El espacio del centro
EL PARTIDO Reformista Democr¨¢tico (PRD), de Miquel-Miguel Roca, y el Centro Democr¨¢tico y Social (CDS), de Adolfo Su¨¢rez, se disputan, al menos en teor¨ªa, el espacio situado entre el PSOE y la Coalici¨®n Popular, es decir, entre la socialdemocracia y la derecha conservadora. La primera pregunta a hacerse es si verdaderamente existe ese espacio, si el centro pol¨ªtico como tal no ha sido ocupado, con creces, por los socialistas y si los partidos que se dise?an como centristas no son sino una especie de formaciones conservadoras con rostro humano. El mensaje del PRD parte del marco de la filosof¨ªa liberal, propugna el regreso del individuo, la devoluci¨®n de la iniciativa a la sociedad civil, el rechazo del protagonismo multiforme del Estado. Todo eso est¨¢ tambi¨¦n en los programas liberales de Coalici¨®n Popular y en el esp¨ªritu del radicalismo de nuevo cu?o que encarna Su¨¢rez. El PRD otorga prioridad al cap¨ªtulo de la pol¨ªtica econ¨®mica, con propuestas dirigidas a recortar el gasto p¨²blico, adelgazar la burocracia estatal, congelar la presi¨®n fiscal, sanear el sistema financiero, otorgar m¨¢s recursos y capacidad de intervenci¨®n a la iniciativa privada y privatizar "sistem¨¢ticamente" el mayor n¨²mero posible de empresas p¨²blicas. Un programa de corte reaganista, en la ola occidental de los ¨²ltimos a?os. En relaci¨®n al dise?o auton¨®mico del Estado, pese a ser encabezado por un nacionalista catal¨¢n, se abstiene de cualquier tentaci¨®n federal, limit¨¢ndose a proponer el desarrollo de f¨®rmulas de incorporaci¨®n de las comunidades aut¨®nomas a la toma de decisiones sobre cuestiones de inter¨¦s general, incluidas las planteadas por la incorporaci¨®n a la Comunidad Europea. Pero para nada precisa qu¨¦ f¨®rmulas ser¨ªan ¨¦sas ni c¨®mo se articular¨ªan.
En algunas cuestiones, Roca parece querer indicar un car¨¢cter no puramente conservador de su oferta. De modo que no ataca expl¨ªcitamente algunas reformas socialistas, como la de la educaci¨®n -aunque insiste en la necesidad de un consenso sobre el modelo escolar- o la del poder judicial, la composici¨®n de cuyo ¨®rgano de gobierno, el Consejo General, no se discute. Y eso pese a la beligerante actitud mantenida por su anterior presidente y actual candidato por Madrid del PRD, Federico Carlos Sainz de Robles.
Por su parte, el CDS de Su¨¢rez combina, en pol¨ªtica econ¨®mica, propuestas de orientaci¨®n socialdem¨®crata incremento de la inversi¨®n p¨²blica, elementos de planificaci¨®n- con otras de tinte liberal -flexibilizaci¨®n del mercado de trabajo- Sin embargo, hay que tener en cuenta que el ins¨®lito Su¨¢rez de esta campa?a, descamisado y populista, ha desbordado su propio programa econ¨®mico en propuestas como la de un mayor control de la gran banca, considerada la madrastra de una par¨¢bola en la que el mismo Su¨¢rez ser¨ªa el doncel que desencanta a la princesa-pueblo espa?ol secuestrada. Lo mismo puede decirse respecto a sus consignas de pol¨ªtica exterior, reclamando lo de "bases fuera" cuando en el programa s¨®lo se habla de . revisi¨®n del tratado" con Estados Unidos.
Pero la oferta suarista con m¨¢s gancho, en particular para el segmento juvenil del electorado, es la de reducir la mili a tres me ses. Pese a que muchos creen ver en ella una considera ble carga de demagogia, no deja de inquietar a los expertos en la cuesti¨®n, que no acaban de encontrar respuesta al argumento de que, si cada a?o hay un excedente de cupo de decenas de miles de mozos, por qu¨¦ no ha de poder dividirse m¨¢s equitativamente el tiempo de permanencia en el servicio militar. El ¨¦nfasis puesto en la sepa raci¨®n de poderes, las andanadas lanzadas contra el he gemonismo del PSOE, la exigencia de transparencia en la financiaci¨®n de las campa?as, constituyen otros tantos elementos destinados a animar el patio y estimular la pol¨¦mica entre quienes ven en Su¨¢rez la audacia que falta a los socialistas y quienes responden que muchas de las reformas propugnadas por ¨¦l ya tuvo ocasi¨®n de poner las en pr¨¢ctica, y no lo hizo.
Pero, al final, los programas no dan contestaci¨®n a la pregunta inicial de saber en qu¨¦ consiste el centro pol¨ªtico: ?es un punto equidistante de los extremos entre dos opciones diferentes? ?Es. un amplio terreno que asume todo lo que es moderadamente conservador y modera damente reformista? La experiencia espa?ola del centrismo ha practicado hasta hoy esta segunda f¨®rmula. Uni¨®n de Centro Democr¨¢tico y el PSOE buscaron el apoyo popular para partidos y programas de corte interclasista, que huyen del doctrinarismo y son tan el¨¢sticos como la sociedad misma. En ambos casos, el centro ha ocupado la mayor parte del terreno, y eso explica que hoy puedan militar, en el PSOE antiguos ministros de Su¨¢rez y que otros lo hagan,con desparpajo en las filas de Fraga. ?ste, por su parte, tambi¨¦n se proclama a s¨ª mismo inventor del centro y tiende a ocupar la mayor parte de espacio posible. Visto todo lo cual, la intuici¨®n de Su¨¢rez le ha llevado a reconstruir la teor¨ªa del centro como bisagra de la vida pol¨ªtica, devolvi¨¦ndole su car¨¢cter de punto geom¨¦trico- Ello le permite levantarse con una oferta radical -no exenta de oportunismo- incompatible con la voluntad oce¨¢nica del centrismo de Roca. Y por eso mismo se coloca, con enorme habilidad, a la izquierda misma del PSOE si es preciso, con tal de ara ?arle votos.
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