El concurso de ideas
Madrid se abre al Sur. Hasta hace muy poco el Norte era eso: el Norte, la se?al, la esperanza, el escape, el futuro, el objetivo de esta ciudad. El Sur se hab¨ªa cerrado hace tiempo a golpe de atasco, humo y sobre todo de indolencia administrativa. Varios pestillos ya han cedido: Atocha, la M-30, el hospital de San Carlos, San Francisco el Grande... Parece que los recursos p¨²blicos fluyen por todos los cauces -centrales, auton¨®micos y municipales- hacia el Sur. Madrid parece rehacer su historia y recorrer hacia abajo otra vez el camino para dar con la raz¨®n de parte de un casticismo que no es tanto suyo como de la otra orilla del Manzanares, hacia Andaluc¨ªa y Extremadura, Toledo y Ciudad Real:El paseo de la Castellana, afortunada huella en el trazado urbano, ha descubierto su origen y contempla ahora el Sur como placentero, memorable, jugoso, accesible.
Juego de llaves
En ese juego de llaves que descorre cerrojos oxidados se echaba en falta la de M¨¦ndez ?lvaro, que aunque prevista en la Revisi¨®n del Plan General de Madrid, no acab¨® por concretarse como iniciativa y como inversi¨®n p¨²blica, hasta ahora.
En este enclave deber¨¢ construirse la futura Estaci¨®n Sur de Autobuses, para rematar el rosario de equipamientos y actuaciones ligados a la mejora del transporte colectivo y del tr¨¢fico hacia y desde el Sur. As¨ª como el metro, el tren de largo o corto recorrido, el autob¨²s urbano o el taxi est¨¢n muy presentes en la vida cotidiana del madrile?o que no necesita trasladarse al extrarradio, las l¨ªneas de autobuses de largo y mediano trayecto con destino en Madrid no parecen preocupar a este mismo madrile?o. Es m¨¢s, pasan inadvertidas a todos aquellos que no se ven obligados a su utilizaci¨®n frecuente.
Es precisamente esa ausencia de protagonismo en la ciudad lo que denuncia su err¨®neo emplazamiento, y las deficiencias que a ello puedan encadenarse.
El problema funcional, el urbano, el econ¨®mico, el topogr¨¢fico, justificar¨ªan sobradamente un concurso de ideas entre profesionales de este pa¨ªs si no existiese a la vez la demanda de aprovechar la ocasi¨®n para conseguir un nuevo elemento significativo y elocuente en el paisaje confuso y degradado en el que justamente es m¨¢s intenso el latido ciudadano de Madrid.
Pero a¨²n hay m¨¢s cosas a resolver: la conexi¨®n con las restantes redes de transporte colectivo, la accesibilidad al tr¨¢fico privado, la imagen consecuente con los rasgos marcados por el desarrollo industrial en la zona desde finales del siglo pasado, todo ello en un lugar inh¨®spito, en un hueco que parece pedir mucha m¨¢s atenci¨®n y bondad arquitect¨®nica.
Sesenta propuestas
Se han presentado 60 propuestas a la primera fase del concurso nacional convocado por la Direcci¨®n General de Transportes y Comunicaciones de la Comunidad Aut¨®noma de Madrid. El jurado ya ha hecho p¨²blico su fallo, seleccionando cinco de estos trabajos para un ulterior desarrollo que permitir¨¢ elegir uno de ellos para hacerse realidad. Otros cinco premios han estado destinados a reconocer la calidad de los trabajos o el contenido innovador que por las razones que sean no han podido seguir adelante.
Palmar¨¦s pol¨¦mico
En este palmar¨¦s, obviamente pol¨¦mico, se incluyen desde las opciones claramente conservadoras hasta otras cuyo contenido puede ser vulnerable desde el punto de vista econ¨®mico; tambi¨¦n hay alternativas premiadas cargadas de entusiasmo y novedad y algunas, a mi modesto entender las mejores, que albergan en una gran sencillez y discreci¨®n todo un torrente de recursos para ennoblecer aquel lugar. Me refiero a la desarrollada por el equipo encabezado por Miguel Rodr¨ªguez y Daniel Zarza.
Algunos equipos premiados est¨¢n compuestos por gente muy joven cuya val¨ªa afortunadamente ha sido reconocida por un jurado con cobertura internacional tan cualificada como la de Franca Helg, la gran dama de la arquitectura italiana, responsable, junto a Franco Albini, del dise?o del Metro de Mil¨¢n.
A pesar de mi discrepancia con el resultado final, en esta primera fase, y en espera del resultado de esa fase m¨¢s desarrollada que permitir¨¢ escoger un proyecto para construir, debo reconocer la validez de la confrontaci¨®n profesional abierta, en la que estando claras las reglas del juego, quedan abiertas las puertas a una soluci¨®n tan acertada como pod¨ªa haber sido el m¨¢s acertado de los encargos directos, pero que hubiese dejado sin opci¨®n ni menci¨®n a posibles valores hasta ahora inadvertidos.
Un dato significativo m¨¢s ha sido la presencia entre concurrentes y premiados, de equipos de profesionales no madrile?os, cosa desgraciadamente no frecuente en otras comunidades aut¨®nomas y que habla bien del talante abierto del que suelen vanagloriarse los ciudadanos de Madrid.
Ocasiones como ¨¦sta podr¨ªan, reiter¨¢ndose, contribuir a que el concurso, la v¨ªa de la abierta y l¨ªcita competencia de capacidades, devenga la f¨®rmula cotidiana, no traum¨¢tica, para protagonizar la autor¨ªa de las nuevas catedrales, de los monumentos de nuestro tiempo, cargados de afecto por este sitio y esta ¨¦poca, m¨¢s que de incursiones en la confusi¨®n de c¨®digos formales dirigidos solamente para quienes recorren constantemente los itinerarios de la Prensa especializada internacional. M¨¢s claramente, aunque no seamos el ombligo del mundo, no deber¨ªamos perder la oportunidad de que el futuro nos reconozca como los responsables del esfuerzo por recomponer, en t¨¦rminos urbanos, la confianza en nosotros mismos.
es arquitecto.
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