"La psiquiatr¨ªa alternativa no es una utop¨ªa"
Los hombres y mujeres que ¨¦l y Franco Basaglia arrojaron del manicomio italiano hace 20 a?os no, se encuentran, insiste, vagabundeando por la calle. Muchos de ellos han formado cooperativas de trabajo o regentan restaurantes. "Son trabajos que nada tienen que ver con los talleres protegidos, en los que abundaba la marginaci¨®n y los bajos sueldos". La reforma italiana, a?ade, no fue un simple desmantelamiento del manicomio, sino un deseo de ir m¨¢s all¨¢.La experiencia de Gorizia, que culmin¨® en convertir "un sistema carcelario en un lugar terap¨¦utico", exigi¨® un, intenso debate. "Empezamos aplicando las t¨¦cnicas de la comunidad terap¨¦utica de Maxwell Jones y de la psicoterapia institucional francesa, pero vimos que ten¨ªamos que ir mas lejos, romper con la reclusi¨®n del enfermo mental". Sacar a los enfermos del hospital implic¨® "darles la autonom¨ªa, dejarles su destino en sus propias manos".
Pregunta. La reforma ha tenido en Italia tambi¨¦n sus detractores, en ocasiones los propios familiares de los enfermos excarcelados.
Respuesta. En Tur¨ªn no ha habido protestas porque se ha llevado racionalmente, hay servicios de salud mental alternativos, abiertos de 8 a 10 horas diarias. Y por la noche y durante el fin de semana hay un psiquiatra disponible cada 15.000 habitantes, as¨ª como un enfermero por cada 5.000 personas. Contamos, adem¨¢s, con comunidades terap¨¦uticas y se han establecido unidades psiqui¨¢tricas en los hospitales (un 0,6% de camas por cada 10.000 habitantes). Lo que est¨¢ fallando no es la psiquiatr¨ªa comunitaria, sino la prevenci¨®n, sobre todo en los ni?os de edad escolar.
P. ?No cree que la psiquiatr¨ªa comunitaria ha exagerado la responsabilidad de la familia y de la sociedad en la g¨¦nesis de la enfermedad mental?
R. La locura, es cierto, es algo mucho m¨¢s complejo. Yo nunca he sostenido que el entorno social fuera el responsable, sino que la gesti¨®n de la enfermedad no pod¨ªa hacerse excluyendo al paciente de su medio. Hay que buscar el camino justo, apoyando al paciente sin aislarle. Dicho esto, no puede olvidarse la incidencia del entorno social en la enfermedad mental, especialmente en el caso de los j¨®venes con problemas y de las mujeres. Estoy de acuerdo con Elvira Reale [terapeuta italiana], que dice a las mujeres a las que trata que no les cura tanto el f¨¢rmaco como la idea que ellas tienen de los f¨¢rmacos. Y que lo que les pasa es algo que va m¨¢s all¨¢ del f¨¢rmaco, algo que puede tener que ver mucho con el colectivo al que pertenecen, con su situaci¨®n de ama de casa. Y lo mismo ocurre con los j¨®venes que sienten malestar, que est¨¢n en paro, que tienen problemas y que son psiquiatrizados...
P. ?Basta con explicarles sus problemas? ?Eso les cura?
R. No, no es eso. Dar les psicof¨¢rmacos puede ser equivocado; pero decirles no te pasa nada, vete a tu casa, tampoco es la soluci¨®n. Es vital vincularlos a lo social, hacer reuniones con ellos, fomentar la autoayuda. Tur¨ªn, por ejemplo, es la segunda zona desocupada de Italia. Se sabe que los hijos de padres parados tienen m¨¢s problemas que los otros. Pero ellos pueden reunirse entre s¨ª y hablar de los problemas comunes que tienen, ayudarse para vivir en estas familias inestables.
P. ?No hay una intenci¨®n de descargar la funci¨®n del psiquiatra en los educadores, la sociedad o la familia?
R. Si ¨¦sa fuera la intenci¨®n, escaquearse, ser¨ªa una descarga miope, y la familia, por ejemplo, protestar¨ªa. Lo que se pretende es involucrar al medio. Como sugiere la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, lo ideal sena que el m¨¦dico de cabecera se ocupara directamente del enfermo y acudiera al psiquiatra buscando su asesoramiento. Hoy d¨ªa la psiquiatr¨ªa no puede perder el contacto con las otras entidades colectivas, sociales y culturales, porque si se la deja sola produce m¨¢s da?o que beneficio. No hay que olvidar que la pr¨¢ctica de la psiquiatr¨ªa naci¨® muy vinculada al manicomio, as¨ª que tiene que cambiar mucho.
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