaraciones elogiosas para Portugal.
La afici¨®n tiene alguna raz¨®n para sentir que, adem¨¢s de derrotada fue "miserablemente enga?ada", ya que, por lo visto, el desastre era previsible, seg¨²n se desprende d¨¦ los comentarios de los enviados especiales de la Prensa lusa: con excepci¨®n de la divina sorpresa de la victoria sobre el Reino Unido, parece que la selecci¨®n portuguesa no hizo nada bueno en M¨¦xico.
H¨¦roe muerto
"No vale la pena llorar sobre el h¨¦roe muerto, que jam¨¢s resucitar¨¢", observa, fatalista, un diario de Oporto. "Es que la sombra del rey Sebasti¨¢n perturba en estos momentos de tristeza la memoria colectiva del pueblo portugu¨¦s: el rey Donzel tambi¨¦n embarc¨®, riendo contra Marruecos un lejano d¨ªa de 1578, pero en las arenas del desierto quedaron sus huesos y las 1.000 guitarras de la fina flor de la aristocracia lusa, despu¨¦s de la batalla de los tres reyes, en Alc¨¢zarquivir, y dos a?os m¨¢s tarde la corona portuguesa ca¨ªa en manos de Felipe II".
Las referencias hist¨®ricas pueden parecer desplazadas en una mera cr¨®nica deportiva: dan la medida del tremendo descalabro de las ambiciones portuguesas en relaci¨®n al campeonato. Ahora s¨®lo queda esperar un buen resultado de los ingleses, para consolarse con la satisfacci¨®n de haber derrotado uno de los potenciales vendedores: la Prensa portuguesa que elogi¨® la derrota de la armada invencible anuncia que "los ingleses resucitan al tercer juego" y "vapulean duramente" a los polacos.
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