El regreso de Suarez
EL RESULTADO M?S sobresaliente de la ¨²ltima encuesta realizada por encargo de EL PA?S, y realizada entre el 5 y el 8 de junio, es la apertura de la posibilidad de que el PSOE no alcance la mayor¨ªa absoluta. En los resultados de este sondeo el partido socialista podr¨ªa lograr entre 167 y 194 diputados, lo que deja abierta una peque?a posibilidad de que no consiga los 176, equivalentes a la mitad m¨¢s uno de la C¨¢mara. La amplitud de la horquilla, 37 diputados en el caso socialista, pero tambi¨¦n 19 en el caso de Coalici¨®n, y 14 en el CDS, se debe al papel que pueden jugar los restos en la adjudicaci¨®n de esca?os, como resultado de la ley d'Hont contemplada por el actual reglamento electoral. Por lo dem¨¢s, nunca se insistir¨¢ bastante en que una encuesta electoral no es sino eso: un sondeo del estado de la cuesti¨®n en un momento concreto, y para riada puede entenderse ni como una predicci¨®n de voto ni, mucho menos, como una sustituci¨®n del mismo.El panorama relativo general permanece pr¨¢cticamente invariado respecto al estudio anterior (v¨¦ase EL PA?S de 1 de junio de 1986), y las, tendencias tienden a confirmarse. La sorpresa del vigor con que se recobraba el CDS, hace quince d¨ªas, se convierte en un dato m¨¢s s¨®lido. De un 8% de votos y una cosecha entre 15 y 19 diputados, el partido de Su¨¢rez Pasa a la virtualidad de un 11 % de votantes y de 15 a 29 representantes. Quienes abastecen esta intenci¨®n de voto provienen principalmente de Madrid, la Comunidad Valenciana, algunas circunscripciones de Castilla-Le¨®n (notablemente, ?vila) y Canarias. Por otra parte, existe un mill¨®n y medio de electores que se manifiestan dudosos entre votar al PSOE y el CDS, por un lado, o entre votar a Coalici¨®n Popular o al CDS, por otro. Su¨¢rez, pues, est¨¢ haciendo converger sobre su partido a electores muy port¨¢tiles que se adhirieron a una u otra formaci¨®n pol¨ªtica en 1982, centrifugados desde un centro pol¨ªtico en ruinas. Votos ¨²tiles entonces, que empiezan a descreer de su propia utilidad. En, el tiempo en el que se realiz¨® esta encuesta apenas hab¨ªa emergido la ofensiva socialista contra el ex presidente de UCD; la inquietud que empezaron a manifestar los l¨ªderes del PSOE por el ascenso suarista y las crecientes referencias; al CDS pueden contribuir, entre andanadas no siempre de buen gusto, a conseguir el contradictorio efecto de apuntalar el protagonismo del duque. Por otra parte, si se sigue la campa?a de Su¨¢rez, podr¨ªa inducirse que en su voluntad pol¨ªtica existe la intenci¨®n de te?irse verbalmente de un izquierdismo que rebasa al del PSOE. Por razones de financiaci¨®n adversa, a Su¨¢rez le ha sido f¨¢cil expresar cr¨ªticas contra la banca, y esto, muy concretamente en nuestro pa¨ªs, resulta siempre rentable electoralmente.
En suma, es una novedad, aderezada de sorpresa, que ahora los dos l¨ªderes m¨¢s destacados ante el electorado sean Felipe Gonz¨¢lez y Su¨¢rez, y no ya Felipe y Fraga. Con la particularidad de que Adolfo S¨²arez aparece como un l¨ªder bifronte, capaz de seducir fragmentos de un lado y otro del espectro pol¨ªtico, ofreciendo, simult¨¢neamente, la imagen para unos de ser de nuevo el hombre del centro-derecha, y para otros, el l¨ªder de coraje capaz de hacer reformas que Gonz¨¢lez prometi¨® y no hizo. Su estampa en el Congreso con motivo del 23-F sigue siendo su mejor cartel en la memoria de la gente, y sus promesas, un tanto demag¨®gicas, sobre la reducci¨®n del servicio militar calar¨¢n sin duda entre la juventud. Por lo dem¨¢s, hay que reconocer el coraje personal que ha tenido, acudiendo a los barrios obreros del cintur¨®n de Madrid en esta campa?a, recorri¨¦ndose Espa?a de punta a cabo durante los ¨²ltimos a?os, y tratando de reconstruir, con un equipo de gente peque?o y de baja calidad, con un escaso equipaje ideol¨®gico, y con nulas facilidades financieras, su alternativa pol¨ªtica.
En cuanto a Fraga, apenas existen variaciones en las dos ¨²ltimas semanas. Le votar¨ªa, seg¨²n el sondeo, un 24% del electorado y mantendr¨ªa con ello una proyecci¨®n parlamentaria en tomo a los 100 esca?os. Izquierda Unida asciende lentamente -sin duda, m¨¢s por los errores abultados de la campa?a socialista que por los propios aciertos- hacia un total de 10 a 16 representantes; es desoladora en los pron¨®sticos la proporci¨®n (0,3%) que obtendr¨ªa la Unidad Comunista de Carrillo, que, de confirmarse, supondr¨ªa la liquidaci¨®n parlamentaria de este viejo luchador de la pol¨ªtica espa?ola. Parecido caso de desinter¨¦s, seg¨²n la intenci¨®n de voto, padece el Partido Reformista que promueve Roca. Mejora sus posiciones en Galicia -donde, con el apoyo de votos de car¨¢cter local muy definidos, ya obtuvo una buena posici¨®n en las auton¨®micas-, pero nada o poco m¨¢s se suma al pron¨®stico de una tremenda bancarrota para un grupo que ha desplegado tantos medios. Converg¨¦ncia i Uni¨® ofrece, por el contrario, unas expectativas grandes de crecimiento, y aparece, en el fondo, como directa y ¨²nica beneficiaria de la operaci¨®n reformista. En el Pa¨ªs Vasco, el PNV conserva su 3% (8 o 9 diputados), y Herri Batasuna muestra una tendencia en ascenso.
La previsi¨®n m¨¢s pVobable es que tanto si los socialistas mantienen la mayor¨ªa absoluta, como si la pierden, la recomposici¨®n del mapa pol¨ªtico despu¨¦s de las elecciones va a ser muy distinta a como se preve¨ªa por parte de la derecha antes del comienzo de la campa?a. Numerosas interrogantes sobre el futuro del centro y la estabilidad de Fraga quedar¨¢n abiertas. Las cosas no ser¨¢n m¨¢s f¨¢ciles, a la izquierda del PSOE, para un partido comunista que trata de recuperarse abdicando de sus siglas, de sus s¨ªmbolos y de su nombre en un conglomerado en el que comparecen, junto a dignos e hist¨®ricos luchadores de la libertad y admirables pol¨ªticos, un aut¨¦ntico sindicato de resentidos.
De todas maneras, de lo que parece no caber duda ya es de que cada d¨ªa de campa?a que pasa los socialistas pierden votos y los dem¨¢s -notablemente Su¨¢rez- los ganan. Y si las elecciones confirman los sondeos, Felipe Gonz¨¢lez no tendr¨¢ otro remedio que someter a cr¨ªtica los modos y los contenidos de una campa?a que no ha hecho m¨¢s que perjudicarle.
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